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Astronomía

¿Cómo afecta la luna llena a la salud de las personas? La ciencia responde con datos

La ciencia moderna revela qué hay de cierto sobre los efectos de la luna llena en el cuerpo: su impacto en el sueño, la salud mental y los mitos sobre menstruación

¿De verdad afecta la luna llena a nuestro cuerpo y salud? larazon

Por décadas, la luna llena ha sido un personaje recurrente en los relatos fantásticos: hombres lobo que sufrían transformaciones atroces, ninfas de los lagos que engatusaban a los perdidos o sirenas que perdían el juicio al recibir sus rayos de luz. "Hoy hay luna llena, seguro será una noche movida", se escucha aún en las conversaciones modernas, como si el satélite natural de la Tierra pudiera ejercer algún efecto en nuestra mente o cuerpo.

Pero ¿qué dice realmente la ciencia? ¿Tiene la luna llena efectos reales en la salud humana o seguimos atrapados en un mito? La respuesta, lejos de ser simple, combina historia, psicología y estudios recientes que están replanteando el debate.

El debate científico sobre la influencia de la Luna en la salud

El filósofo Karl Popper advirtió que una teoría deja de ser científica cuando sus defensores buscan confirmarla en lugar de refutarla. Gran parte de los estudios clásicos sobre el "efecto lunar" han caído siempre en esta trampa: se han diseñado investigaciones para demostrar que la Luna influye en los nacimientos, los suicidios o la violencia, en lugar de cuestionarlo. Así nacieron dos bandos muy marcados.

Arnold Lieber y los defensores del "efecto lunar"

El psiquiatra Arnold Lieber sostuvo desde los años sesenta que, si la Luna mueve las mareas, también podría alterar el cuerpo humano. Afirmó que al menos 43 estudios apoyan su teoría, aunque críticos como el psicólogo James Rotton remarcan que ninguno aparece citado en su obra más reciente. Para Rotton, esta ausencia bibliográfica es una señal clara de falta de rigor.

Ivan Kelly y la evidencia en contra

Del lado escéptico se encuentran expertos como Ivan Kelly, de la Universidad de Saskatchewan. Tras revisar más de 100 estudios, concluyó que no existe una relación consistente entre la Luna y el comportamiento humano. En su conocido artículo Había Luna llena y no pasó nada (1996), Kelly analizó más de 50.000 llamadas a emergencias realizadas a los servicios sanitarios y de seguridad sin hallar diferencias entre fases lunares.

En España, Fernando Tusell examinó 897 suicidios en Madrid entre 1990 y 1992, con idéntico resultado: ninguna correlación con la fase lunar. Por lo tanto, cabría partir de la base de que no existe relación clara entre salud mental o comportamiento humano y la luna llena o la luna en cualquiera de sus etapas.

¿La luna llena afecta realmente al sueño?

Estudios modernos revelan una influencia sutil. De hecho, el primer punto donde la comunidad científica empieza a encontrar cierto consenso es el sueño. Según el investigador Horacio de la Iglesia, tanto en comunidades indígenas de Argentina como en estudiantes universitarios de EE UU, las personas duermen entre 20 y 40 minutos menos en los días previos a la luna llena y la luna nueva.

La neuróloga Joanna Fong-Isariyawongse, de la Universidad de Pittsburgh trabaja en el UPMC Sleep Medicine Center (Centro de Medicina del Sueño), lo explica con claridad: "La luna llena puede afectar ligeramente el sueño, retrasando el reloj interno del cuerpo y reduciendo la producción de melatonina". No se trata, entonces, de un efecto mágico ni energético, sino de luz: un cielo más brillante puede alterar el ritmo circadiano humano.

¿Qué dicen los especialistas en salud mental?

¿Sabías que además del conocido Saludo al Sol existe otra secuencia de yoga dedicada a saludar a la Luna?ObjetivoBienestarLa Razon

Para Fong-Isariyawongse, el sueño es el vínculo clave entre la Luna y la salud mental. "La falta de sueño en sí misma es un desencadenante poderoso de problemas de salud mental", subraya. Incluso una sola noche de descanso fragmentado puede intensificar la ansiedad o alterar el estado de ánimo.

Esto significa que, aunque la luna llena no provoque directamente episodios psiquiátricos, sí podría desestabilizar a personas con trastorno bipolar, depresión, epilepsia o esquizofrenia, debido a la sensibilidad de estos pacientes a las alteraciones del sueño.

Aun así, la neuróloga es clara: "La influencia de la Luna en la salud mental es mucho menos certera que su efecto sobre el sueño". Los grandes análisis epidemiológicos siguen sin mostrar un aumento consistente de ingresos psiquiátricos durante la luna llena.

Hormonas, gravedad y otras teorías

¿Afectan las fases lunares al cortisol o la serotonina? Rotton y otros expertos remarcan que no existe ninguna evidencia de que la Luna afecte hormonas como cortisol, serotonina, testosterona o melatonina más allá del efecto indirecto de la luz. Pese a décadas de búsqueda, no se han detectado ciclos hormonales ligados a las fases lunares.

De la misma manera, la idea de que la gravedad de la Luna afecta directamente a los líquidos corporales ha sido descartada. Esto es porque la fuerza gravitatoria que mueve los océanos es insignificante a escala humana. En España, también se analizó si la luna llena afectaban más la salud cardiovascular de las mujeres que de los hombres, sin encontrar diferencias en el riesgo de infarto. Como recuerda Fong-Isariyawongse, "ninguno de estos mecanismos resiste un análisis riguroso".

La Luna y la menstruación

La supuesta sincronización entre la luna llena y el ciclo menstrual no se sostienen en estudios modernosFreepik

La aparente cercanía entre el ciclo menstrual —con una duración media de unos 28 días— y el ciclo lunar de 29,5 días ha alimentado durante siglos la idea de que ambos ritmos estaban conectados. Sin embargo, la evidencia científica moderna ha desmontado esta creencia. Historiadores y biólogos señalan que la supuesta sincronización menstrual en la antigüedad carece de pruebas sólidas, y los estudios actuales confirman que la coincidencia temporal no es más que eso: una casualidad evolutiva.

Gracias al auge de las aplicaciones móviles de seguimiento del ciclo, hoy contamos con millones de registros detallados de cientos de miles de mujeres. Estos datos han permitido establecer con precisión que un ciclo menstrual considerado normal puede oscilar entre 21 y 35 días, lo que rompe cualquier posibilidad de sincronía estable con las fases lunares. Además, las variaciones del ciclo responden a factores internos del organismo —como cambios hormonales, estrés, estado de salud o envejecimiento— y no a influencias ambientales como la luminosidad lunar.

En este sentido, los científicos subrayan que la Luna no interviene en la regulación del ciclo menstrual, y que no existe evidencia que vincule sus fases con el inicio de la regla, con la fertilidad o con alteraciones en la salud. Aunque el mito continúa vivo en la cultura popular, los datos disponibles hasta la fecha apuntan que la menstruación es un proceso gobernado por la biología interna, no por el cielo nocturno.

¿Por qué persiste el mito del "efecto luna llena"?

Según la neurociencia, se debe a que nuestra memoria nos pone trampas. Por eso, recordamos las noches caóticas que coinciden con la luna llena y olvidamos las que no. Es un sesgo psicológico conocido como correlación ilusoria. La neuróloga resume esta tendencia: "La Luna es un objeto visible y evidente, lo que facilita que la culpemos antes que a factores más sutiles", como pantallas, estrés o cafeína.

La conclusión de Joanna Fong-Isariyawongse no es mística, sino práctica: "La Luna puede afectar un poco tu descanso, pero si sufres insomnio frecuente, observa mejor tu entorno. Probablemente la culpa esté en la luz que sostienes en tu mano, no en la que brilla en el cielo". Hoy sabemos que la luz artificial (farolas, escaparates, móviles) tiene un impacto mucho mayor en la calidad del sueño que cualquier fase lunar. Por ello, varios expertos en cronobiología abogan por reducir la exposición a la luz nocturna y adoptar horarios más estables.

En conclusión, la respuesta actual de la ciencia es clara: la luna llena no aumenta los episodios de locura, los crímenes ni los partos; no afecta a la salud del corazón, ni a los ciclos menstruales. Sí puede alterar ligeramente el sueño en noches de mayor luminosidad, y ese efecto puede repercutir en personas especialmente vulnerables. Así, aunque el mito del "efecto lunar" sigue vivo, la evidencia apunta a algo mucho más terrenal: la luz afecta nuestra biología, y la luna llena es solo una pequeña parte de un problema mucho mayor de sobreiluminación.