Secuelas

Un 1% de los menores infectados desarrolla covid persistente grave

Un estudio británico detecta síntomas 15 semanas después de contagiarse en 32.000 de los 200.000 jóvenes investigados

Síntomas
SíntomasTania Nieto

Actualmente es uno de los principales retos a los que se enfrenta el sistema de salud por un lado y los científicos por otro: la covid persistente. Y no estamos hablando solo de síntomas y consecuencias. Cuando se habla de Covid persistente la definición aceptada es que se trata de aquella cuyos síntomas continúan durante más de 12 semanas después de la infección, grave o leve, y que no pueden explicarse por otra causa. Hasta allí todo parece claro. El problema es cuando se comienzan a definir los síntomas, entre los que están incluidos (de acuerdo con la OMS) cansancio extremo, dificultad para respirar, palpitaciones del corazón, dolor u opresión en el pecho, problemas con la memoria y la concentración, cambios en el gusto y el olfato y dolor en las articulaciones.

Pero los estudios científicos, incluyendo uno de los más multitudinarios realizado por el University College London (UCL), han identificado hasta 200 síntomas que afectan a 10 sistemas de órganos. En este sentido la dificultad es que los síntomas pueden ser tan individuales y abarcar un paraguas tan amplio que no siempre se diagnostica correctamente. Si a eso le sumamos que estamos hablando de unas secuelas muy recientes, que los estudios recién se están realizando y que los científicos aún tienen mucho que aprender, el panorama es más que complejo.

Y una de las grandes preocupaciones son los menores de edad. Si bien los niños y niñas por debajo de los 12 años tienen menos probabilidades que los adultos de contraer covid, se asume que es menos probable que desarrollen covid prolongado o persistente. Pese a esta lógica, la realidad es que sí hay casos. Un estudio realizado por científicos del Instituto de Salud Infantil de Great Ormond Street (Reino Unido) investigó más de 200.000 casos positivos en menores de edad. Los resultados mostraron que entre 4.000 y 32.000 de ellos todavía presentaban síntomas 15 semanas después.

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SíntomasTania Nieto

Las cifras presentan una diferencia tan grande debido justamente a la dificultad para precisar qué síntomas sí entran o cuáles no. Respecto a las secuelas, menos de un 1% tendrían que enfrentarse a efectos secundarios graves. Pero sigue habiendo un vacío de conocimiento muy amplio en este aspecto aún. ¿Cuáles son las posibles causas?

La realidad es que aún no hay una certeza inequívoca pero los estudios comienzan a aportar nuevas pruebas. Una posibilidad es que la infección haga que el sistema inmunológico de algunas personas se acelere, atacando no solo al virus sino también a sus propios tejidos. Eso podría suceder en personas que tienen una respuesta inmunitaria muy fuerte. Un análisis realizado por la Universidad de Oxford reveló cuatro grupos distintos de pacientes según la gravedad de los síntomas experimentados: un 11% apenas se vieron afectados; en el 39% los síntomas se consideraron leves; en el 30% graves y en el 20% muy graves. A estos datos se suman informaciones más precisas. La covid persistente sería más probable con la edad (entre un 1 y un 2% a los 20 años y un 5% a los 60) y dos veces más común en mujeres.

Pero el análisis reveló otros datos. Se analizaron muestras de sangre tomadas a los cinco meses en busca de alrededor de 300 sustancias relacionadas con la inflamación y la inmunidad. Los resultados mostraron que los pacientes del grupo «muy grave» tenían niveles más altos de sustancias asociadas con la inflamación de todo el cuerpo, daño en tejidos, problemas en la reparación tisular, mientras que aquellos que informaron de mala cognición parecían tener niveles más altos de sustancias relacionadas con la «niebla o bruma mental», lo que sugiere que sería posible un vinculo con neuroinflamación. Otra teoría explica la Covid persistente basándose en que habría fragmentos del virus que podrían permanecer en el cuerpo, posiblemente inactivos y luego reactivarse. Esto sucede con algunos otros virus, como el herpes y el virus de Epstein Barr. Sin embargo, no hay mucha evidencia de que esto suceda con Covid por ahora al menos.

Finalmente otra posibilidad es la hipótesis del reservorio, es decir, que el virus permanezca en el intestino y que provoque estos síntomas. Pero teniendo en cuenta que los órganos más afectados son los pulmones, para la mayoría de los expertos no se trata de una posibilidad muy sólida. Lo más probable, teniendo en cuenta la variedad tan amplia de síntomas, es que sucedan varias cosas diferentes y no una única explicación. Una de las preguntas que actualmente más persiguen los científicos es si las vacunas podrían ayudar. Uno de los estudios más grandes hasta ahora, realizado por el sistema sanitario británico, ha recopilado datos de 1,2 millones de personas que recibieron al menos una dosis de una vacuna. Los responsables descubrieron que la dosis completa de vacunación reduciría el riesgo de Covid persistente. Pero… ¿puede la vacuna ser beneficiosa una vez que ya tenemos Covid persistente? Algunos estudios, como el liderado por Arthur M. Wallace de la Universidad de California y publicado en Science, señalan que en un 50% de las personas, los efectos se redujeron después de aplicar la vacuna.

Pero en breve tendremos más información gracias al estudio Recover. En junio, los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos han recibido parte de unos fondos específicos –mil millones de euros–, en el marco de un programa de investigación sobre covid. Recover tiene como fin analizar a decenas de miles de personas, incluidas aquellas con covid persistente. Los datos más recientes en este sentido provienen de un estudio que está llevando a cabo el Centro de Investigación Biomédica de Leicester y es liderado por Chris Brightling. En este análisis se están siguiendo a 2230 adultos ingresados en el hospital con Covid-19.

A los cinco meses después del alta, solo 25 de cada 100 personas estaban completamente recuperadas. Esto se mantuvo prácticamente sin cambios después de 12 meses. De acuerdo con Brightling, profesor de medicina respiratoria en la Universidad de Leicester, «los pacientes que fueron hospitalizados y desarrollaron covid persistente no mejoran sustancialmente un año después de ser dados de alta del hospital. Muchos pacientes de nuestro estudio no se habían recuperado por completo a los cinco meses, y la mayoría de ellos informaron pocos cambios positivos en su estado de salud al año».

Por su parte, Rachael Evans, profesora de la Universidad de Leicester y consultora respiratoria en Leicester’s Hospitals, afirmó que «los profesionales de la salud deberán continuar evaluando proactivamente a sus pacientes durante algún tiempo para identificar sus necesidades de atención médica en curso. y brindar apoyo. Necesitamos con urgencia paquetes de atención médica y medicamentos que se dirijan a los rasgos potencialmente tratables de la covid persistente para ayudar a las personas a sentirse mejor y volver a su vida normal. Sin estos, la enfermedad tiene el potencial de volverse altamente prevalente como una nueva condición a largo plazo».