Peligrosidad
Treinta personas mueren al año en Marruecos por el ataque de jaurías de perros callejeros
La última víctima ha sido un turista extranjero en una localidad del Sáhara
Dos incidentes, uno con resultado de muerte, han puesto sobre el tapete el problema de las jaurías de perros callejeros que vagan por algunos lugares de Marruecos. Según el diario “Al Akhbar”, una treinta de muertes se producen al año en el país vecino por esta causa. La muerte, el martes pasado, de un turista extranjero de 44 años herido por una jauría de perros callejeros en la localidad de El Argoub, cerca de Dakhla, puso de relieve que “este tipo de drama sucede mucho más a menudo de lo que pensamos”, subraya.
Al día siguiente, fue en Tánger. Un anciano resultó gravemente herido durante el ataque de una jauría en el barrio de Mesnana.
A diferencia de lo ocurrido con el turista, el incidente de Tánger se saldó con la detención de un sospechoso de unos cincuenta años. Efectivamente, en cuanto supieron del incidente, la familia de la víctima presentó una denuncia ante la policía, acompañada de un video para identificar a los canes que lo agredieron. Ha sido acusado de poseer razas de perros prohibidas. Fue puesto bajo custodia policial en espera de que concluya la investigación bajo la supervisión de la oficina del fiscal competente.
Aunque los dos incidentes son bastante diferentes, ambos tienen en común que han reavivado el debate en torno a los esfuerzos para acabar con el drama que provocan los perros peligrosos, sean callejeros o no. Según recuerda Al Akhbar , las leyes prohíben la posesión de determinadas razas de perros consideradas peligrosas. En la práctica, algunos continúan desafiando la ley. A menudo hay que esperar a que ocurran incidentes como el de Tánger para que sean detenidos.
En el primer caso, en cambio, el de los perros callejeros, el problema parece aún más complicado de resolver. El diario subraya que varias ciudades están sufriendo la proliferación de perros callejeros mientras que las autoridades locales parecen impotentes para ponerle fin. La causa principal estaría en la decisión tomada hace algún tiempo por el Ministerio del Interior de prohibir la matanza de animales callejeros.
Se ha puesto en marcha un sistema para limitar la producción, con la recogida de más de 140.000 animales cada año para su esterilización. Al mismo tiempo, se asigna al Ministerio de Salud un presupuesto para realizar campañas de vacunación contra la rabia y la financiación de los tratamientos que se dan a los pacientes cuando son atacados.
Sin embargo, la esterilización sólo puede dar resultados concretos a medio y largo plazo. Hasta entonces, los perros callejeros siguen cobrando víctimas. Según un reciente informe, cada año se registran entre 20 y 30 muertes a consecuencia de las agresiones que sufren los ciudadanos.
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