Barómetro de las Familias
El 34% de los jóvenes entre 18 y 24 años acude al psicólogo por la pandemia de Covid-19
Según el XI Barómetro de las Familias en España, uno de cada cinco entrevistados reconoce haber consumido ansiolíticos por primera vez
La pandemia del coronavirus ha provocado importantes cambios de hábitos en España relacionados con la salud física y mental, como lo pone de manifiesto que el 34% de los jóvenes con edades comprendidas entre 18 y 24 años reconoce haber acudido al psicólogo desde el inicio de la crisis de salud pública. Así se pone de manifiesto en el XI Barómetros de las Familias en España, elaborado por la Fundación The Family Watch, cuyos resultados se han dado a conocer este lunes.
Prueba de ello es que tres de cada cuatro de los entrevistados afirma haberse sentido preocupación por su situación y cerca del 65% se han sentido más angustiado e irritables en el último año. Además, seis de cada diez entrevistados confiesan haber sufrido alteraciones del sueño y uno de cada cinco haber necesitado ayuda psicológica o psiquiátrica y haber consumido ansiolíticos por primera vez. Por franjas de edad, son los jóvenes los que reconocen con mayor facilidad que acuden al psicólogo, así, un 34% de los jóvenes entre 18 y 24 años, habla de ello sin tapujos.
En el estudio abordan otras cuestiones que afectan a las familias, como la economía, el empleo, o cuestiones educacionales, como el uso de Internet. En lo que respecta a la economía, dos años después del comienzo de la pandemia las perspectivas económicas en los hogares españoles han cambiado bastante. Si bien, son un 7% de los encuestados los que la consideran buena la perspectiva económica del país, el doble que en el barómetro anterior, la valoración positiva de la situación económica familiar ha caído del 43% al 35%. Además de cara al año que viene, las previsiones de evolución en la situación económica del país como en los hogares son más positivas que en la pasada edición, pero siguen estando alejadas de las cifras del 2018.
Formar una familia, y por tanto las ayudas que a estas pudieran llegar, siguen siendo la gran asignatura pendiente. Ocho de cada diez entrevistados piensan que existen dificultades a la hora de formar una familia respecto a generaciones anteriores, y tan sólo la mitad de ellos cree que el hecho de formar una familia está bien valorado social y laboralmente, especialmente entre los mayores de 45 años.
Para esta franja de edad, viajar, prosperar a nivel laboral e incluso formarse académicamente, son aspectos más prioritarios en la vida de los españoles que formar una familia, aunque se ha duplicado respecto a la edición anterior del Barómetro, especialmente entre los menores de 45 años, pasando de un 26% a un 46%. El informe subraya que “este aumento puede deberse a la percepción de que estamos mejor que cuando estuvimos confinados”.
En ese sentido, la directora general de la Fundación The Family Watch, María José Olesti, subrayó que “la natalidad sigue siendo un gran problema en nuestro país”, por lo que “si no ofrecemos a los jóvenes oportunidades ni les facilitamos poder formar una familia, e incluso emanciparse, difícilmente se plantearán tener hijos”.
Sobre el uso de los teléfonos móviles, el 35% de los entrevistados con hijos menores de edad afirman haber comprado un móvil a sus hijos y la edad media para hacerlo es a los 12 años. Aún así, una cuarta parte lo hicieron antes de que sus hijos cumplieran los 12 años, y tan sólo un 1% lo hizo cuando sus hijos habían pasado los 15 años. “Unas cifras que no invitan precisamente al optimismo, puesto que como bien dicen numerosos expertos, el móvil es un elemento que implica gran responsabilidad en su uso”, señala The Family Watch.
Las redes sociales están estrechamente ligadas al uso de teléfonos móviles, especialmente entre adolescentes. Los padres reconocen grandes riesgos en el uso excesivo de redes sociales, destacando la exposición de su imagen y la exposición ante insultos e injurias (cyberbullying), seguido de la incapacidad para filtrar contenidos inapropiados y los posibles cambios en la autoestima derivados de la idealización percibida en perfiles de influencers. De este modo, el 69% de los padres de adolescentes se reconocen como los principales responsables en el impacto que las redes sociales pueden tener en sus hijos.
Sobre las consecuencias de un excesivo e inadecuado uso de Internet, el 85% de los entrevistados respalda aumentar la regularización sobre la publicidad con menores. Cerca del 80% también cree que la publicidad muestra a preadolescentes con actitudes adultas y el 72% considera que se da una imagen sexualizada de los preadolescentes.
Un medida clave para el 77% de las familias encuestadas sería que cuando se contrate una línea de Internet, esta venga, por defecto, con limitación de acceso a determinados contenidos, (pornografía, juegos online, etc), algo que desde The Family Watch se viene solicitando tanto a operadores como partidos políticos desde hace años. “La pasada Ley de Infancia y Adolescencia que se aprobó en el Congreso de los Diputados, ya incluyó este aspecto, para que, de una manera rápida y sin tener un conocimiento elevado de Internet, las madres y los padres, puedan proteger a sus hijos y evitar que accedan a contenidos que en nada ayudan a su desarrollo como personas. En países como Francia e Italia ya se ha implementado y España debería seguir el mismo camino, por eso consideramos que es el momento de que las operadoras se impliquen”, apuntan desde la fundación.
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