Caso Marta del Castillo
Antonio del Castillo: «Todavía no sé lo que le pasó a mi hija»
El padre de Marta habla para LA RAZÓN cuando mañana se cumplen ocho años del crimen sin que se haya hallado el cuerpo.
El padre de Marta habla para LA RAZÓN cuando mañana se cumplen ocho años del crimen sin que se haya hallado el cuerpo.
En 2009, Antonio del Castillo tenía «miedo de que a Marta un día la encuentre una señora paseando con un perrito por un descampado». Ocho años después, ese temor «se ha convertido en esperanza». «Después de ocho años, tiene que ser algo muy casual para que aparezca», dice, mientras fija la mirada con los mismos ojos verdes que tenía Marta. La familia vive los días «con desesperación, cuanto más lejos nos vamos de la fecha, te desalientas. Va pasando el tiempo. Se va perdiendo la esperanza, pero no lo dejamos. Hay quién dice, por ejemplo, que en esta próxima búsqueda, si la hay, no podamos encontrar nada». De nuevo, Antonio del Castillo confía en los avances. «Yo creo que van a buscar pero son reacios a decirlo por el tema mediático», señala. «Valoro que la Policía esté encima y comprendo que no pueden buscar si no hay indicio ninguno». En este tiempo, hay un asesino confeso en la cárcel, un condenado por la ley del menor ya en libertad y tres absueltos. Junto a ellos, siete versiones de un crimen, el cuerpo de una joven de 17 años sin aparecer y «dos sentencias judiciales que se contradicen». Y una deducción: «Si no dicen dónde está el cuerpo es porque algo más ocurrió o alguien más entraría en prisión». Se trata de «una cadena de fallos policiales y judiciales» que se evidencian en la conclusión de que «si Miguel Carcaño no confiesa ante el juez, hoy estaría en la calle y mi hija sería uno más de esos carteles que hay en la comisaría con los desaparecidos». «Todavía no sé lo que le pasó a mi hija», lamenta. Entretanto, «el único que ha pagado soy yo». «Más de 6.000 euros» por los recursos y las costas perdidas ante Samuel Benítez y el hermano de Carcaño ante el Tribunal Supremo. «Soy el afectado y encima soy el que paga». A Miguel Carcaño le quedan 12 años de prisión y, en teoría, ya le corresponderían permisos. «Debe cumplir la pena íntegra. Sería muy duro que a los ocho años estuviera por la calle».
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