Propuesta de futuro

Una estrategia «Cinco por cinco» para la Sanidad

Ministerio y comunidades autónomas lanzan un plan contra los factores de riesgo de la salud pública

Capa de contaminación sobre Madrid desde el Cerro del Tío Pío
Capa de contaminación sobre Madrid desde el Cerro del Tío PíoJesús HellínEuropa Press

La Estrategia de Salud Pública que va a implantar el Ministerio de Sanidad parte de una premisa básica: lo primero y principal es fijar el foco de atención en la mortalidad derivada de una patología en particular o de un estilo de vida en general. Por tanto, se ve determinada por las características estructurales y funcionales de la salud pública y de las políticas no relacionadas directamente con la salud, pero que inciden en ella teniendo en cuenta, de manera imprescindible, el impacto presupuestario.

Un primer análisis general muestra una población envejecida, con una de las mayores esperanzas de vida del mundo. La carga de enfermedad se basa, principalmente, en enfermedades crónicas no transmisibles que comparten factores de riesgo comunes como la existencia de entornos no saludables que favorecen una alimentación poco saludable, la inactividad física, el consumo de tabaco y alcohol. Por ello la estrategia a seguir es la denominada «Cinco por cinco». Son 5 los principales factores de riesgo: alimentación no saludable, inactividad física, consumo de alcohol, consumo de tabaco y contaminación del aire. Los cuales provocan las 5 principales enfermedades crónicas: cardiovascular, cáncer, enfermedad respiratoria crónica, diabetes y factor de riesgo para la salud física y mental por la contaminación.

Sanidad y las consejerías de Salud de las comunidades autónomas consideran que la forma más efectiva de abordar esta estrategia «Cinco por cinco» es a través de acciones globales aunque hay grupos de población que debido a su especial situación de vulnerabilidad requieren acciones específicas a través del actual Sistema de Alerta Precoz y Respuesta Rápida y la articulación de sinergias con todas las administraciones públicas y agentes que se dedican directa o indirectamente a la salud pública, incluida la sociedad civil.

En el desarrollo de esta Estrategia de Salud Pública se ha tenido en cuenta lo contenido en el Plan de Acción Europeo para el Fortalecimiento de los Servicios y Capacidades de Salud Pública, que incluye la gobernanza para la salud y el bienestar, y el aseguramiento de profesionales de la salud pública suficientes.

En conjunto, la Estrategia de Salud Pública comprende, en un sentido amplio, la vigilancia de la salud de la población, la monitorización y respuesta a emergencia en salud, protección y promoción de la salud, prevención de la enfermedad, el aseguramiento de estructuras organizativas y financiación, la abogacía, comunicación y movilización social por la salud, y la investigación en salud pública. Y podrían definirse cuatro líneas estratégicas de actuación: fortalecer la salud pública para mejorar la salud de la población; modernizar la vigilancia en la salud pública y garantizar la capacidad de respuesta ante los riesgos y las emergencias en salud; mejorar la salud y el bienestar a través de la promoción de estilos de vida y entornos saludables, seguros y sostenibles; y cuatro, promover la salud a lo largo de la vida.

Las administraciones autonómicas deben cumplir ahora un papel fundamental. Su misión es asegurar capacidades y competencias en Salud Pública con gobernanza. Para ello se creará una comisión interministerial que promoverá la participación intersectorial en la Comisión de Salud Pública, promoverá la creación de órganos o alianzas intersectoriales en el ámbito autonómico y local para el ejercicio de la salud en todas las políticas, potenciará la participación española en los foros de decisión internacionales relacionados con la salud pública y fortalecerá la colaboración internacional con los países de ingresos bajos y medianos.

¿Cómo se potenciarán los servicios de salud pública? Se deberán promover y homogeneizar en todo el territorio las funciones de control, inspección y autoridad sanitaria oficial en salud pública, incluida la alimentaria y ambiental.

El personal asignado a este ambicioso proyecto debe garantizar la generación y retención del talento; impulsar en cooperación con las comunidades autónomas y las universidades la planificación de la oferta de estudios relacionados con la salud pública en función de la necesidad de profesionales, a la vez que se agiliza el procedimiento de homologación de los títulos universitarios del ámbito de salud pública; implementar una política de formación en salud pública; y consensuar las competencias básicas que el personal de salud pública debe dominar para responder al desempeño de las funciones de salud pública; desarrollar un itinerario de formación continuada en salud pública para profesionales de la salud a través de la Escuela Nacional de Sanidad del Instituto de Salud Carlos III, y otros centros formativos en salud pública.

Dar a conocer todas estas iniciativas es clave. Se fomentará la difusión de los programas de formación en salud pública en organismos internacionales entre las personas que trabajan en salud pública, habrá colaboraciones con las universidades para impulsar de forma transversal el conocimiento relacionado con la salud pública en todos los estudios de ciencias de la salud, se fortalecerá la investigación y la innovación en salud pública, así como la investigación en salud, con perspectiva de salud pública y de cohesión territorial dentro del marco de la Estrategia Española de Ciencia, Tecnología e Innovación 2021-2027.La investigación deberá copar proyectos transversales con una orientación a resultados en salud, y promover la traslación de esos resultados al Sistema Nacional de Salud y las administraciones sanitarias, para la toma de decisiones en salud pública.¿Cómo ponerlo en conocimiento público? Se elaborará una estrategia común de comunicación en salud pública, que incluya el diseño de un procedimiento de difusión de resultados y alianzas con los medios de comunicación.