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La ola de calor deja casi 400 muertes en Madrid y Barcelona

Un estudio internacional relaciona el 65% de las víctimas mortales por calor en 12 grandes ciudades de Europa con el calentamiento global

Ola de calor
Ola de calorLa Razón

La última ola de calor deja 286 personas fallecidas en Barcelona, 108 víctimas mortales en Madrid y 2.300 en las principales ciudades de Europa. Eso significa que las dos urbes más pobladas de España suman, en total, casi 400 muertes por las altas temperaturas, lo que representa el 17% del total estimado en el continente.

Así lo concluye un estudio del grupo científico internacional World Weather Attribution (WWA), que calcula que el 65% de los fallecimientos por calor extremo sucedidos en 12 grandes ciudades europeas entre el 23 de junio y el 2 de julio de 2025 fueron provocados directamente por el cambio climático y, por tanto, se podrían haber evitado si la quema de combustibles fósiles no hubiera exacerbado el calentamiento global.

El informe, dirigido por investigadores del Imperial College de Londres y la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, señala que las altas temperaturas causaron unas 2.300 muertes en ciudades como Madrid, Barcelona, París, Roma, Lisboa o Atenas. De estas, 1.500 fallecimientos se atribuyen a la crisis climática, lo que para ellos evidencia el impacto directo del calentamiento global sobre la salud pública.

"Este estudio demuestra por qué las olas de calor se conocen como asesinos silenciosos", advirtió Malcolm Mistry, profesor adjunto de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, en un comunicado. El experto afirma que los registros oficiales pueden infravalorar la cifra de muertes relacionadas con el calor. "Aunque se han reportado algunas muertes en España, Francia e Italia, se estima que miles más hayan fallecido, pero sus muertes no se registrarán como relacionadas con el calor", destaca.

Madrid pasó más calor, pero en Barcelona hubo más muertes

En España, el contraste entre Madrid y Barcelona resulta especialmente llamativo. Según los datos del estudio, en Barcelona murieron 340 personas durante la ola de calor que finalizó a principios de julio, de las cuales 286 fallecimientos están ligados al cambio climático. En Madrid se registraron 118 muertes, 108 atribuibles al calentamiento global. Lo sorprendente es que la temperatura media fue más alta en Madrid (30,16 ºC) que en Barcelona (29,04 ºC), lo que llevó a los investigadores a analizar posibles diferencias estructurales entre ambas ciudades.

"Hay pruebas de que la gente en Barcelona, por razones que no hemos tenido en cuenta en el estudio, es más vulnerable", según explicó uno de los autores del informe durante una rueda de prensa en Bruselas. "Puede ser por la proporción de viviendas unipersonales más vulnerables, por ejemplo".

Por su parte, a pesar de registrar menos muertes, Madrid experimenta un aumento más intenso en las temperaturas durante las olas de calor. En esta última, la capital española soportó un incremento térmico de +3,68 ºC respecto a los valores habituales, el más alto entre las 12 ciudades analizadas.

"Madrid está prácticamente en el centro de España y no es muy costera, algo que no pasa en Lisboa, por ejemplo", señaló una de las investigadoras. Y añadió que "el océano se calienta más lentamente que la tierra, y eso explica por qué el aumento en Madrid es más agresivo". Lisboa, en comparación, experimentó un incremento de apenas 1,13 ºC durante el mismo periodo.

El perfil de las víctimas: mayores de 65 años

El informe advierte que el cambio climático golpea con especial dureza a las personas más vulnerables. El 88% de las muertes atribuibles al calentamiento global fueron de personas mayores de 65 años. Esto "pone de relieve que las personas con afecciones médicas subyacentes son las que corren mayor riesgo de muerte prematura durante las olas de calor", subraya el estudio.

Las condiciones climáticas extremas, cada vez más frecuentes e intensas, se están convirtiendo en una amenaza directa para la salud pública en Europa, especialmente para quienes ya sufren patologías crónicas. Además, se ha comprobado que el calor acelera el envejecimiento y puede adelantar los embarazos de riesgo o prematuros.

Europa, en el punto de mira pro calor

La ola de calor de finales de junio e inicios de julio obligó a tomar medidas de emergencia en varios países. En Francia, se cerraron escuelas; en Italia, se prohibió trabajar al aire libre en las horas más calurosas, en Creta hubo evacuaciones por un gran incendio y Serbia alcanzó su temperatura más alta desde el siglo XIX. Los resultados del estudio colocan el foco en la necesidad de adaptar las ciudades europeas al nuevo contexto climático, según los autores.

Además, indican que las diferencias entre regiones muestran que, aunque las temperaturas sean similares, la vulnerabilidad que conlleva no lo es. Por tanto, los científicos del WWA instan a los gobiernos europeos a reforzar sus planes de emergencia, adaptar infraestructuras urbanas y proteger a las poblaciones más vulnerables antes de que la próxima ola de calor vuelva a cobrarse vidas. "Este informe no es solo una estimación científica. Es una alerta", concluyen.