Restricciones

Sanidad quiere endurecer la Semana Santa con cierres de la actividad no esencial a las 20:00 horas

Incluye un punto en el orden del día del Interterritorial de hoy sobre medidas coordinadas ante el temor de que estalle una cuarta ola de covid tras las vacaciones

El Ministerio de Sanidad empieza a temer que a la vuelta de Semana Santa arranque una cuarta ola de Covid-19 en España. La expansión de las nuevas variantes del virus, especialmente la británica, mucho más transmisible y, por tanto, letal, y algunos datos epidemiológicos, le hacen temer que lo que está empezando a suceder en algunos países de nuestro entorno como, por ejemplo, Francia, comience a suceder también aquí, acrecentado por el aumento de los contactos sociales fruto de la movilidad.

El departamento que dirige Carolina Darias observa con inquietud desde hace tiempo la evolución de la tasa de contagios o número reproductivo básico instantáneo (Rt). Dicho parámetro mide el número de personas a las que contagia de media cada infectado por el virus SARS-CoV-2. Hace semanas, el Rt llegó a rozar su punto más bajo de toda la pandemia. La magnitud llegó a estar a mediados de febrero en 0,66, frente al 0,60 que alcanzó el 9 de mayo del pasado año, después detres meses de duro confinamiento. Dicho número ha empezado a crecer y ya roza en España el temido 1, umbral a partir del cual los epidemiólogos entienden que la infección vuelve a crecer entre la población. A día de hoy, según los datos del Instituto de Salud Carlos III, se sitúa en un 0,97. Más peligrosa que el dato es la tendencia.

Sanidad también observa un estancamiento en el frenazo de los casos diagnosticados en los últimos 14 días, así como el ligero cambio de tendencia que está experimentando este parámetro en algunas autonomías, lo que abocaría a un aumento de la necesidad de atención sanitaria de los afectados con un problema añadido con respecto a otras olas: el nivel de ocupación de las plantas de los hospitales y, sobre todo, de las unidades de cuidados intensivos (UCIS) se encuentra aún en un punto muy alto. En comunidades como Cataluña y Madrid la tasa de ocupación en estas unidades de críticos sobrepasa el 30%, y en el conjunto del país roza el 20% de media. Una barrera demasiado alta para afrontar una nueva avalancha de pacientes.

Estos y otros datos, así como la nefasta experiencia de las pasadas navidades están llevando al Ministerio a aportar por una línea más dura de contención, que no se limitaría a los polémicos cierres perimetrales como el del puente pasado o en la próxima Semana Santa. En la reunión que mantendrá hoy con los consejeros de Salud de las comunidades en el Pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS), el departamento que dirige Carolina Darias ha incluido un etéreo tercer punto del día a los ya consabidos de la situación epidemiológica motivada por la Covid-19 y la actualización sobre las vacunas frente a esta enfermedad. Se trata del punto tres de la convocatoria, y se refiere a “medidas en relación a actuaciones coordinadas frente a la Covid-19 para Semana Santa”.

Actividad no esencial

Aunque no especifica más, fuentes sanitarias aseguran que el Ministerio está estudiando la posibilidad de reducir al máximo la actividad no esencial durante dicho periodo para frenar en la medida posible la movilidad en el interior de los propios territorios. Entre las opciones manejadas figura adelantar todo lo posible los toques de queda y fijarlos de manera uniforme en todo el país. Uno de los horarios que plantea es ponerlo a partir de las 20:00 horas, lo que implicaría el cierre de bares, negocios y otras actividades que, a su juicio, no son fundamentales para los ciudadanos.

En el pasado puente, los toques de queda se fijaron a las 22:00 horas. Dicha nueva limitación implicaría un cambio en el decreto del estado de alarma que ahora lo fija con carácter general a las 23:00 y las 6:00 horas, aunque abriendo la posibilidad de ampliarlo de 22:00 a 07:00 de la mañana. La medida podría agrietar una oposición de las comunidades del PP. Castilla y León ya mantuvo una batalla jurídica con el Ministerio al querer adelantarlo unilateralmente a las 20:00 horas. El Ministerio la ganó finalmente en los tribunales. Madrid, en cambio, es partidaria de mantener el toque de queda a las 23:00 horas para no hundir la actividad económica generada por la hostelería.