Salud

Insólito descubrimiento: comer este alimento en el embarazo potencia el cerebro durante generaciones

Es la primera vez que se demuestra científicamente que un lípido se hereda, lo cual significa que la dieta de la madre puede afectar no sólo a su hijos, sino también a su nietos

Mujer embarazada come alimentación
Lo que comen las embarazadas afecta al bebé ¡y es posible que a sus nietos también!Freepik

"Somos lo que comemos", escribió el filósofo y antropólogo alemán Ludwig Feuerbach, en en 1850. Lo que no se imaginaba el autor de esta famosa cita incluida en "Enseñanza de la alimentación" es que nuestros hijos también son los que comemos. O, mejor dicho, que lo que se come durante el embarazo puede heredarse durante generaciones. De hecho, no había pruebas de ello hasta ayer, cuando unos investigadores australianos publicaron el insólito descubrimiento.

El estudio, basado en modelos genéticos y llevado a cabo en el Instituto de Biomedicina de la Universidad de Monash (Melbourne, Australia), halló que la alimentación de la madre embarazada podría estar protegiendo la salud cerebral de sus hijos y de sus nietos. En concreto, tomar ciertos alimentos concretos durante las fases iniciales del embarazo protegían a su descendencia contra el deterioro de la función cerebral en la edad adulta.

La salud cerebral se define como el buen desarrollo de funciones neuronales, pero también influye en la preservación de las redes neuronales de acuerdo con la edad. Por lo tanto, esta relevación podría abrir la puerta a considerar que la dieta de la madre embarazada podría contribuir a minimizar el problema creciente de enfermedades neurodegenerativas como la demencia o el alzhéimer. De hecho, ya se sabe que comer algunos alimentos ayudan a prevenir estas afecciones en uno mismo.

"Un cerebro sano y activo tiene más recursos para afrontar el paso de los años y las posibles lesiones o enfermedades que puedan ocurrir. Es por ello que investigar en salud cerebral nos permite avanzar en este sentido", explica profesor Roger Pocock, autor principal del trabajo. El objetivo de su investigación era estudiar las células nerviosas del cerebro que se conectan y comunican entre sí a través de unos 850.000 kilómetros de cables llamados axones.

La manzana es uno de los alimentos que protegen los cables del cerebro

Según Pocock, si a los axones no les llegan los materiales esenciales que necesitan, se vuelven frágiles, provocando disfunción cerebral y neurodegeneración. "Nos preguntamos si los productos naturales presentes en la dieta pueden estabilizar estos axones y evitar su rotura", explica. Así pues, su equipo utilizó un modelo genético con axones frágiles que se rompen a medida que los animales envejecen.

¿Qué sucedió? "Identificamos una molécula presente en manzanas y algunas hierbas, el ácido ursólico, que reduce la fragilidad de los axones". En concreto, las especias que contienen el ácido ursólico que contribuyó a reducir la rotura de los cables de comunicación del cerebro son la albahaca, el romero, el tomillo, el orégano y la salvia.

Pero, ¿por qué comer manzanas y hierbas mejoró los axones? "Descubrimos que el ácido ursólico activa un gen que produce un tipo específico de grasa. Esta grasa concreta también prevenía la fragilidad de los axones a medida que los animales envejecían, al mejorar el transporte de los axones y, por tanto, su salud general".

El profesor Pocock señala que este tipo de grasa, conocida como esfingolípido, tenía que viajar desde el intestino de la madre, donde se digieren los alimentos, hasta los huevos en el útero para que protegiera los axones en la siguiente generación. Aunque los resultados son prometedores, deben confirmarse en humanos. En concreto, el estudio utilizó lombrices intestinales (Caenorhabditis elegans) como modelo genético, ya muchos de sus genes también se conservan en los humanos, lo que permite comprender mejor las células humanas.

En cualquier caso, "es la primera vez que se demuestra que un lípido/grasa se hereda", afirma Pocok. "Además, alimentar a la madre con el esfingolípido protege los axones de dos generaciones posteriores. Esto significa que la dieta de la madre puede afectar no sólo al cerebro de su descendencia, sino potencialmente a las generaciones siguientes. Nuestro trabajo apoya una dieta sana durante el embarazo para un desarrollo y una salud cerebrales óptimos".

En los animales, la dieta y el entorno maternos pueden influir en la salud de las crías. Todavía no se sabe muy bien si la dieta materna influye en el sistema nervioso a lo largo de varias generaciones, ni cómo lo hace.

"Aquí demostramos que alimentar a Caenorhabditis elegans con ácido ursólico, un producto vegetal natural, mejora el transporte axónico y reduce la fragilidad axónica intergeneracionalde aparición adulta", concluye Pocock, en el comunicado que acompaña el estudio, publicado en la revista científica Nature Cell Biology.

En profundidad: ¿Qué es el ácido ursólico y cómo afecta al cerebro?

El ácido ursólico proporciona neuroprotección al mejorar la provisión materna de esfingosina-1-fosfato, un esfingolípido bioactivo. La transferencia de esfingosina-1-fosfato del intestino al ovocito es necesaria para la neuroprotección intergeneracional y depende del receptor vitelino de la lipoproteína RME-2.

La esfingosina-1-fosfato actúa intergeneracionalmente regulando la transcripción del gen de la ceramidasa ácida-1 (asah-1) en el intestino. La regulación espacial del metabolismo de los esfingolípidos es fundamental, ya que una expresión inadecuada de asah-1 en las neuronas provoca defectos en el desarrollo del crecimiento de los axones.

"Nuestros resultados demuestran que la homeostasis de los esfingolípidos influye en el desarrollo y la salud intergeneracional del sistema nervioso", confirma Pocock, quien avanza que "la capacidad de metabolitos lipídicos específicos para actuar como mensajeros entre generaciones puede tener amplias implicaciones en la elección de la dieta durante la reproducción". Te puede interesar: Ya se sabe cuántas manzanas hay que comer al día para evitar "hacernos ancianos"