Polémica

La triquiñuela de Sanidad para limitar los contactos en Semana Santa sin cambiar el estado de alarma

Prohibirá la actividad no esencial a partir de las 20:00 horas, pero los toques de queda se mantendrán a partir de las 22:00 o las 23:00 horas, como hasta ahora

La ministra de Sanidad, Carolina Darias, en la sesión de control al Gobierno, este miércoles en el Congreso de los Diputados. EFE/Chema Moya
La ministra de Sanidad, Carolina Darias, en la sesión de control al Gobierno, este miércoles en el Congreso de los Diputados. EFE/Chema MoyaChema MoyaAgencia EFE

El Ministerio de Sanidad ha ideado una triquiñuela para poder limitar aún más más la movilidad y los contactos sociales durante esta Semana Santa sin tener que modificar el decreto del estado de alarma. Se trata de cerrar toda la actividad no esencial a partir de las 20:00 horas, pero manteniendo los toques de queda entre las 23:00 horas y las 06:00 horas. Este decreto prevé incluso la posibilidad de que las comunidades puedan ampliar el toque de queda de 22:00 horas hasta las 07:00 horas si lo consideran necesario.

Si la iniciativa que el departamento que dirige Carolina Darias prospera durante la reunión que mantendrá hoy el Pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS), el máximo órgano de coordinación sanitaria del conjunto del Estado, se podrá dar dar la circunstancia de que una persona no pueda acudir a un bar o a un comercio a las 20:05 horas durante los próximos días festivos, pero sí podría estar en la calle hasta las 22:00 o las 23:00 horas, dependiendo de cuál sea el inicio del toque de queda que decida su comunidad.

Se trata, pues, de una especie de toque de queda adelantado de facto, que no obligaría en cambio a modificar la normativa por la que se rige en estos momentos el país como consecuencia de la pandemia. ¿Quiere hacer pues ahora Sanidad lo mismo que le prohibió hacer hace semanas a Castilla y León? No exactamente, pues esta comunidad trató adelantar el horario del toque de queda. El Ministerio viene a hacer lo mismo de facto, pero no lo altera ni adelanta. Simplemente adelanta el cierre de tiendas y hostelería durante tres horas, lo que aboca a numerosas personas a quedarse en sus domicilios a esas horas, al no haber nada abierto que se considere no esencial.

Como ya ha informado este periódico, Darias y su equipo han empezado a ver señales inequívocas de que España se encamina hacia una cuarta ola, que podría terminar de declararse en la primera quincena de abril. El frenazo en el descenso de los contagios, el aumento en algunas autonomías y la tasa de multiplicación del virus, con unas unidades de cuidados intensivos (UCIS) aún muy llenas en la mayor parte del país, han llevado a Sanidad a intentar no repetir los mismos errores que se cometieron las pasadas navidades y que dieron lugar a la eclosión de la tercera ola.

En contra de un estallido desorbitado de la cuarta juega la campaña de vacunación y el aumento de personas inmunizadas con las dos dosis, especialmente entre la población de mayor edad. A favor de que sea más abrupta juega la expansión de las nuevas variantes del virus, especialmente la británica, mucho más transmisible y, por tanto, más letal, aunque también preocupa la irrupción de la cepa sudafricana y de la brasileña.