Educación

El regreso «ideal» a las aulas: 15 alumnos, ventilación y sin extraescolares

Expertos en salud pública apuestan por la educación presencial en grupos burbujas para facilitar el rastreo en el caso de que se detecte un positivo en un centro escolar

La volátil evolución de la pandemia hace que el regreso a las aulas sea ahora mismo una incógnita en España. No existe un consenso entre la comunidad educativa, el Ministerio de Educación no ha ofrecido un protocolo claro de actuación y las autonomías estudian cómo afrontar el reto que supone garantizar derecho a la educación de miles de niños con total seguridad. En unas semanas, 8,5 millones de niños están llamados a volver a las aulas, pero el cómo dependerá de la situación epidemiológica de cada zona, así como de las características de cada colegio e instituto. Pero ¿cuál es la opinión de los expertos?

Según el experto en Salud Pública, Joan Carles March, los centros deben planificar la vuelta al cole dividiendo a los alumnos en grupos burbuja, de entre 10 y 15 niños máximo, al que se le asignará un solo profesor. Esta fórmula «ayudará a una mejor trazabilidad de los casos si se detecta un positivo, y esa es la principal ventaja, por no hablar de que reducir los ratios mejora la calidad de la enseñanza». March es consciente de que «todo esto conlleva la contratación de más personal y ahí está el principal problema». En cuanto al uso de mascarillas, «deben estar a partir de cierta edad, en mi opinión a partir de los 6 años, pero como un apoyo» Lo importante, recalca, es «reducir los grupos para que pueda garantizarse la distancia física de metro y medio». «Pensemos que las aulas están diseñadas para 25-30 alumnos. Si se establecen grupos burbuja de 15, se pueden separar bastante los pupitres». No debe olvidarse que cada uno de estos grupos deberá salir por separado al patio y que será necesario pautar horarios de entrada y de salida para cada uno de ellos, con el fin de que no coincidan en los pasillos, apunta.

Otro factor clave, según March, es la ventilación de los espacios. Lo ideal, en su opinión, sería que los profesores ventilasen las aulas «cada media hora como mucho y durante un buen rato». Y, por último, seguir la recomendación más repetida durante toda la pandemia: «Un buen lavado de manos antes de entrar a las aulas, y al salir y llegar del patio».

Para los alumnos de Secundaria, este experto en Salud Pública apuesta por la enseñanza semipresencial. «En la situación en la que nos encontramos, con una incidencia acumulada que supera los 35 casos por cada 100.000 habitantes, lo veo una medida necesaria». En estas etapas, «también se organizarían grupos burbuja, y se alternaría su estancia en el centro por semanas.».

Para Juan José Badiola, director del Centro de Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles de la Universidad de Zaragoza, los protocolos para la vuelta al colegio van a depender de la situación epidemiológica de cada comunidad. «Se está criticando a la administración pública por inacción, pero hay que entender que nadie sabe lo que va a pasar dentro de un mes», apunta. ¿Qué fórmulas caben? «La presencial absoluta, que va a ser complicada tal y como está ahora la curva de contagios. La semipresencial, que es la más factible, sobre todo en las etapas superiores, y la “online”, que no sería la deseable». Badiola recuerda que tanto la OMS como Europa apuestan por la presencialidad, porque «educar no es solo trasmitir conocimientos, también valores y que el niño socialice con sus iguales».

Si finalmente se opta porque los niños vayan a la escuela, «habrá que tomar una serie de medidas». Badiola sugiere escalonar las entradas y las salidas de los alumnos para que no se generen aglomeraciones, dividir los grupos con un máximo de 15 alumnos por aula, con el objetivo de que se pueda mantener una distancia de dos metros entre pupitres, y en el caso de que sea imposible, obligar al uso de las mascarillas a partir de los 5 o 6 años. Aunque considera que los grupos burbuja son la mejor opción, advierte de que «no ofrecen una garantía absoluta». «Puede haber niños que tengan hermanos en otros cursos o que se relacionen con otros en el parque fuera del horario escolar y ahí pueden infectarse. Pero de lo que se trata es de minimizar el riesgo y de reducir el tiempo de rastreo en el caso de que se produzca un positivo en el colegio para evitar un brote».

¿Hay suficiente espacio?

No obstante, el científico es consciente de que no todos los colegios tienen las mismas características y que muchos de ellos no podrán contar con espacios suficientes para secuenciar a los alumnos en tantas clases distintas. «El protocolo se va a tener que adaptar a las circunstancias de cada centro, es muy difícil diseñar una norma unitaria para todos ellos». El vicepresidente de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria de Andalucía, Juan Sergio Fernández, insiste en que la enseñanza debe ser presencial porque la salud de los niños también pasa por la socialización pero «hay que hacerlo con garantías». En primer lugar, «usando las mascarillas dentro y fuera del horario lectivo, manteniendo la distancia y con una buena higiene de manos». Fernández cree que una vez que comience el colegio «lo ideal sería que las familias redujesen las relaciones sociales, pero entiendo la dificultad». «Lo suyo sería crear grupos de convivencia estables pero se acabará imponiendo la realidad», reconoce.