Coronavirus
Los niños asintomáticos tienen más carga viral que los adultos ingresados
Es una de las conclusiones de un reciente estudio que señala a los menores como potenciales focos de contagio
Un nuevo estudio, publicado en «Journal of Pediatrics» y realizado por investigadores del Massachusetts General Hospital (MGH) y del Mass General Hospital for Children ha llevado a cabo el análisis más completo de pacientes pediátricos con COVID-19 hasta la fecha. Y los datos obtenidos resultan de gran importancia de cara al retorno a las clases en menos de un mes. De acuerdo con los resultados, los menores de edad y los adolescentes juegan un papel más importante en la propagación de la COVID-19 de lo que se pensaba hasta ahora.
Para llegar a esta conclusión, los líderes del estudio, Lael Yonker y Alessio Fasano, realizaron pruebas virales en 192 voluntarios de entre 0 y 22 años y descubrieron que los infectados tenían un nivel significativamente más alto de virus en sus vías respiratorias que los adultos ingresados en las UCIS por COVID-19.
«Me sorprendieron los altos niveles de virus que encontramos en niños de todas las edades, especialmente en los primeros dos días de la infección», explica Yonker en un comunicado. «No esperaba que la carga viral fuera tan alta. Uno piensa en un hospital y en todas las precauciones que se toman para tratar a los adultos gravemente enfermos, pero la carga viral de estos pacientes hospitalizados es significativamente más baja que la de un niño sano que camina con una carga viral alta «.
Esto es fundamental como factor de riesgo ya que no será igual la gravedad de la enfermedad si la carga viral es alta o baja, es decir si a nuestro organismo entra un gran caudal de virus que si entra uno más reducido. Incluso cuando los menores presentan síntomas típicos de la COVID-19, como fiebre, secreción nasal y tos, a menudo se superponen con enfermedades infantiles comunes, como la gripe o el resfriado común. Esto dificulta un diagnóstico .
Respuesta de anticuerpos
Junto con la carga viral, el equipo de Yonker y Fassano también analizó la expresión del receptor viral y la respuesta de anticuerpos en menores sanos, en aquellos con infección aguda por SARS-CoV-2 y en niños con síndrome inflamatorio multisistémico en niños (MIS-C). Todos los test se realizaron con hisopados de nariz y garganta y muestras de sangre. Los hallazgos tienen implicaciones importantes a la hora de determinar la reapertura de escuelas, guarderías y otros lugares con una alta densidad de niños y una estrecha interacción con los docentes y miembros del personal.
«Los menores no son inmunes a esta infección –añade Fassano– y sus síntomas no se correlacionan con la exposición y la infección. Durante esta pandemia hemos examinado principalmente a sujetos sintomáticos, por lo que hemos llegado a la conclusión errónea de que la gran mayoría de las personas infectadas son adultos. Sin embargo, nuestros resultados muestran que los niños no están protegidos contra este virus. No debemos descartarlos como posibles transmisores».
Los investigadores señalan que, aunque los niños con COVID-19 no tienen tanta probabilidad de enfermarse tan gravemente como los adultos, como portadores asintomáticos o portadores con pocos síntomas que asisten a la escuela, pueden propagar la infección y llevar el virus a sus hogares. A esto se suma una preocupación más: las familias de bajos recursos. Los datos del estudio muestran que el 51 % de los niños con infección aguda por SARS-CoV-2 provenían de familias de bajos ingresos en comparación con el 2% de grupos con ingresos altos.
Al mismo tiempo, el estudio echaría por tierra la idea de que, debido a que los niños tienen un menor número de receptores inmunes para el SARS-CoV2, son menos propensos a infectarse o enfermarse gravemente. Los datos del grupo muestran que, aunque los más pequeños tienen menores cantidades del receptor del virus que los niños mayores y los adultos, esto no se correlaciona con una carga viral disminuida. Según los autores, este hallazgo sugiere que los niños pueden tener una carga viral alta: son más contagiosos, independientemente de su susceptibilidad a desarrollar la infección por COVID-19.
¿Deben o no abrir los colegios?
Ante la pregunta más crítica en estas fechas, ¿deben o no deben abrir las escuelas?, las recomendaciones incluyen no depender de la temperatura corporal o el monitoreo de síntomas para identificar la infección por SARS-CoV-2 en el entorno escolar. En lo que sí hacen hincapié es en el distanciamiento social, el uso de mascarillas cuando sea posible, protocolos de higiene y una combinación de enseñanza presencial y remota.
«Este estudio proporciona datos muy necesarios para que los legisladores tomen las mejores decisiones posibles para las escuelas, las guarderías y otras instituciones», concluye Fassano. «Los niños son una posible fuente de propagación de este virus y esto debe tenerse en cuenta en las etapas de planificación para la reapertura de las escuelas. Un regreso apresurado sin una planificación adecuada podría resultar en un aumento en los casos de infecciones por COVID-19», apostilla.
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