Bienestar

Definen cuanto tiempo tiene que durar una siesta para que se consoliden conocimientos

Ni muy corta, ni muy larga. Un descanso a mediodía puede ser suficiente para que nuestro cerebro retenga las experiencias de aprendizaje a corto plazo, según un nuevo estudio.

El sueño restablece las funciones físicas y psicológicas. En la imagen, policías de Hong Kong se echan una siesta
Existe mucha evidencia científica sobre los beneficios de la siesta en el cerebro larazon

Dormir la siesta puede ser muy beneficioso para nuestra salud. Una gran cantidad de investigaciones han demostrado que el sueño consolida los recuerdos, estabilizandose y protegiéndolos del olvido. Estos periodos de descanso en mitad del día- preferiblemente, después de la comida del mediodía- son especialmente útiles para "resetear" el cerebro, lo que permite afrontar nuevos conocimientos y fijar los ya adquiridos. En concreto, varios estudios señalan que, si se hace en el momento oportuno- demasiado tarde puede alterar el ciclo de sueño nocturno- y durante un tiempo determinado, permite a quienes la duermen rendir más por las tardes, y aumenta en un 10% su capacidad de aprendizaje.

Respecto a lo que no hay demasiado consenso es al tiempo que tiene que durar para ser más beneficiosa. 30 minutos, 20, 26 exactamente... ¿Cuánto es lo correcto? Una nueva investigación, realizada por la Universidad de Chicago, señala que 90 minutos es la duración idónea para que la siesta permita consolidar el aprendizaje generalizado. Es importante señalar que existen diferencias entre el aprendizaje de memoria (crear recuerdos de experiencias, estímulos y acciones específicas) y el aprendizaje generalizado, que mejora el desempeño ante estímulos nuevos, que no se han experimentado como tales previamente.

En concreto, el trabajo hace hincapié en una de las bondades asociadas a la siesta que tiene más éxitos entre las personas que están estudiando y/o memorizando conceptos: la de permitir consolidar conocimientos recién aprendidos. El equipo reclutó a 75 participantes de la comunidad de la Universidad de Chicago (con una edad media de 21 años) que completaron una prueba previa, una capacitación y una prueba posterior a la mañana siguiente sobre la percepción del habla sintética- aquella que nos permite expresarnos usando menos palabras pero sin simplificar el significado-.

Los participantes regresaron por la tarde y se les dio la oportunidad de echarse una siesta de 90 minutos o permanecer despiertos ese tiempo. Después, se les sometió a otra prueba. A la mañana siguiente, después de que hubieran dormido con normalidad las horas que cada uno solía hacerlo, hicieron una nueva prueba en cuyos resultados se vio que aquellos que no eligieron la siesta el día anterior tuvieron una pérdida significativa de aprendizaje. Por el contrario, los individuos que durmieron la siesta retuvieron lo que aprendieron y no mostraron pérdida de aprendizaje en la prueba posterior de la noche.

"Estos resultados son consistentes con la opinión de que una siesta de 90 minutos al mediodía puede consolidar el aprendizaje generalizado, ya que solo los individuos con aprendizaje consolidado deberían poder retener lo que aprendieron a pesar de un período de retención intermedio de vigilia", señalan en el artículo, publicado en la revista Frontiers. "Esta es la primera demostración de que el aprendizaje de habilidades generalizadas está sujeto a una consolidación dependiente del sueño en períodos cortos de sueño y no requiere una noche completa de sueño. Este trabajo tiene implicaciones para comprender los mecanismos neuronales básicos que operan para estabilizar las experiencias de aprendizaje a corto plazo", añadieron.