Sanidad

La mitad de sanitarios cree que el estado de salud de los españoles ha empeorado en los últimos 5 años

Así se desprende de los resultados de la ‘Encuesta sobre Necesidades de Salud Insatisfechas’ realizada por Hiris de la Sanidad

Los expertos destacan la importancia de seguir mejorando los servicios de salud mental
Los expertos destacan la importancia de seguir mejorando los servicios de salud mentalObejtivo BienestarLa Razón

El 50 por ciento de los profesionales sanitarios considera que la evolución del estado de salud de la población española ha empeorado en los últimos cinco años, según se desprende de la ‘Encuesta sobre Necesidades de Salud Insatisfechas’, un panel de opinión independiente realizado por Hiris de la Sanidad con el objetivo de “ofrecer una visión de la sanidad española tal como la perciben profesionales médicos de todas las especialidades de toda España”.

Según los resultados de este sondeo, más de la mitad de los profesionales sanitarios encuestados considera que el estado de salud de la población española es bueno (58,7 por ciento) aunque un porcentaje significativo (34,9 por ciento) opina que es regular. En cuanto a la evolución del estado de salud de la población española, casi la mitad opina que ha empeorado algo en los últimos cinco años (44,6 por ciento) y un 5 por ciento que ha empeorado mucho. Un 23,8 por ciento considera que ha mejorado algo y un 20,1 por ciento que ha permanecido estable.

Entre los grupos de población que los profesionales sanitarios consideran que tienen mayores necesidades de salud insatisfechas, destaca en primera posición las personas de edad avanzada (escogida por el 79,2 por ciento), en segunda posición las personas con problemas de enfermedad mental (61,4 por ciento), en tercer lugar la población rural (48,7 por ciento), y en cuarto lugar las personas con discapacidad (43,6 por ciento). Bastante por detrás quedan otros colectivos como las personas extranjeras o inmigrantes (16,1 por ciento), los trabajadores de profesiones de mayor riesgo (14,1 por ciento), las personas sin empleo (9,1 por ciento), los niños (7,4 por ciento), los jóvenes (5,4 por ciento) y las mujeres (4 por ciento).

En lo que a salud mental se refiere, los profesionales sanitarios destacan la depresión y trastornos de la ansiedad como el problema con el mayor nivel de necesidades no cubiertas (6,6 sobre 10 puntos). Mientras, el cáncer como aquella enfermedad a la que debería dársele la mayor prioridad (7,3 sobre 10 puntos). Otras enfermedades crónicas con mayores necesidades insatisfechas, y con prioridad de actuar según los profesionales, son las enfermedades neurodegenerativas (6,37 en necesidades no cubiertas; 6,84 en prioridad para mejorar la manera en la que se atiende), la salud bucodental (6,13 en necesidades no cubiertas; 5,77 en prioridad para mejorar la manera en la que se atiende) y el dolor (6,08 en necesidades no cubiertas; 7,04 en prioridad para mejorar la manera en la que se atiende).

Sobre cómo afectan a la salud los determinantes sociales e individuales, así como el acceso y utilización de los servicios sanitarios, a juicio de los sanitarios, la clase social y las diferencias económicas (68,1 por ciento), así como el nivel de educación general (67,1 por ciento), son los determinantes sociales de la salud que, a juicio de los profesionales sanitarios, más inciden en la salud de sus pacientes. Otros determinantes también subrayados por los profesionales sanitarios son la red familiar y social (56,4 por ciento), la atención a la dependencia y fragilidad (46,3 por ciento) y la situación y calidad de empleo (37,6 por ciento). Cuando se les pregunta acerca de aquellos determinantes sociales de la salud en que la posibilidad de mejora es mayor desde las administraciones públicas, destacan la atención a la dependencia y la fragilidad (70,5 por ciento) y el nivel de educación general (68,8 por ciento).

Las listas de espera y la falta de educación sanitaria son consideradas las principales barreras de acceso a los servicios sanitarios a los que se enfrentan los pacientes

El tabaquismo (66,4 por ciento) y la obesidad (65,1 por ciento) son, muy por encima del resto, los determinantes individuales que los profesionales sanitarios consideran con mayor incidencia en la salud de los pacientes. Le siguen otros como los hábitos alimenticios (48 por ciento), la actividad física (45 por ciento) y el consumo de alcohol (26,8 por ciento). También posicionan en este mismo orden aquellos con mayor posibilidad de mejora: tabaquismo (67,8 por ciento), obesidad (59,7 por ciento), hábitos alimenticios (54 por ciento), actividad física (38,9 por ciento) y consumo de alcohol (24,2 por ciento).

Respecto del acceso y utilización de los servicios sanitarios, la mayoría de los profesionales sanitarios considera que el acceso a programas de diagnóstico precoz poblacional (60,7 por ciento) es uno de los que mayor importancia tiene para preservar la salud. Le siguen los programas de promoción y educación de salud comunitarios (48,3 por ciento) y el acceso a servicios sanitarios curativos (Atención primaria y consultas de especialidades, hospitalización, servicios de urgencias) (41,6 por ciento). Otros apuntados con una alta consideración son la educación y competencias de las personas para cuidar la salud y prevenir la enfermedad (39,6 por ciento), los programas de vacunación infantil (37,9 por ciento) y el acceso a servicios sociosanitarios (23,5 por ciento).

Las listas de espera (76,7 por ciento de los profesionales la consideran una dificultad grave de acceso) y la falta de educación sanitaria (59,5 por ciento) son consideradas las principales barreras de acceso a los servicios sanitarios a los que se enfrentan los pacientes. Le siguen las barreras geográficas o de transporte (31,8 por ciento), las barreras económicas (28,4 por ciento), la falta de financiación de los medicamentos y terapias innovadoras (26,4 por ciento) y las dificultades para recibir asistencia fuera de su comunidad autónoma (23,6 por ciento).

En cuanto a las listas de espera y retrasos en la atención, los profesionales sanitarios identifican el tiempo de espera para cita con el médico de familia (25,7 por ciento) como el más grave o preocupante. Además, los profesionales consideran a las listas de espera (83,8 por ciento) como la barrera que más se ha agravado a lo largo de los dos últimos años. Le siguen la falta de educación sanitaria (48 por ciento) y las barreras económicas (46,6 por ciento). Coherente con esta preocupación, “en mi consulta encuentro pacientes que suscriben pólizas de seguro privado para poder sortear las listas de espera” es la afirmación que más grado de acuerdo (85,8 por ciento) genera entre los profesionales sanitarios. La siguiente sería “en mi consulta encuentro pacientes cuyas patologías se agravan debido a las listas de espera existentes en el servicio público” (80,4 por ciento).