Consumo

Diferencias entre fecha de caducidad y fecha de consumo preferente

Este tipo de etiquetado nos protege del riesgo de intoxicación a la hora de ingerir alimentos, aunque existen diferencias importantes que debemos conocer

Cuando decidimos consumir un alimento de nuestro frigorífico que lleva bastante tiempo, lo primero que comprobamos es que no está caducado. La fecha en el envase nos protege del riesgo de una intoxicación que pueden tener consecuencias graves. Estos tipos de etiquetado, conocidos como fecha de caducidad, consumo preferente y fecha de congelación, son conceptos que, de acuerdo al Reglamento (UE) Nº 1169/2011 sobre información facilitada al consumidor y, salvo en determinadas excepciones, deben figurar de forma obligatoria en el etiquetado de todos los alimentos de venta al consumidor. Parecen términos similares, pero nada más lejos de la realidad. Y es que, aunque la mayoría de consumidores considera que a partir de la fecha indicada en el envase no se debe consumir un producto, en el caso de la fecha de consumo preferente sí que se puede ingerir sin que eso suponga un riesgo para la salud.

Fecha de caducidad

La fecha de caducidad es el día, mes y, en la mayoría de productos, año, hasta el cual un alimento puede consumirse de forma segura. Se indica en productos que son muy perecederos y con riesgo microbiológico, como carnes y pescados frescos, que duran pocos días y donde puede haber bacterias patógenas. Este aspecto no puede verificarse sensorialmente ya que aunque de forma aparente el alimento en cuestión pueda presentar buen aspecto, microbiológicamente hablando puede ser peligroso para la salud. Por tanto, lo mejor y más seguro es no consumir nunca un alimento caducado. Una opción para no desechar estos alimentos si vemos que su fecha de caducidad está próxima y no pensamos consumirlo, sobre todo ahora que el Gobierno ha implantado la nueva Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario, es congelarlos. Eso sí, al descongelar estos productos, debemos consumirlos dentro de las siguientes 24 horas. Siempre hay riesgo de la existencia de bacterias patógenas en el producto crudo, pero, una vez superado el límite marcado, este riesgo aumenta de manera exponencial.

Consumo preferente

La fecha de consumo preferente indica el momento hasta el cual un alimento conserva todas sus propiedades. Una vez sobrepasada, siempre y cuando el envase no esté dañado y se respeten las instrucciones de conservación, el alimento sigue siendo seguro para el consumidor, aunque puede empezar a perder sabor y textura. En este caso, la forma de etiquetado será: “consumir preferentemente antes del fin de…” o “consumir preferentemente antes del…”. Según expresa la Agencia Española de la Seguridad Alimentaria y Nutrición sobre el consumo de aquellos alimentos que hayan superado su fecha de consumo preferente, si el envase del alimento está intactoy tiene buen aspecto y sabor, entonces, podrá ser consumido de forma segura.

¿Y los alimentos sin fecha de caducidad?

Existen una serie de alimentos que no están obligados a llevar este tipo de etiquetados. Esto no quiere decir que se trate de alimentos no perecederos. En realidad, son aquellos que, o bien su consumo está previsto para un plazo breve de tiempo y su deterioro es evidente, como es el caso de las frutas u hortalizas, o por el contrario, se trata de alimentos cuya vida útil es muy larga y sus características intrínsecas favorecen su propia conservación, como es el caso de la sal o el vino.

Al Capone, ¿el padre de la fecha de caducidad?

Durante la Gran Depresión producida a finales de la década de 1920, el conocido mafioso, Al Capone abrió innumerables comedores sociales para proporcionar comida gratuita a los pobres y la clase media americana. A pesar de perder miles de dólares en este proyecto diariamente, recibió el apoyo incondicional de la gente, lo que borró su imagen de asesino sediento de sangre. Uno de los productos estrella de estos “restaurantes” era la leche, que Al Capone compraba en grandes cantidades. En aquella época aún no existían controles de calidad en los alimentos y, un día, en uno de sus comedores sociales, un joven sobrino del mafioso murió por intoxicación después de beber leche en mal estado. Debido a esto, Al Capone exigió a los gobernantes que las botellas de leche llevasen impresa una fecha de caducidad. La medida se extendió después a todo tipo de alimentos.

Lo que no sabían los gobernantes, es que Al Capone tenía bajo control toda la maquinaria existente para realizar estas inscripciones meses antes de la entrada en vigor de la ley, lo que obligó a las fábricas de leche a comprarle a él estas máquinas. El negocio de venta de maquinaria de estampación lo dirigía su hermano Ralph, que llegó a ser conocido como “Botella” Capone.