Sociedad
China anuncia que empezará a inmunizar a su población a partir de noviembre
Una experta afirma que se espera “que sigan siendo eficaces de uno a tres años"
En tan solo un par de meses, cualquier ciudadano chino que así lo desee podrá vacunarse contra la COVID-19. Al menos eso es lo que anunció ayer Wu Guizhen, experta en bioseguridad del Centro Chino para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), después de informar de que los ensayos clínicos de varias de las vacunas candidatas desarrolladas en el gigante asiático han progresado sin problemas y se están preparando para su producción en masa.
Para ser más exactos, está previsto que estas vacunas contra el coronavirus sean accesibles para sus nacionales en los meses de noviembre o diciembre. De ellas se espera «que sigan siendo eficaces de uno a tres años... [aunque] será necesario observar los resultados durante más tiempo», admitió. Sobre el asunto de la producción en masa, Wu indicó que los expertos habían evaluado las capacidades de varias instalaciones y «dos [plantas] obtuvieron la aprobación mientras la evaluación de una tercera está en marcha», apostilló.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay más de 30 candidatas a vacunas que se están sometiendo a ensayos clínicos en todo el mundo. De las nueve que han alcanzado la etapa final –conocida como fase tres–, cinco se han desarrollado en China. Precisamente este mismo verano, responsables del Grupo Nacional de Biotecnología de China (CNBG), una filial de Sinopharm que desarrolla dos de ellas, aseguraron que podrían estar listas antes de finales de año, algo que ahora parece que se vaya a cumplir.
De ser así, habrá que ver cómo se comparte con el resto del mundo, puesto que no hay que olvidar que el presidente chino, Xi Jinping, prometió en mayo en una reunión de la OMS que cualquier inyección contra la COVID-19 desarrollada por China se convertiría en un «bien público mundial». El mandatario, que aseguró que estaría disponible para todas las naciones, incluso ofreció préstamos multimillonarios a países de América Latina para ayudarles a pagarlas.
Por el contrario, en Washington, el principal funcionario de enfermedades infecciosas, Anthony Fauci, afirmó que si Pekín logra comercializar dicha inyección, es poco probable que Estados Unidos llegue a utilizarla. Como tampoco usaría una vacuna hecha por Rusia, ya que según afirmó sus sistemas de regulación son menos transparentes que los de Occidente.
Mientras se esperan los resultados finales, Wu explicó que ella misma la había probado. «Recibí una vacuna contra el coronavirus en abril», señaló. «Me he sentido bastante bien en los últimos meses, nada anormal. El proceso de inoculación no provocó ningún dolor localizado», agregó.
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