Salud

¿Duermes poco? Descubren una consecuencia de la falta de sueño que afecta a quienes te rodean

Está comprobado que el insomnio no solo afecta a la salud física, sino también a la mental o psicológica. Una mala noche de sueño puede dejar huella en nuestro comportamiento

En la imagen, una mujer con insomnio.
En la imagen, una mujer con insomnio.UnsplashUnsplash

Más de 12 millones de personas en España no descansan de forma adecuada y más de 4 millones padecen algún tipo de trastorno del sueño crónico y grave, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN).

Se sabe que el sueño está involucrado en innumerables procesos fisiológicos, por lo que no dormir bien se relaciona con un mayor riesgo de desarrollar diversas enfermedades como obesidad, diabetes, hipertensión, enfermedades vasculares, cambios metabólicos, cáncer, disfunciones neurocognitivas o problemas de salud mental.

Sin embargo, un estudio realizado por científicos de la Universidad de California, Estados Unidos ha revelado que la falta de sueño también deteriora la conciencia social básica, haciendo que se retraiga el deseo y voluntad de ayudar a otras personas. Es decir, que no dormir bien nos hace ser mas egoístas, incluso con nuestros familiares y amigos.

El análisis, dirigido por el investigador de la UC Berkeley Eti Ben Simon y Matthew Walker, profesor de psicología de la misma Universidad, se suma a un creciente conjunto de pruebas que demuestran que el sueño inadecuado no solo perjudica el bienestar mental y físico de un individuo, sino que también compromete los vínculos entre las personas e incluso el sentimiento desinteresado de toda una nación.

“En los últimos 20 años, hemos descubierto un vínculo muy íntimo entre nuestra salud del sueño y nuestra salud mental. De hecho, no hemos sido capaces de descubrir una sola enfermedad psiquiátrica importante en la que el sueño sea normal”, explica Walker. “Pero este nuevo trabajo demuestra que la falta de sueño no solo perjudica la salud de un individuo, sino que degrada las interacciones sociales entre individuos y, además, degrada el propio tejido de la sociedad humana. La forma en que funcionamos como especie social parece depender profundamente de cuánto dormimos”, añade.

En el estudio, publicado en la revista de acceso abierto ‘PLOS Biology’, los científicos examinaron en tres experimentos cómo la pérdida de sueño afecta a las ganas de ayudar a los demás.

Para el primer trabajo, el equipo midió la calidad y cantidad del sueñode 160 voluntarios para luego evaluar mediante un cuestionario hasta qué punto estaban dispuestos a ser generosos con otras personas. Los participantes respondieron a distintos escenarios sociales como sostener la puerta de un ascensor, ser voluntarios o ayudar a un extraño herido en la calle. Los que durmieron menos declararon estar menos dispuestos a ayudar al día siguiente.

En otro experimento, 24 voluntarios fueron analizados tras ocho horas de sueño y una noche sin dormir. Los resultados a un cuestionario similar al anterior revelaron que cuando no habían descansado el deseo de ayudar a los demás descendió un 78%. Posteriormente, se realizó una una resonancia a esos participantes. Los investigadores descubrieron que después de una noche con poco descanso, las redes del cerebro que se activan cuando las personas empatizan con otras o intentan comprender sus deseos y necesidades estaban menos activas. Esa red “estaba notablemente deteriorada”, como si esas partes del cerebro “no respondieran cuando intentamos interactuar con otras personas después de no haber dormido lo suficiente”, explica Simon.

En el tercer análisis demostraron que las donaciones benéficas enla semana posterior al inicio del horario de verano, cuando los residentes de la mayoría de los estados “adelantan” y pierden una hora de su día, se redujeron en un 10%, una disminución que no se observa en los estados que no cambian sus relojes o cuando los estados vuelven al horario estándar en otoño.

Según indica Ben Simon, “estamos empezando a ver cada vez más estudios, incluido éste, en los que los efectos de la pérdida de sueño no se limitan al individuo, sino que se propagan a los que nos rodean. Si no duermes lo suficiente, no sólo perjudica tu propio bienestar, sino el de todo tu círculo social, incluidos los desconocidos”, concluye.