Opinión
La búsqueda de la inmortalidad (7)
La falta de financiación explica en parte la razón de la relativa lentitud de los avances en los tratamientos de longevidad, según muchos investigadores
Según muchos investigadores, parte de la razón de la relativa lentitud de los avances en los tratamientos de longevidad es la falta de financiación. La mayoría de los investigadores académicos luchan por encontrar apoyo financiero.
El Instituto Nacional sobre el Envejecimiento (NIA), la división de los NIH que financia la investigación sobre el proceso de envejecimiento, proyecta que gastará alrededor del 9% de su presupuesto en la biología del envejecimiento en 2024 y algo menos del 60% en investigación específica sobre neurociencia.
La falta de financiación también atrae a los investigadores universitarios fuera de sus instituciones hacia empresas privadas. Esta deriva hacia el sector privado podría ralentizar aún más a largo plazo la investigación sobre el envejecimiento.
El campo tiende hacia la investigación impulsada por los inversores, mientras que los estudios de investigación básica necesarios para la próxima generación de posibles intervenciones languidecen por falta de financiación pública o filantrópica.
Fármacos como la rapamicina ya han tardado décadas en entrar en los ensayos clínicos, pero es posible que ninguno de los principales candidatos actuales a la longevidad funcione.
Los investigadores ni siquiera se ponen de acuerdo sobre cuál de los fármacos actuales es el más prometedor: algunos creen que deberían destinarse más fondos a la canagliflozina, que ha aumentado la edad media de supervivencia en ratones macho en un 14% y cuyos efectos secundarios en humanos se conocen mejor debido a su uso en el tratamiento de la diabetes tipo 2 desde 2013.
El problema radica en que hay poca investigación básica para encontrar nuevas vías posibles para futuras terapias.
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