Pandemia

Los confinamientos y restricciones nos hacen más huraños

El shock que provocan estas medidas nos vuelve también más incívicos, menos altruistas y nos lleva a tomar peores decisiones, según una investigación de la Universitat Oberta de Catalunya.

Durante el confinamiento, se acuñó el término "policías de balcón" para denominar una práctica muy habitual: la de "vigilar" si la gente incumplía las restricciones.
Durante el confinamiento, se acuñó el término "policías de balcón" para denominar una práctica muy habitual: la de "vigilar" si la gente incumplía las restricciones.kike taberner

Quizá salgamos de esta experiencia siendo mejores pero, por ahora, no lo parece. Una vivencia tan intensa, desconocida y traumática como ha sido el confinamiento, parece haber sacado lo peor de los seres humanos en algunos aspectos. Tanto esta etapa de cuarentena estricta, como las restricciones posteriores empujan a muchas personas a tomar peores decisiones, según un estudio hecho por el grupo de investigación Open Evidence de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), que ha encuestado a 5.000 voluntarios de España, Italia y Reino Unido durante la primera y segunda ola de la pandemia.

El trabajo, que publica la revista Scientífic Reports, ha analizado la relación entre el impacto negativo de las medidas tomadas para atajar la epidemia y el funcionamiento cognitivo, las preferencias sociales, temporales y de riesgo de la ciudadanía, para concluir que estas restricciones “merman las capacidades cognitivas y erosiona el civismo”. En concreto, los datos muestran que, debido al shock provocado por la situación, los ciudadanos han corrido más riesgos, a pesar de que les ponían en peligro de contagiarse, y han tomado peores decisiones, incluyendo su propensión a ser menos altruistas y querer castigar más a los demás, debido a que su capacidad cognitiva se ha visto disminuida.

Reacciones impredecibles

En el primero de los cuestionarios, los investigadores recogieron información sobre los niveles de exposición a cuatro tipos de impacto durante el confinamiento: trabajo, salud física, salud mental y estrés. En el segundo, midieron la función cognitiva de los voluntarios y otros parámetros relacionados con el riesgo, la toma de decisiones, el altruismo y la reciprocidad, entre otros. Los resultados muestran que las personas más expuestas a las consecuencias de los efectos del confinamiento vieron más disminuida su capacidad cognitiva, tomaron decisiones más arriesgadas y vieron erosionado su civismo.

“La gente tenía mermadas sus capacidades para tomar decisiones, y reaccionaba de maneras no predecibles. En lugar de tener más cuidado por la pandemia, se arriesgaban porque no podían más”, según Francisco Lupiáñez, profesor de Ciencias de la Información y Comunicación e investigador del grupo Open Evidence de la UOC. Por otro lado, la ansiedad y la tensión del momento, llevaron a muchas personas a tomar decisiones que reportaran beneficios inmediatos como, por ejemplo, mudarse fuera de la ciudad, a entornos rurales donde poder tener más libertad, sin valorar si eso les convenía a largo plazo.

Castigar a los demás

En cuanto a la relación con los demás, “querían, por ejemplo, que se castigara a aquellos que no llevaban mascarilla o que se saltaban las restricciones, a pesar de que ellos mismos eran más proclives a tomar decisiones que implicaban un mayor riesgo”, añade. “Se tomaron decisiones muy duras sin tener en cuenta el coste social que tendrían. Solo se tuvo en cuenta una perspectiva a corto plazo. Y ahora sabemos que cuatro de cada diez ciudadanos estaban en riesgo de sufrir una enfermedad relacionada con la salud mental a consecuencia del shock vivido durante esta pandemia. Todo ello tendrá implicaciones a medio plazo”.

Este es uno de los trabajos más recientes, pero no el único, en el que se pone en duda si las estrategias de mitigación del contagio, como los confinamientos, han generado consecuencias perjudiciales importantes en términos de impacto laboral y de salud. De hecho, la gran evidencia que existe sobre los efectos de estas restricciones en la salud mental de la población ha llevado a expertos de diferentes ámbitos a pedir que se mida muy bien la relación coste/beneficio de medidas de está índole antes de volver a ponerlas en práctica.