Salud
¿Cuántas horas debemos dormir al día para un correcto funcionamiento de nuestro cerebro?
Pasamos alrededor de un tercio de nuestra vida realizando esta actividad imprescindible para el ser humano, aunque por los ritmos diarios, la mayoría de las veces no descansamos el tiempo suficiente
Dormir de manera insuficiente disminuye la atención, la concentración y la memoria. Además, empeora el rendimiento tanto académicamente hablando como en el trabajo. Incluso puede llegar a ser un síntoma de ansiedad o depresión. El insomnio no solo daña nuestra salud física y psicológica, sino que también afecta al funcionamiento de nuestro cerebro. Por ello, debemos aprender cómo dormir bien y mejorar la calidad del sueño.
El sueño normal se define como un estado de disminución de la consciencia y de la posibilidad de reaccionar frente a estímulos de nuestro entorno. Es un estado reversible, aspecto que lo difiere de otras patologías como el coma. A lo largo de los años, el interés por desentrañar los misterios de este fenómeno no ha decaído entre los investigadores puesto que aún persisten muchas incógnitas. Pero lo que si podemos afirmar con total seguridad, es que es imprescindible para la vida.
Dormir es el resultado fisiológico de los sucesos precoces que ocurren en nuestra vida, como puede ser la edad. Es también consecuencia de los hábitos de las personas, su salud mental y de las enfermedades que puedan padecer. Asimismo, un tercio de la vida del ser humano la pasamos durmiendo, aproximadamente 24 años de nuestras vidas, lo que demuestra que es una actividad fisiológica imprescindible modulada por el balance psíquico y físico del las personas. Tanto es así, que dormir de forma incorrecta es la causa de un amplio catálogo de patologías. Entre ellas destacan las enfermedades cardiovasculares, la diabetes tipo 2 y el síndrome metabólico, además de enfermedades psiquiátricas y algunos tipos de cáncer.
Hay que destacar que la falta de sueño no se identifica tanto como una patología sino como una consecuencia. La depresión y el estrés son uno de los principales causantes del insomnio, ya que provocan un estado de alerta que dificulta el sueño. Existen también otras causas posibles, como problemas de estómago o dolores musculares.
La edad determina las horas necesarias
Respecto del número de horas de sueño que cada persona necesita, no existe una sola respuesta. El año 2015 un panel de expertos de la “National Sleep Foundation” elaboró una serie de recomendaciones sobre la duración del sueño según el grupo de edad al que perteneciesen. Estableciendo un intervalo ideal de duración del sueño y especificando el número de horas que se deben cumplir como mínimo y el número de horas que no debemos exceder. Estos intervalos se definieron considerando varias características propias de determinados grupos de edad tales como el estado de bienestar, función cognitiva y la salud tanto física como emocional.
Según el informe, un recién nacido (0-3 meses) precisa un sueño muy prolongado si se compara con las demás etapas. La necesidad de horas de sueño va disminuyendo con el paso de los años. Si un recién nacido duerme menos de 14 horas, se ha observado un mayor riesgo de obesidad, hiperactividad, impulsividad y desarrollo cognitivo bajo, lo que refuerza la importancia del sueño en los niños. También reveló que, los grupos escolares (6-13 años) que duermen menos de 9 horas, muestran menor rendimiento académico y un bajo funcionamiento cognitivo. La etapa adolescente (14-17) es de especial vulnerabilidad, dado que con frecuencia se transgreden las horas de sueño. Los expertos sugieren un mínimo de 8 horas de sueño y señalan una asociación con trastornos del ánimo, obesidad, rendimiento académico y accidentabilidad. de igual forma ocurre con los adultos jóvenes (18-25), aunque en este caso las horas de sueño recomendadas como mínimo disminuye a 7 horas. En el caso de las personas de edad media (26-64), la recomendación va de 7 a 9 horas de sueño nocturno, una situación que es muy difícil de conseguir por culpa de los ritmos de la sociedad actual. Para los mayores de 65 años, los expertos recomiendan un sueño nocturno de 7-8 horas. Como podemos observar, sus necesidades de sueño son prácticamente idénticas a las del adulto joven. Si duermen las horas que necesitan, mantienen un mejor funcionamiento cognitivo, además de una menor probabilidad de padecer enfermedades, lo que conlleva una calidad de vida más sólida en comparación a aquellos que duermen menos horas de las indicadas.
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