Pandemia

El mundo se está quedando sin arena: por qué puede perjudicar a la vacuna contra el coronavirus

Expertos alertan de una escasez mundial del vidrio necesario para fabricar los viales para que las vacunas contra la covid-19 lleguen a todo el mundo

Viales de la vacuna AstraZeneca contra la Covid-19 que se administró al personal de servicio de ayuda a domicilio en las instalaciones deportiva del pabellón Sadus de la Universidad de Sevilla
Viales de la vacuna AstraZeneca contra la Covid-19 que se administró al personal de servicio de ayuda a domicilio en las instalaciones deportiva del pabellón Sadus de la Universidad de SevillaMaría José LópezEuropa Press

Más de cien farmacéuticas y otros actores del sector sanitario cerraron ayer dos días de reuniones para estudiar cómo aumentar la producción de vacunas anticovid, aunque subrayaron que la enorme escala de dosis que se necesita empieza a producir escasez de algunas de las materias primas requeridas. La reunión, organizada por Chatham House (y que por ello sigue rigurosas reglas de confidencialidad) subrayó el difícil reto que supone producir todas las vacunas contra la covid-19 proyectadas, una labor que según destacaron asistentes al encuentro no tiene precedentes.

Los expertos advirtieron de que el mundo se enfrenta a una carestía de arena, y sus consecuencias podrían afectar a la producción de vacunas contra el coronavirus. Esta materia prima es un componente fundamental en la industria de la construcción. Se utiliza para fabricar hormigón, asfalto, vidrio e incluso microchips usados en productos de alta tecnología, lo que la convierte en esencial en viviendas y tecnología. Solo la industria de la construcción usa hasta 50.000 millones de toneladas de arena al año.

La falta de vidrio es motivo de preocupación durante la pandemia de coronavirus, dados los miles de millones de viales necesarios para que las vacunas lleguen a todo el mundo. Los expertos creen que la demanda de viales de vidrio aumentará en 2.000 millones los próximos dos años.

“Simplemente pensemos que la arena está en todas partes”, indicó Pascal Peduzzi, un científico climático del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), durante el seminario web organizado por Chatham House. “Nunca pensamos que nos quedaríamos sin arena, pero está comenzando a ocurrir en algunos lugares”, agregó Peduzzi. “Se trata de anticipar lo que puede suceder en la próxima década, porque si no miramos hacia adelante, si no nos anticipamos, tendremos enormes problemas con el suministro de arena, pero también con la planificación del territorio”, sentenció el experto.

Por su parte, Richard Hatchett, consejero delegado de la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias destacó que “las compañías anticipan para este año una producción de entre 10.000 y 14.000 millones de dosis de vacunas anticovid, cuando en años normales se fabrican entre 3.500 y 4.500 millones de dosis de todas las otras vacunas sumadas”. En este sentido, Hatchett también consideró preocupante que algunos países, ante los problemas de abastecimiento de vacunas y materias primas para su fabricación, hayan considerado limitaciones a la exportación, algo que en su opinión podría afectar también a la distribución de otros productos médicos.

El director general de la Federación Internacional de Asociaciones de Fabricantes de Fármacos (IFPMA), Thomas Cueni, agregó que en el encuentro todas las firmas mostraron su compromiso para aumentar la producción de dosis anticovid, pese a las crecientes dificultades. Según IFPMA, se necesita “un urgente diálogo abierto entre fabricantes, distribuidores, organizaciones internacionales y gobiernos para enfrentar esta escasez de materias primas para que no interrumpan la producción de vacunas”.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que sólo se han administrado por ahora en el mundo unos 268 millones de dosis, lejos de las 10.000 millones que se necesitarían aproximadamente para inmunizar a un 70 por ciento de la población mundial, mínimo necesario para conseguir la inmunidad de grupo.

Los once fabricantes, cuyos tratamientos ya están siendo usados clínicamente contra la covid-19, han producido por ahora unos 400 millones de dosis, siendo Pfizer la que ha fabricado un mayor número (119 millones), seguida de Sinovac (91 millones) y AstraZeneca (83 millones), según cifras presentadas en el encuentro.