Estética

¿Puede hacerse un injerto de cejas?

Lo más importante en esta intervención al alza es identificar los casos que no son operables y en los que la piel no aceptará el crecimiento del folículo

La principal ventaja del implante frente al «microblading» es que aporta resultados naturales y permanentes
La principal ventaja del implante frente al «microblading» es que aporta resultados naturales y permanentesFREEPIKFREEPIK

Las cejas son un elemento esencial de nuestra imagen. Influyen mucho en la expresión del rostro y la mirada, pero no solo cumplen una función estética: además, sirven para filtrar la radiación solar y evitar que el sudor, la lluvia, el polvo u otras partículas arrastradas por el viento entren o golpeen la superficie ocular, protegiendo los ojos, como los párpados y las pestañas. Sin embargo, debido al propio proceso de envejecimiento, es común ir perdiendo densidad con los años, y aunque en la mayoría de casos esto viene derivado de un proceso natural cíclico, en otras puede ser síntoma de algún problema de salud asociado.

«Puede tener muchas causas, que van desde el envejecimiento natural o la excesiva depilación con pinzas o cera mantenida en el tiempo, hasta la dermatitis seborreica, problemas hormonales como la menopausia o el hipotiroidismo, lesiones como quemaduras, la ingesta de algunos fármacos e, incluso, padecer alopecia areata o alopecia frontal fibrosante. En muchos de estos casos, es posible que el pelo vuelva a crecer con normalidad eliminado el factor desencadenante de la caída, pero cuando no ocurre, esa carencia de vello se puede contrarrestar a través de diferentes tratamientos médicos o estéticos, entre los que se encuentra el injerto de cejas», explica Cristina Chacón, experta en Medicina Estética y CEO del centro CCH Privé, de Madrid.

Es importante recalcar que el pelo de esta zona posee unas características diferentes al de nuestra cabeza, ya que se trata de un vello más fino que conlleva un ritmo de crecimiento más lento que el del cabello, al crecer a un tercio de la velocidad con la que éste suele crecer. Por ello, cuando el pelo no se regenera y la caída capilar deja de ser reversible, llegándose a perder más de 300 pelos de las cejas al año, se puede recurrir a procedimientos como el injerto de cejas, con el objetivo de recuperar el vello de forma natural y de estimular su crecimiento.

Así, a través de esta técnica, se extraen folículos reales de una zona de la parte posterior de la cabeza, implantándose posteriormente en el área carente de pelo, consiguiendo repoblarla con vello real que, además, no se caerá de nuevo en un futuro al tratarse de cabello implantado. Esta es la única opción que existe en la actualidad que permite incrementar de manera definitiva la densidad capilar de esa zona.

«El injerto de cejas es un procedimiento mínimamente invasivo e indoloro que aporta resultados naturales y permanentes al paciente, logrando que recupere la expresividad en el rostro. Tras la intervención, será necesario ir cortando el pelo para adaptarlo al resto de vello de la ceja, pero pasado un tiempo, el organismo adaptará ese nuevo cabello a las características del resto del de la ceja, logrando un vello más corto y grueso, con un ritmo de crecimiento más lento, sin necesidad de tener que cortarlo», subraya la doctora Chacón.

La perdurabilidad del tratamiento es una de las principales ventajas frente a otras alternativas estéticas como el «microblading», una técnica de maquillaje semipermanente que corrige imperfecciones creando un efecto realista mediante tinta en nuestra piel, imitando la forma y el color de las cejas originales, y que dura entre 18 y 24 meses, tras los cuales es necesario un retoque.

Cuidados post implante

Sin embargo, según apunta la experta, «lo más importante es saber diagnosticar los casos que no son operables, dado que algunas de las alopecias presentan un daño en la piel que no aceptarán el crecimiento de un folículo, aunque se haga una cirugía; y es por ello que el médico debe determinar en qué casos un injerto es más viable y en cuáles no, para en estas ocasiones, optar por un ‘‘microblading’’. También en aquellos casos donde una cirugía se vuelve un procedimiento excesivo para un beneficio pequeño, por ejemplo, una zona muy pequeña fácilmente camuflable».

Tras realizar el injerto se aconseja seguir un tratamiento pautado por un especialista para evitar inflamaciones e infecciones en la zona. Los primeros tres días, el paciente deberá dormir incorporado para evitar que los líquidos aplicados bajen a la cara y provoquen una inflamación o edema y, pasados estos primeros días, se llevarán a cabo lavados con un jabón específico, se evitará la exposición al sol durante el primer mes, así como no realizar ejercicio físico durante, al menos, 15 días.