Psicología
¿Por qué crea tanta dependencia una relación tóxica?
Este tipo de vínculo, es aquel que nos hace sentir sin apoyo, incomprendidos, degradados o atacados y pueden llegar a afectarnos tanto física como psicológicamente, si no le ponemos remedio
La auténtica magia entre dos personas no es algo que podamos encontrar a la vuelta de las esquina, aunque todos deseamos encontrar a la persona con la que nuestro corazón se estremezca y paralice, en muchas ocasiones podemos vernos envueltos en situaciones desagradables de las que no sabemos cómo escapar. Ese tipo de vínculo, comúnmente conocido como una relación tóxica, es aquella que nos hace sentir sin apoyo, incomprendidos, degradados o atacados. Y pueden llegar a llegar a afectarnos tanto física como psicológicamente.
El problema es que, aun siendo conscientes de nuestra propia infelicidad, no somos capaces de poner fin a su origen, porque nos hemos vuelto adictos a esa sensación, como si de una droga se tratase. Y esto se debe al refuerzo intermitente, un término que se originó a partir de las teorías de Burrhus Frederic Skinner sobre el condicionamiento operante y el conductismo.
La investigación
Skinner realizó una serie de investigaciones en las que utilizó ratas como sujetos de experimentación, las cuales, al presionar una palanca, eran recompensadas con comida, lo que se conoce como reforzamiento continuo. Después de un tiempo, los investigadores cambiaron los parámetros del experimento y las ratas fueron recompensadas con comida en base a un patrón aleatorio. A veces, presionar la palanca los recompensaría con alimentos y otras veces no. Era completamente al azar, por lo que las ratas no podían predecir si recibirían la recompensa o no. El resultado del experimento fue que las ratas se obsesionaron con presionar la palanca. Tras un corto periodo de tiempo, los investigadores cambiaron la configuración nuevamente para que no hubiera recompensa en ningún momento cuando las ratas presionaran la palanca, esperando que las ratas dejaran de realizar esta acción. Sin embargo ocurrió lo contrario, las ratas continuaron presionando la palanca obsesivamente, descuidando,incluso, sus necesidades más básicas.
Este tipo de comportamiento obsesivo refleja lo que sucede en una relación tóxica y explica por qué es más difícil dejar esa relación que otras más sanas. La razón es clara, nos volvemos adictos a intentar que la persona narcisista se comporte de una manera sana y segura. Este fenómeno también explica por qué lleva más tiempo superar una relación abusiva una vez que ha finalizado. Esto se debe a que la relación no es, por naturaleza, una relación, sino una adicción, ya que el refuerzo intermitente es una de las tácticas de manipulación y motivación más poderosas que existe. Por tanto, en una relación tóxica, el maltratador mezclará episodios de “amor” mientras realiza estos abusos.
Esta adicción a la otra persona se debe a que la víctima está tan agotada y hambrienta de afecto, que cuando recibe esa dosis de “amor”, se siente maravillosamente bien. Este sentimiento es creado por la liberación de dopamina y, tras producirse, la víctima asocia al abusador con este sentimiento de alivio de su dolor, a pesar de que fue el causante del daño en primer lugar. Asimismo, nos aferramos desesperadamente a la esperanza de la promesa del narcisista de que él o ella es una “persona completamente nueva”, que se ha reformado. Esto provoca un “vínculo de trauma”, que es un vínculo muy fuerte. Por último, al dejar dicha relación, el cuerpo se ve obligado a entrar en abstinencia, tal como hace un drogadicto cuando deja las drogas.
En resumen, el refuerzo intermitente es una grave amenaza para su salud y bienestar. Como vimos anteriormente, llevó incluso a los roedores a descuidar por completo su propio cuidado personal. Al igual que a las ratas, estos patrones nos harán sentir confundidos e incapaces de encontrarle sentido a nada, porque el comportamiento no tiene sentido, es ilógico.
Por último, hay muchos ejemplos de refuerzo intermitente en nuestra sociedad, como los que utilizan la mayoría de los juegos de azar. Asimismo, este patrón de comportamiento explica por qué, si cedes una vez a los caprichos de un niño, el niño seguirá pidiendo cosas y desafiando los límites, ya que aprenderá que después de una cierta cantidad de tiempo obtendrá lo que quiere. Esta es una de las razones por las que algunos niños son etiquetados como “mimados”.
✕
Accede a tu cuenta para comentar