19 provincias están en riesgo extremo a tres días de la Navidad

Un total de 19 provincias presentan un nivel de alerta máxima cuatro a apenas tres días de que se celebre la Navidad. Se trata de territorios que cumplen varios de los criterios comunes –o todos– fijados por el Ministerio de Sanidad en el documento de respuesta coordinada para el control de la transmisión de la Covid-19 en España, y a los que se denominó coloquialmente con el nombre de «semáforo» del coronavirus.

Entre ellos se tienen en cuenta la incidencia acumulada de casos diagnosticados durante los últimos 14 días por cada 100.000 habitantes, la incidencia acumulada de contagios en los últimos siete días, la incidencia entre los mayores de 65 años, el tanto por ciento de positividad que arrojan las pruebas de detección de la enfermedad practicadas o la ocupación de camas de agudos y de cuidados intensivos de la red hospitalaria autonómica.

Entre las provincias más golpeadas por este repunte del virus figuran, por ejemplo, Madrid, Valencia, las cuatro catalanas, Teruel y Zaragoza. Gran parte del sur del país se encuentra en alerta 3 o 2, los niveles inmediatamente inferiores al máximo, y los territorios que mejor están resistiendo la nueva embestida del virus SARS-CoV-2 causante de la Covid-19 son algunas de las islas del archipiélago canario y las provincias gallegas, con especial mención a Lugo, que podría encuadrarse en el nivel más bajo de todos, al que el documento del Ministerio de Sanidad denomina de nueva normalidad.

El informe incluye datos con fecha del día 17 de este mes y ha sido elaborado por la Dirección General de Salud Pública del departamento que dirige Salvador Illa. De acuerdo con los criterios fijados por Sanidad, Álava sería la peor provincia en lo que se refiere a incidencia de casos a 14 días, al registrar 339,3 por cada 100.000 habitantes. La segunda con más infecciones sería Gerona, al contabilizar 325 por la misma proporción de población.

Fuerteventura y La Palma serían, por el contrario, los territorios con menor incidencia, al contabilizar 29,9 y 41,9 casos de Covid-19, respectivamente, y en la Península destaca la situación de Ávila, con «apenas» 86,9 contagios por 100.000 habitantes, y de Salamanca, con 90,9. En incidencia a siete días, Mallorca y Palencia figuran en cabeza, con 214,6 y 191,3, respectivamente.

Los criterios del Ministerio referentes a la incidencia entre los mayores de 65 años, en donde la tasa de letalidad de la Covid-19 empieza a dispararse en España hasta situarse ya casi en el 12% sobre el total de contagiados, colocan en riesgo extremo a Palencia y a Guadalajara, con 575,9 y 353,6 casos, respectivamente de personas infectadas a partir de esa edad por cada 100.000 habitantes. La incidencia a siete días en este colectivo arroja también datos preocupantes en otras provincias españolas.

El informe de Salud Pública detecta también que varias superan además una positividad de los test del 10%, el porcentaje a partir del cual los epidemiólogos sostienen que empieza a fallar el rastreo de los casos declarados y de sus contactos. En concreto, rebasan ese límite 22 provincias, con porcentajes ya disparados en Albacete, en donde alcanza el 18,9%, y en Valencia, en donde llega hasta el 17,8%.

A la hora de medir el impacto de la enfermedad por provincias, Sanidad tiene también en cuenta el nivel de saturación de los recursos sanitarios por pacientes positivos de Covid-19. La provincia con los hospitales más llenos de enfermos de este tipo en planta son Toledo, en donde el porcentaje de ocupación alcanza el 17,5%, y Zamora, en donde llega hasta el 16,4%. Sorprendentes resultan los datos de Gerona, en donde dicha ocupación de pacientes no críticos es de apenas un 10,7%, pero que sin embargo alcanza un 49,4% de ocupación en las unidades de cuidados intensivos (UCIS), situándose en tercera posición en este particular apartado, sólo por detrás de otras dos provincias que están todavía peor: La Rioja y Lérida, con un 53,7% las dos. En ambas se repite el caso de Gerona, pues el nivel de ocupación de las plantas es mucho más bajo que el de las UCIS, no superando en ninguno de los dos casos el 10%, lo que podría ser indicativo de un deficiente número de recursos asistenciales para la atención de los pacientes en estado más grave. Durante el punto más álgido de la segunda ola de esta pandemia comunidades como La Rioja sufrieron un alto impacto hospitalario y apenas disponían ya de espacio para los enfermos más graves. El confinamiento frenó los contagios y contribuyó a reducir la demanda asistencial.