
Entrevista
«Ningún joven se queda aislado por no tener un móvil, pero sí se ha demostrado que daña su salud mental»
El doctor Miguel Ángel Martínez-González propone hacer ayunos de dopamina, sin móviles, para aliviar al cerebro

No se trata de alarmar, sino de incitar la reacción ante una realidad que asusta. La adicción a los teléfonos móviles es una epidemia sin precedentes que destruye la salud de los más jóvenes, tal y como ya alertó el prestigioso Miguel Ángel Martínez-González, catedrático de Salud Pública, en su último libro «Salmones, hormonas y pantallas». Ahora, su última obra, «12 soluciones para superar los retos de las pantallas» (Editorial Planeta) es un texto tan práctico como convincente.
¿Por qué es necesario un libro así?
Porque he comprobado en infinidad de conferencias la gran preocupación que existe por la adicción de los jóvenes a las pantallas. Es una epidemia neuropsicótica de proporciones masivas y los psiquiatras y pediatras llevan tiempo advirtiendo de ello. Ante la inacción de las autoridades, que no toman medidas eficaces, las familias se sienten solas, de ahí que me haya esforzado en escribir un libro práctico y sencillo de leer. Poner en práctica estos consejos puede prevenir a los menores de adicciones, consumo de pornografía y problemas de salud mental.
¿Cómo impacta en la salud?
Ya vemos un aumento drástico de patologías psiquiátricas y psicológicas a edades cada vez más tempranas de ansiedad, depresión, anorexia nerviosa, déficit de atención, autolesiones, intentos de suicidio, insomnio... Y esto solo es la punta del iceberg de un grave problema de salud pública y un elevado gasto sanitario.
¿Qué deberían hacer las autoridades?
El acceso a la pornografía ya ha bajado a los 11 años y eso destroza el cerebro, que a esa edad no está preparado para un chute de dopamina así y que toma por normales unos códigos de conducta extremadamente agresivos. Por ejemplo, el Gobierno debería poner multas multimillonarias a quienes permiten el acceso gratuito a la pornografía.
¿Cuándo daría el primer móvil a un niño?
Cuanto más tarde, mejor. Si no se conduce hasta los 18 años, ¿por qué regalamos un Ferrari que se pone a 200 km por hora con 12 años y sin carné de conducir? ¡Es de locos! El smartphone es un arma muy peligrosa que les mete en una autopista repleta de graves peligros, como ciberacoso, pornografía, depravados sexuales cuyo único interés es la explotación sexual de menores...
Pero parece que sin ese acceso a internet se quedarán aislados. ¿Es un error?
Simplemente es una falacia. Ningún joven se quedará aislado por no tener redes sociales. No hay ni un solo estudio científico que avale esa idea, pero las grandes tecnológicas nos lo han hecho creer. Por el contrario, sí hay multitud de evidencia que confirma los graves daños que provoca la adicción a las pantallas, pues no hay que olvidar que estas plataformas y aplicaciones están diseñadas única y exclusivamente para ser adictivas.
Está empezando a calar la idea de que conviene retrasar el acceso... ¿Cree que ya le hemos visto las orejas al lobo?
Sí, algo está cambiando, pero mientras tanto el lobo ya ha devorado a mucha gente y las consecuencias son dramáticas. Por ejemplo, el cociente intelectual ha descendido por primera vez en décadas. Es lo que se conoce como el efecto Flynn inverso y la adicción a las pantallas está detrás de ello.
¿Estamos a tiempo de revertirlo?
Soy optimista y confío en que, como pasó con el tabaco, pronto nos escandalice ver a un niño con un móvil en la mano.
Propone 12 soluciones que podemos poner en práctica. ¿Cuáles son esenciales?
Lo fundamental es ganarse la autoridad moral a base de ser ejemplar; pactar normas muy claras y concretas de uso; establecer un toque de queda digital para garantizar el descanso y hacer «ayunos de dopamina» con planes en familia para dar un respiro al cerebro.
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