Semana Santa
La inacción de Sanidad ante Semana Santa desata una guerra autonómica
Ximo Puig busca aliados para imponerse contra Madrid y decretar el cierre perimetral en todas las comunidades
Liderazgo. Las comunidades exigen a la ministra de Sanidad, Carolina Darias, que no se lave las manos ante el desafío que se presenta de cara a Semana Santa. Le piden que coordine una estrategia común para contener una cuarta ola y evitar así el desastre de las Navidades. Y la ministra se ha encomendado a la Comisión de Salud Pública. Este comité presentará hoy una propuesta de actuaciones que «se vertebrará en dos ejes: medidas que limiten la movilidad y los contactos sociales», explicó ayer Darias en rueda de prensa tras reunirse con los consejeros. La semana que viene esta propuesta se discutirá en el Consejo Interterritorial con el objetivo de que sea aprobada por unanimidad. Pero será difícil. El frente liderado por la Comunidad Valenciana exige que se prohíba la movilidad intercomunitaria. Madrid y Extremadura quieren mantener la apertura de sus territorios. Y otras, como Andalucía y Castilla y León, exigen unos «criterios claros» para permitir la entrada de ciudadanos de otras regiones.
«Necesitamos una respuesta de país que nos permita seguir salvando vidas», subrayó la ministra. Busca que la estrategia cuente con el consenso de todas las comunidades, pero advirtió de que, aunque no guste a todas, lo que se apruebe en el Consejo será de obligado cumplimiento.
Darias es partidaria de mantener el cierre perimetral, al menos hasta después de las vacaciones porque la situación no es tan halagüeña como parece. Por un lado, Sanidad ha confirmado que existe transmisión local de las dos peores mutaciones del SARS-CoV-2: la brasileña, conocida técnicamente como P.1, y la sudafricana, denominada B.1.351. Ambas tienen mayor capacidad de contagio y de sortear los anticuerpos de las actuales vacunas. Por otro, la tasa de contagio (número de personas a las que infecta un positivo) está de nuevo en subida. El 10 de febrero rozó mínimos, cuando descendió hasta el 0,66, uno de los niveles más bajos de toda la pandemia. A tres semanas de la Semana Santa, la tasa de contagio está de nuevo en ascenso. Se sitúa en el 0,88 y la meta para tener controlada la pandemia es que mantenga por debajo de 1, algunos expertos prevén que la cuarta ola pueda llegar incluso antes del próximo periodo festivo en España. Sanidad teme que llegue con los hospitales aún tensionados en muchas comunidades, con seis de ellas con ocupaciones de UCI por enfermos Covid por encima del 30%. «Seguimos en el buen camino, pero el descenso en la curva de contagios se ha ralentizado y hemos entrado en un valle. El descenso en UCIS también es más lento. No estamos en condiciones de absorber una cuarta ola», alertó la titular de Sanidad.
Con tales datos, el Gobierno pide prudencia para abordar la Semana Santa. «Nuestro objetivo es salvar vidas no semanas», incidió la titular de Sanidad. Y las comunidades demandan liderazgo. Castilla y León, Andalucía y Madrid presionan sin miramientos. El presidente castellanoleonés, Alfonso Fernández Mañueco, hizo un nuevo llamamiento al Gobierno central para que diseñe una estrategia consensuada. «A problemas comunes, respuestas comunes», reclamó. Por su parte, el vicepresidente andaluz, Juan Marín, pidió a Darias que asuma «de una vez por todas» sus competencias y establezca unos criterios «claros» para la salida del cierre perimetral de las comunidades. En la comunidad de Madrid, el alcalde, José Luis Martínez Almeida y el vicepresidente Ignacio Aguado, exigen al Ejecutivo de Pedro Sámchez «marcar una estrategia de movilidad» para todas las autonomías y «una respuesta a nivel nacional» ante los cierres perimetrales.
Pero la presidenta Isabel Díaz Ayuso está dispuesta a ir por su cuenta si los datos epidemiológicos lo avalan. La presidenta apuesta por mantener la apertura de la región para favorecer el turismo y «mover la maltrecha economía». Algo que no ha gustado a las comunidades limítrofes. De hecho, el presidente valenciano, Ximo Puig, está tejiendo alianzas por su cuenta para imponer un frente común contra Ayuso. Puig se puso ayer en contacto con las regiones fronterizas (Castilla-la Mancha, Aragón, Cataluña, Baleares y Murcia) para acordar una posición conjunta de cara a limitar la movilidad intercomunitaria en Semana Santa.
Frente común contra Ayuso
El presidente valenciano defendió ayer ante el Consejo Interterritorial «mantener las restricciones de movilidad vigentes» entre las comunidades autónomas porque «no puede haber alguna que ponga en riesgo el esfuerzo que se ha hecho por los valencianos. En la misma línea se muestra El Gobierno de Castilla-La Mancha. El Ejecutivo de Page pide a Madrid que decrete un cierre perimetral que evite la movilidad de sus ciudadanos con vista a las fiestas porque, según su portavoz, Blanca Fernández, en caso de no producirse el cierre, se pueden complicar los datos y «eso tiene un coste en vidas». «Por favor, a la Comunidad de Madrid: hay que hacer un último esfuerzo porque estamos en plena vacunación, pero hay que ser pacientes y seguir esforzándose por los mayores y las personas más vulnerables. No puede ser que la Semana Santa sea una segunda Navidad».
Otras comunidades como La Rioja también se han mostrado partidarias del cierre. La presidenta Concha Andreu anunció que la región seguirá cerrada durante la Semana Santa porque la «preocupación» principal de su Ejecutivo es «evitar un repunte de los contagios». Asturias, Murcia, Castilla y León, Navarra y el País Vasco también se han expresado en esta línea. Cantabria , por su parte, está dispuesta a abrir si la incidencia acumulada baja de los 50 casos por cada 100.000 habitantes. Cataluña ya ha adelantado que no se regirá por la estrategia de país y que decidirá según la situación epidemiológica. Canarias y Baleares tiene abiertas sus fronteras al turismo. Pero si se decreta el cierre intercomunitario, solo podrá acoger el internacional.
Este es el mapa actual de restricciones
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