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Salud

Un dogma de la cardiología salta por los aires: ya no se prescribirán betabloqueantes tras un infarto sin secuelas

Una revisión internacional de estudios confirma que estos fármacos, recetados de manera rutinaria cuatro décadas, no aportan beneficios a los pacientes con función cardiaca normal. El director del CNIC señala que "este es uno de los cambios más importantes en la cardiología de las últimas décadas"

Los expertos explican por qué los betabloqueantes ya no son necesarios tras un infarto sin daño cardíaco EUROPAPRESS

Durante más de 40 años, millones de personas en todo el mundo han tomado a diario un comprimido para proteger su corazón después de un infarto. Las más comunes son metoprolol, atenolol, bisoprolol, propranolol o carvedilol. Sin embargo, un nuevo estudio internacional demuestra que, para la mayoría, ese tratamiento no tiene ningún beneficio, rompiendo uno de los dogmas más asentados en cardiología.

El metaanálisis coordinado por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) y publicado este domingo en la revista The New England Journal of Medicine concluye que los betabloqueantes no reducen la mortalidad, los reinfartos ni la insuficiencia cardiaca en los pacientes que, tras un infarto, mantienen una función cardiaca normal.

El trabajo, presentado en el Congreso de la Asociación Americana del Corazón, analiza los datos de cinco ensayos clínicos realizados en Europa y Japón, con un total de 17.801 pacientes. La mitad recibió betabloqueantes —fármacos que reducen la frecuencia cardiaca y la presión arterial— y la otra mitad no. Tras casi cuatro años de seguimiento, los resultados fueron idénticos: alrededor del 8% de los pacientes sufrió un nuevo evento cardiovascular, sin diferencias entre los dos grupos.

"Esto demuestra que no hay ningún subgrupo de pacientes postinfarto con función cardiaca normal que se beneficie del tratamiento con betabloqueantes", explica Xavier Rosselló, científico del CNIC y coautor del trabajo. El análisis también descarta un posible efecto adverso observado previamente en mujeres en el ensayo REBOOT, otro estudio impulsado por el equipo español.

Un cambio de paradigma

El nuevo metaanálisis confirma y amplía los hallazgos del REBOOT, que ya sugería que los betabloqueantes no eran útiles en pacientes con fracción de eyección preservada —es decir, cuando el corazón mantiene su capacidad de bombeo por encima del 50%—. Según Borja Ibáñez, director científico del CNIC y coordinador del estudio, "estos resultados no significan que se haya tratado mal a los pacientes, sino que el manejo del infarto ha mejorado tanto que ahora estos fármacos ya no son necesarios en ese grupo".

Ibáñez calcula que el 70% de los pacientes que sufren un infarto tienen hoy una función cardiaca normal, por lo que la implicación clínica y económica es enorme. "Durante años se consideró obligatorio recetar betabloqueantes tras un infarto, pero la evidencia actual demuestra que debemos actualizar las guías. Es un cambio de paradigma en la cardiología moderna", sostiene.

El metaanálisis, financiado por instituciones de España, Suecia, Noruega, Dinamarca, Italia y Japón, se basa en la revisión individual de los datos de casi 18.000 pacientes. Todos los ensayos incluidos se realizaron en las dos últimas décadas, lo que refleja la práctica clínica actual, con la generalización de los stents coronarios y la mejora de los tratamientos de revascularización.

Opiniones de los expertos

Para Ignacio Fernández Lozano, presidente de la Sociedad Española de Cardiología, el estudio zanja definitivamente las dudas. "Hasta ahora se creía que todos los supervivientes de un infarto debían tomar betabloqueantes, incluso cuando su corazón no había sufrido daño. Ahora sabemos que no es obligatorio. No hay diferencias en mortalidad ni en reinfartos, y algunos pacientes incluso mejorarán su calidad de vida al dejar de tomarlos", explica para Science Media Centre España.

El cardiólogo Julián Pérez-Villacastín, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Clínico San Carlos, coincide en la solidez de los datos. "Son los resultados más consistentes disponibles. El metaanálisis reúne todos los estudios recientes y demuestra, con rigor, que no hay beneficio clínico en este grupo de pacientes", subraya.

Manuel Martínez-Sellés, presidente del Colegio de Médicos de Madrid y jefe de Sección de Cardiología del Hospital Gregorio Marañón, añade que "estos datos confirman lo que muchos sospechábamos desde hace tiempo". Además, indica que "con la extensión de las estrategias de revascularización, la mayoría de los pacientes con infarto conservan su función cardiaca, por lo que no precisan betabloqueo, salvo que haya otra indicación, como arritmias o hipertensión", señala.

Qué hacer si tomo betabloqueantes

A partir de aquí, los especialistas insisten en un mensaje claro: nadie debe suspender su medicación sin consultarlo con su cardiólogo. Los betabloqueantes siguen siendo esenciales en pacientes con insuficiencia cardiaca crónica, arritmias o fracción de eyección reducida. El nuevo estudio no cuestiona su eficacia en esos casos, sino que redefine su uso tras un infarto no complicado.

El director del CNIC, Valentín Fuster, resume la trascendencia del hallazgo: "Este es uno de los cambios más importantes en la cardiología de las últimas décadas. Lo que antes era una norma universal deja de serlo, gracias a la evidencia científica actualizada".

El impacto será inmediato: las principales sociedades científicas ya preparan una actualización de las guías internacionales de tratamiento del infarto de miocardio, que dejarán de recomendar el uso sistemático de betabloqueantes en pacientes con función cardiaca normal.