Entrevista

Cipri Quintas: “Escuchar a nuestro corazón es un tesoro que nos estamos perdiendo”

En su libro «Sawubona» muestra los dos secretos para alcanzar el éxito: practicar y defender la bondad e invertir en los demás

Cipri Quintas, empresario, conferenciante y escritor
Cipri Quintas, empresario, conferenciante y escritorLa Razón

Decía la madre Teresa de Calcuta que cada uno de nosotros debemos ser el ejemplo del cambio que queremos ver en el mundo. Esta es la máxima de Cipri Quintas. La bondad de este empresario es su filosofía de vida. Para él, esta cualidad es el principio fundamental para mejorar el mundo; es una fuerza invisible que está dentro de todos y cada uno de nosotros y que nos permite alcanzar el éxito personal y profesional buscando tanto dentro de nosotros mismos como en el corazón de otras personas; es una cualidad que nace del corazón sin atender a sofisticaciones innecesarias y que, a veces, se manifiesta sin palabras: basta con una mirada, un gesto o un abrazo. Sobre la generosidad y, concretamente, sobre la puesta en práctica del «dar sin esperar», trata su último libro: «Sawubona».

¿Por qué has elegido este título para el libro?

Realmente yo no lo he elegido, el título me ha elegido a mí. He estado muchos días buscando acerca de buenas personas en Google y, de forma reiterada, me aparecía esta tradición de una tribu que habla la lengua zulú en la región de Natal (Sudáfrica). Cuando dos personas se encuentran y se saludan, una dice «sawubona», que significa «yo te veo», y la otra contesta «yebo, sawubona», lo que quiere decir «sí, yo también te veo, te respeto, te valoro y eres importante para mí». Pero «sawubona» también es un ritual. Cuando un integrante de la tribu hace algo equivocado o perjudicial para el grupo, para el mismo o para el mundo, sus compañeros le acompañan amablemente al centro de la aldea y lo rodean. Durante al menos dos días le recuerdan sus cualidades positivas y las cosas hermosas que ha hecho en el pasado. No solo se observan físicamente, sino que miran en su corazón, buscan su esencia, produciéndose así una conexión muy poderosa y auténtica. Poco a poco, me fue enganchando este concepto y, un día, se quedó para siempre.

En tu libro hablas de la escucha activa. Dices: «Escuchar con el corazón también es ayudar» o «La solidaridad empieza en la escucha». ¿Crees que nuestra sociedad practica poco la escucha activa?

Vivimos en una sociedad donde parece que todo el mundo tiene muchas cosas que contar y pocas cosas que escuchar, y eso nos hace muy pequeños. Porque nuestros miedos y pensamientos se hacen con nosotros y no tenemos la oportunidad de enriquecernos. Yo me paso todo el día escuchando, aprendiendo, disfrutando. La escucha a las personas, a nuestro propio corazón, es un tesoro que, en muchas ocasiones, nos estamos perdiendo.

También animas a expresarnos con el corazón. ¿Qué beneficios emocionales encontraremos al sacarnos los «te quiero» de los bolsillos?

Decir «te quiero» es gratis. Pero además, te emociona, te llena de vida y, cuando lo compartimos, cuando no tememos querer, nos damos cuenta de que estas dos palabras nos dan la verdadera fuerza que necesitamos para avanzar. Pensamos que ser bueno es ser tontos y es un pensamiento que nos lo han inculcado desde pequeños y es todo lo contrario. Lo fácil es pensar mal, criticar, señalar, insultar… eso solo demuestra que somos débiles, que nos dejamos llevar. Solo desde el afecto se construyen relaciones, negocios, se crece. La confianza está basada en el amor.

¿Qué elementos crees que son necesarios para llegar al final de la vida con la íntima satisfacción de haber vivido?

El camino es sencillo: todos los días nos podemos y debemos levantar con la ilusión de crear un entorno mejor y, aunque muchas veces no se consigue, el placer de intentarlo te hace llegar al verdadero éxito, el de construir tu propia tribu de personas que te quieren desde el corazón.

La eternidad es el legado que dejamos cada uno de nosotros cuando iniciamos el viaje final. Dejar legado es que hablen de ti cuando ya no estés, que le digan a tu hijo, a tu hija: tu mamá o tu papá me ayudó sin pedir nada, me abrazó siempre que me veía, me hizo reír cuando lo necesitaba… Y este sentimiento, este recuerdo es lo único que perdura en el tiempo. Si vives desde el Sawubona, desde el corazón, es muy difícil que te olviden. Cuando pronuncien tu nombre en su cara se dibujará una sonrisa que tu alma recibirá como un regalo, el único que une nuestros dos mundos.

¿Cuál es el truco para alcanzar el equilibrio entre avanzar con los brazos abiertos y a pecho descubierto y ser desconfiados para no ponernos en riesgo de ser engañados o sufrir una decepción?

Los que van mirando para atrás para que nadie les haga daño avanzan mucho más lento. No se puede vivir desconfiando constantemente. El riesgo de ser engañado es infinitamente menor de lo que los miedos nos hacen creer. Piensa bien y acertarás; veras como avanzas más rápido con el superalimento de la confianza.

¿Cómo podemos comenzar a aprender de las decepciones?

Yo las escribo en mi teléfono, sin nombres, sin referencias, solo el sentimiento para que lo pueda recordar en el futuro, aprender y mejorar. El dolor no lo puedes evitar, pero el sufrimiento solo es una actitud. Si eres capaz de construir el hábito de aprender de tus errores, volverán las decepciones, pero siempre te llevarás algo positivo.

¿Qué es el éxito? Y, en tu experiencia, ¿cuáles son los ingredientes para alcanzarlo?

El éxito es ser querido. Todos deberíamos sentir la fuerza del amor a nuestro alrededor y posiblemente los que dicen lo contrario, que no necesitan amar o ser amados es porque nunca lo han tenido. Lo mejor del éxito es que, independientemente de tu posición social o profesional, obtenerlo está en tu mano. Está en DAR. Dar sin esperar, recibir y recordar. Invierte en el corazón de las personas y alcanzarás el verdadero éxito.