Salud
Golpe de calor en personas mayores: síntomas y consejos para hacerle frente
El centro de termorregulación corporal se altera con el envejecimiento, lo que produce menor sensación de calor y menor percepción de sed
Con agosto ya a las puertas y las altas temperaturas propias de la época estival, es importante tener cuidado con los golpes de calor, un trastorno producido por el exceso de calor en el cuerpo como consecuencia de una exposición prolongada al sol o a altas temperaturas, así como por realizar un esfuerzo o ejercicio físico con un calor excesivo. Las personas más vulnerables a sufrir un golpe de calor son los niños y las personas mayores, que tienen una sensación del calor reducida. “El centro de termorregulación corporal se altera con el envejecimiento, lo que produce menor sensación de calor, menor percepción de sed y disminuye por lo tanto la necesidad de protegerse ante las temperaturas excesivas”, explica la doctora Nieves Fernández Letamendi, geriatra del Hospital Quirónsalud Zaragoza.
Cuando sometemos al organismo a temperaturas muy elevadas se puede producir una hipertermia, una situación en la que el organismo no puede controlar los mecanismos de regulación térmica del cuerpo y se provoca un golpe de calor en la persona que sufre este aumento térmico. Si bien esta circunstancia afecta a personas de todas las edades, lo cierto es que las personas mayores de 65 años, al tener una percepción del calor menor, se protegen menos, lo que puede provocar un riesgo alto de deshidratación, pues la impresión de sed disminuye, sobre todo si sufren enfermedades neurodegenerativas, problemas cognitivos, sobrepeso, enfermedades crónicas o toman medicación.
Los síntomas más comunes de la hipertermia suelen ser dolor de cabeza, sensación de boca seca y pastosa, náuseas, vómitos, mareos, escalofríos, piel seca y enrojecida, calambres musculares en brazos y piernas, desorientación, pérdida de conciencia o confusión y falta de sudoración ante las altas temperaturas. Si se percibe alguno de estos síntomas en una persona, sobre todo si es mayor, inmediatamente hay que proceder a hidratar por vía oral y buscar un ambiente de sombra y más fresquito. “Si existen cuadros de confusión e incluso convulsiones o bajada del nivel de conciencia, hay que acudir a Urgencias o solicitar asistencia médica domiciliaria para un traslado al hospital, pues puede tratarse de un cuadro grave que comprometa la vida”, añade la doctora Fernández.
Para evitar estos problemas y prevenir el temido golpe de calor es importante seguir una serie de consejos. El primero es mantenerse hidratado. Es necesario tomar muchos líquidos, aunque no se tenga sed. Esta falta de necesidad, de hecho, suele ser engañosa, por lo que es necesario beber agua, infusiones, zumos de fruta y evitar el consumo de bebidas alcohólicas. En caso de problemas para tragar (disfagia), se debe suministrar agua gelificada o utilizar espesantes en zumos, batidos o refrescos.
Los helados tipo polo son otra manera de hidratar a las personas con deterioro cognitivo, y las comidas deben ser ligeras y bajas en sal, para evitar digestiones pesadas.
También es importante mantener la casa fresquita y ventilada, utilizar ropa holgada de colores claros y tejidos ligeros como el algodón.
Hay que recordar también que no se debe realizar ejercicio ni deportes en horas de calor, pues aumenta la sudoración y se pierde hidratación corporal. Asimismo, hay que evitar la exposición al sol, sobre todo entre las 12 y las 16 horas, las de mayor intensidad solar. “Es recomendable que fuera de ese horario se tome el sol al menos 20 minutos sin protección en cara, brazos y escote para favorecer el metabolismo de la vitamina D. Fuera de ese tiempo, si la exposición va a ser mayor, sí es recomendable usar cremas con protección alta”, puntualiza la especialista. Además de la protección solar, son recomendables los sombreros y las gorras que protejan la cabeza del sol y una sombrilla en la playa o donde se esté expuesto al sol.
Hay que tener especial atención con los mayores con problemas de movilidad o deterioro cognitivo, adecuando su ropa a las necesidades de cada momento y manteniéndolos en zonas de sombra protegidos del sol con gorras, sombreros y gafas de sol, sobre todo a aquellos que no puedan moverse por sí solos. Y, por supuesto, nunca permanecer en vehículos estacionados o cerrados.
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