Opinión

Cómo acercar la medicación hospitalaria a los ciudadanos

Jordi de Dalmases es vicepresidente en funciones del Consejo General de Farmacéuticos

Típico pueblo de la España Vaciada
Típico pueblo de la España VaciadaIcalIcal

Hace ya algún tiempo leía un interesante trabajo que había hecho el ejercicio de geolocalizar el Catálogo Nacional de Hospitales y calcular a qué distancia tiene cada municipio su hospital más cercano. El resultado era el esperado: se puede llegar a un dando un paseo de apenas un kilómetro… si vives en el centro de una gran ciudad. Pero en la España vaciada hay un goteo constante de pequeños municipios, en Soria, en Cuenca, en Badajoz… donde la distancia al hospital más cercano supera los 40 km.

Una distancia que deben recorrer, precisamente, personas especialmente vulnerables, enfermas y, con frecuencia, mayores, solas y dependientes. Hacer ese trayecto de forma puntual para iniciar un tratamiento farmacológico, una intervención o una prueba se antoja tan inevitable como asumible. Sin embargo, para algunas personas que deben recoger periódicamente su medicación en los hospitales, este trayecto puede convertirse en una barrera de acceso casi infranqueable.

Con la voluntad de atajar este problema, los farmacéuticos hospitalarios decidieron unir fuerzas con sus compañeros comunitarios, para acercar a los pacientes a través de las farmacias comunitarias parte de la medicación hospitalaria, la que no necesita intervención continua del farmacéutico hospitalario.

Estas experiencias, bautizadas con el término de dispensación colaborativa, surgieron al calor de la pandemia, pero su éxito las ha consolidado ya en cinco comunidades autónomas (Andalucía, Cantabria, Cataluña, Navarra y Comunidad Valenciana).

Hace sólo unas semanas, un informe reveló que si se extendiese este modelo a todas las autonomías podrían llegar a beneficiarse de él hasta 1,2 millones de pacientes, a los que se les haría teleconsulta desde la farmacia del hospital junto al resto de especialistas del mismo y se evitarían 11,6 millones de visitas al hospital cada año. Pero, sobre todo, se conseguiría establecer un modelo de relación y un feedback constante entre farmacéuticos hospitalarios y comunitarios de gran valor profesional y para el paciente. Es hora de que estas experiencias de éxito se extiendan para que la equidad en el acceso a los tratamientos innovadores sea una realidad para todos.