Un robot velará por las plantas eléctricas

Endesa incorpora a su equipo un ingenio submarino creado para la inspección y el mantenimiento de sus instalaciones, con el que se minimizarán los riesgos laborales y los costes de estas actividades

Aposando por la digitalización, ha nacido un nuevo fichaje para la generación térmica, un robot submarino que se encargará de la intervención de las labores de conservación de las plantas eléctricas. Todo ello con el fin de convertirse en un apoyo que evite las tareas de alta peligrosidad del personal, hasta ahora encargado.

Este androide de pequeñas dimensiones (29 x 34 x 52 cm y 12,5 kg de peso), trabajará bajo las órdenes de un equipo que poseerá el dominio total de sus habilidades. Y esto será posible gracias a la capacidad de control remoto que ofrece. El vehículo, diseñado, fabricado y suministrado por la start-up española NIDO Robotics, permite realizar trabajos de inspección y limpieza en lugares acuáticos de complejo acceso, que se encuentren hasta a 300 metros de profundidad.

Para ello, esta máquina cuenta con un brazo robótico que posibilita el manipulado y transporte de objetos hallados en el lecho marino, y con un sistema de dragado de fondos para la limpieza y extracción de lodos en balsas, depósitos y conductos. Asimismo, presenta funciones como la toma de imágenes; trabajos por cavitación, en los que se crean cavidades de vapor dentro del líquido para facilitar su limpieza; o recogida de muestras de agua y lodos. Así, ROV (vehículo operado de modo remoto) se estrena en el sector térmico ofreciendo considerables ventajas como la disminución de riesgos laborales, mayormente relacionados con los trabajos subacuáticos.

Por ello, el robot sustituirá las operaciones manuales que ponen en peligro a los equipos de buzo, subcontratados para solucionar las problemáticas surgidas en las zonas acuáticas con determinada profundidad. Lo que se convierte, entonces, en otra ventaja que implica la reducción de los costes que supone la contratación de personal externo.

Para la sociedad, esto ha sido un avance. Gracias al robot submarino, se podrá dar esquinazo al riesgo físico al que, innecesariamente, se somenten estos trabajadores. Según informa el responsable de innovación del área de generación térmica de Endesa, Andrés Sánchez-Biezma, esta nueva incorporación a la plantilla de la compañía facilitará un “mayor y mejor seguimiento de las distintas infraestructuras”. Esto es así ya que el tamaño de la maquinaria facilita su entrada en “las zonas más angostas”, lo que conllevará una ejecución de tareas de inspección y limpieza con una rutina más frecuente. Asimismo, gracias a esta joven promesa, podrán desobstruirse, descolapsarse e higienizarse zonas que antes no han podido ser tratadas, todo ello mediante el “sistema de ultrasonidos” que tiene incorporado el robot.

La índole de este proyecto, que defiende la digitalización, ya ha sido comprobada con éxito en tres centrales de generación de distintas características: la central térmica de carbón y terminal portuaria de Carboneras, en Almería; en el ciclo combinado de San Adrián del Besós, en Barcelona; y, por último, en la central diésel de Melilla. De esa suerte, ha podido constatarse el potencial que ofrece el robot, su sencila manipulación y la calidad de sus trabajos. De este modo, se ha demostrado la eficacia de las habilidades que ofrece tal herramienta, tanto a nivel fotográfico como de soporte a tecnólogos o personal de mantenimiento. De hecho, las pruebas experimentales han servido para estimar que el personal encargado de dirigir y controlar al vehículo submarino, tan solo requiere una breve formación de entre uno y dos días.

La facilidad de operación y manejo no necesita más vuelta de hoja. Más allá del sector eléctrico, ROV es capaz de trabajar en otros ámbitos profesionales. Es decir, en un futuro muy cercano este podría aplicarse en una gran cantidad de elementos y espacios presentes en muchas instalaciones industriales, como pueden ser las torres de refrigeración y balsas de las torres, los lagos, las balsas de lixiviados, los porcetes, los canales, las tuberías y los tanques.

A raíz de esta innovadora iniciativa, la empresa eléctrica insiste en su compromiso con la digitalización de los procesos, a partir de la aplicación de tecnologías de vanguardia que proporcionan grandes avances en distintos campos. A través de estas mejoras, se favorece la transformación digital de los activos industriales, la relación con el cliente y la perfección de las capacidades digitales de esta compañía.