La minoría a la que le gusta el agua con gas

Cerveza, vino, refrescos o agua, las posibilidades para apagar la sed y refrescarse en el verano son innumerables. Sin embargo hay una bebida que no deja indiferente a quien la prueba por primera vez: el agua con gas.

Esta mezcla de agua natural con dióxido de carbono presurizado llegó a nuestro país a finales del siglo XIX y se conocía popularmente como sifón, una palabra ahora en desuso con la llegada del agua en botellas individuales. Aunque en principio se elaboraba en las farmacias para tratar algunas pequeñas dolencias estomacales pronto su uso se popularizó y pasó a fabricarse de manera industrial.

Actualmente, el consumo de agua con gas no es muy habitual en España. Según un sondeo de NC Report para LA RAZÓN. El 62 por ciento de los encuestados prefiere el agua natural frente al 34,6 que se decanta por el agua con gas.

Los más mayores son los que presentan mayor rechazo a esta bebida, ya que el 70 por ciento de los mayores de 55 años escoge el agua sin gas frente al 27,1 que se decide por la carbonata. La encuesta está más igualada entre los españoles de entre 35 y 54 años, ya que el 55,9 prefiere el agua natural y el 42,2 el sifón. Los más jóvenes (entre 18 y 34) también la rechaza.

Café o té

El té es otra bebida que, pese al auge de los últimos años con la introducción de numerosas variedades, sale perdiendo cuando compite con el café. Y es que la mayoría de los españoles prefieren el café frente a la bebida tradicional británica. Según la encuesta de NC Report, el 70,5 de los sondeados prefieren la cafeína a la teína.

En todos los segmentos de edad el café gana por goleada al té, ya que la mínima diferencia se encuentra entre los de 18 a 34 años. En este caso, el 60 por ciento prefiere el café frente al 30 que se decanta por el té.

¿Cerveza o vino?

Pese a que España es el tercer productor mundial de vino, a la hora de elegir entre esta bebida y la cerveza los españoles lo tienen claro: prefieren la cerveza. Según la encuesta de NC Report, el 54,9 escoge la cerveza frente al 38,9 que se decanta por el vino. En este caso, la edad marca la diferencia a la hora de elegir entre una bebida y otra. Así, el 67,1 por ciento de los encuestados con edades entre 18 y 34 y el 62,6 de los de entre 35 y 54 son más de cañas que de chatos. Sin embargo, los mayores de 55 eligen el vino en una proporción de 48,5 frente al 41,5% de los cerveceros.