Religion
La Iglesia alemana desafía al Vaticano
Tiempos de debate La institución muestra una apertura hacia los homosexuales, el papel de la mujer y el fin del celibato
La Iglesia alemana dio por comenzado este fin de semana su llamado proceso sinodal. Se trata de una serie de debates, que durarán dos años, en los que se afrontarán algunas de las cuestiones más espinosas actualmente para la jerarquía católica. Los cuatro temas elegidos son la división de poderes en la Iglesia, la vida sacerdotal, el papel de la mujer en la institución y la sexualidad. Se espera que de aquí pueda salir una apertura clara al fin del celibato, mayor cercanía a los homosexuales y la participación de la mujer en la toma de decisiones de la estructura eclesial. Los sectores más conservadores se preparan para la verdadera batalla ideológica que librará la Iglesia en un futuro inmediato.
El lugar elegido para la primera reunión de la Asamblea Sinodal fue Frankfurt, de donde es arzobispo Reinhard Marx, el jefe de la Iglesia alemana y uno de los hombres más cercanos a Francisco. Precisamente ayer el Papa se reunió con el cardenal en audiencia privada, aunque este tipo de encuentros son absolutamente habituales en el Vaticano. Marx es coordinador del Consejo de Cardenales, el reducido grupo que asesora al Papa en su gobierno, y del Consejo para la Economía, por lo que las audiencias con el Pontífice están a la orden del día.
Por su naturaleza, no hubo ninguna comunicación del contenido de la audiencia por parte del Vaticano, aunque ambos sí que han expresado en público sus opiniones sobre el paso dado por la Iglesia alemana, que camina en estos momentos en paralelo al Vaticano. El pasado junio, en una carta abierta a la Iglesia germana, Francisco afirmó: «Cada vez que una comunidad eclesial ha intentado salir de sus problemas por sí misma, apoyándose únicamente en sus propias fuerzas, métodos e inteligencia, ha acabado multiplicando y alimentando los males que quería superar». Más tarde, le preguntaron si temía que se produjese un cisma en la Iglesia y respondió que rezaba «para que no ocurra», pero que no tenía «temor» a ello.
Apostar por la integración
Marx siempre ha tenido respuestas tranquilizadoras. «El objetivo de este viaje es llegar a algo que sirva a la unidad de la Iglesia», pronunció en la apertura del camino sinodal en Frankfurt. En un plazo muy breve el Papa debe publicar una exhortación apostólica tras el Sínodo de la Amazonia, en la que podría permitir que hombres casados ejerzan de sacerdotes. De momento, se limitaría a las zonas remotas donde no llegan los curas, pero la vía abierta en Alemania podría suponer un primer paso para generalizar esta práctica a toda la comunidad católica.
La Asamblea Sinodal fue una respuesta a la crisis por los abusos sexuales que también padeció la Iglesia alemana. Sus instituciones religiosas decidieron tomar medidas ejemplarizantes, sin esperar instrucciones del Vaticano. Así, constituyeron este órgano del que participan laicos y en el que un tercio de sus miembros son mujeres. Precisamente, una de sus primeras decisiones fue que será necesaria una mayoría femenina para adoptar decisiones. Se avecinan dos años de intensas discusiones, con un sector aperturista en marcha y otro conservador preparado para contraatacar.
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