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La Policía halla en Atrio restos de ADN de los dos acusados del robo de las botellas de vino

La Fiscalía pide para cada uno de ellos cuatro años y medio de prisión por un delito de robo con fuerza en establecimiento público de especial gravedad

Bodega del restaurante Atrio, en Cáceres, en el que dos ladrones sustrajeron en octubre del pasado año 45 botellas de vino valoradas en 1,6 millones de euros
Bodega del restaurante Atrio, en Cáceres, en el que dos ladrones sustrajeron en octubre del pasado año 45 botellas de vino valoradas en 1,6 millones de eurosFotoLa Razón

La Policía Científica ha hallado en la habitación del hotel-restaurante Atrio (Cáceres) donde se alojaron los autores del robo de 45 botellas de vino, valoradas en 1,6 millones de euros, restos de ADN de los dos investigados por la sustracción de los selectos caldos, según han confirmado fuentes jurídicas.

Tras recibir los resultados de esta prueba clave en la instrucción de la causa, la titular del Juzgado de Instrucción número 4 de la capital cacereña acordó el procesamiento de los dos imputados -Constantine G. D., de 47 años y nacionalidad rumana y neerlandesa, y la exmiss mexicana Priscila L., ambos en prisión provisional-, dando traslado a la Fiscalía para la calificación de los hechos. El Ministerio Público, de hecho, ya ha presentado su escrito de acusación provisional, en el que solicita cuatro años y medio de prisión para ambos por un delito de robo con fuerza en establecimiento público de especial gravedad por el precio de las botellas sustraídas.

Según las fuentes consultadas, los agentes hallaron hasta nueve perfiles genéticos distintos en la habitación de hotel, de los que dos son compatibles con los de los ya acusados en un altísimo porcentaje de probabilidades. El resultado de ese informe sitúa por tanto a ambos en la habitación en la que se alojaron los ladrones (en la bodega no se hallaron restos de ADN) en octubre del pasado año.

El informe antropométrico no es concluyente

Y aunque lógicamente no puede determinarse cuándo se alojaron en el hotel, el informe de restos genéticos (que se une a la geolocalización de los dos acusados en la zona próxima al restaurante Atrio) puede resultar determinante para apuntalar la acusación contra ellos.

Fuentes de la defensa sostienen sin embargo que la prueba de ADN “no acredita la autoría” y recuerdan que dado que se acogieron a su derecho a no declarar, “no han confirmado ni desmentido que en alguna ocasión se alojasen en el hotel”. La letrada de los dos acusados, Sylvia Córdoba, ha renunciado a solicitar un contrainforme pericial para contrarrestar esas conclusiones.

Menos concluyente han resultado las conclusiones de otro de los informes con los que se ha cerrado la investigación. La Policía no ha podido certificar que la persona que figura en la fotocopia del pasaporte con la que los ladrones se identificaron en el hotel sea Priscila L. Según esas mismas fuentes, los agentes concluyen en su informe que dada la mala calidad de la fotocopia no se puede determinar que se trate de la misma persona (han cotejado esa instantánea con la foto de la ficha policial de la detenida y con la de su pasaporte original).

Pidió una ensalada y postre para distraer al recepcionista

Según el relato de la Fiscalía , la pareja, puesta “de común acuerdo” y guiada por“ánimo de lucro”, se alojó el 26 de octubre de 2021 en el Hotel Atrio de Cáceres con intención de poder acceder a su bodega y hacerse con vinos de elevado valor. Entre ellos figuraba una botella de Chateau d’YQuem 1806 valorada en 350.000 euros.

Tras cenar en el restaurante del hotel, continúa el Ministerio Público, ambos realizaron una visita guiada a la bodega del establecimiento y sobre las 00:20 subieron a su habitación. En ejecución de ese supuesto plan, “sobre las 2:10 del día 27 de octubre, la mujer llamó a recepción, pidiendo una ensalada e interesándose por el tiempo en que tardaría en ser servida”. Según relata el escrito de acusación, desde recepción se le informó de que estaba solo y tardaría unos diez minutos en poder llevarle la ensalada.

Es en ese momento cuando el acusado, mantiene la acusación púbica, aprovecha para dirigirse a la recepción y coger una llave electrónica “con la que acudió a la bodega”, pero no pudo abrirla al no tratarse de la “la llave adecuada”.

Una ver el recepcionista volvió a recepción tras subirle la ensalada a la mujer, ella volvió a llamar minutos después para pedir que le sirvieran un postre. Entonces, puntualiza la calificación fiscal, su acompañante “de nuevo acudió a recepción donde se apoderó de la llave maestra, abriendo con ella la bodega y accediendo a la sala de catas donde se apoderó de botellas de vino valoradas en un 1.648.000 euros. Finalmente, sobre las 6:00 de la mañana la pareja abandonó el hotel llevándose consigo las botellas.