Guardia Civil
Desarticulada una organización que vendía patinetes por internet
Con la pandemia, derivaron el fraudo a productor sanitarios
Agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil han desarticulado a una organización criminal dedicada a efectuar estafas mediante la inserción de anuncios en páginas web de internet; ofertaban diversos bienes de consumo, como patinetes eléctricos, generadores, así como mascarillas sanitarias y test Covid-19. Esta operación se ha saldado con la detención de un total de ocho personas, entre los cuales se encuentra el principal y máximo responsable de la trama, así como varios intermediarios utilizados en el entramado mercantil de su actividad criminal.
Para llevar a cabo las estafas, utilizaban una potente infraestructura y se valían de los amplios conocimientos informáticos que tenían los integrantes de la trama, en la creación de páginas web. Lograban un diseño de gran calidad y posicionamiento preferente en los principales buscadores de Internet, lo que permitía captar a muchas más víctimas potenciales, interesadas en este tipo de productos.
Desde las páginas web utilizadas por la organización, se facilitaba el pago de los productos ofertados, bien a través de tarjetas bancarias o bien mediante transferencias a cuentas facilitadas por personal que interactuaba desde el supuesto departamento comercial de la empresa fraudulenta.
Una vez realizado el ingreso por las víctimas, el envío del producto no llegaba a producirse casi nunca. Cuando los compradores reclamaban su producto, alegaban problemas de almacenamiento, logística o de incumplimiento de plazos por parte de proveedores, administrativos. Si tenían conocimiento de que se había presentado algún tipo de denuncia ante la Policía, contactaban con las víctimas para devolverles el dinero abonado.
De esta manera, cuando eran citados por el juzgado correspondiente a la vista previa, presentaban los correspondientes justificantes de haber hecho la devolución al comprador y lograban el sobreseimiento de las actuaciones.
La investigación se activó cuando aparecieron denuncias por la no entrega de los productos ofertados, entre los que se se encontraba todo tipo de material sanitario, en especial mascarillas, EPIS y test de detección COVID-19. Les permitía captar a un gran número de víctimas.
El desarrollo de la investigación fue obstaculizado por la utilización de intermediarios a modo de testaferros en su entramado mercantil y de diseño de páginas webs, así como por la dispersión de las víctimas a lo largo de todo el territorio nacional, lo que dificultaba la recopilación de datos y denuncias toda vez que abarcaban zonas con diferente competencia de investigación policial. A lo largo de la investigación se ha podido identificar a un total de 84 víctimas; el valor total del dinero defraudado asciende a unos 175.000 euros.
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