Medioambiente
Una apicultora reúne 76.000 firmas exigiendo al Gobierno medidas contra la avispa asiática: "Liquidó todas las abejas que tenía"
Apicultores de distintas regiones denuncian el impacto de avispas exóticas como la vespa velutina, la vespa orientalis y la vespa bicolor
Una apicultora andaluza ha reunido más de 76.000 firmas para pedir al Gobierno que adopte medidas urgentes contra la expansión de especies exóticas invasoras, en especial la avispa asiática (vespa velutina), la vespa orientalis y la vespa bicolor, que están causando graves daños a la población de abejas en todo el país. La mujer, que gestiona tres pequeños apiarios en distintas provincias, asegura que en agosto de 2023 perdió todas sus abejas en el municipio de Mijas (Málaga) tras el ataque de estas especies.
“Liquidaron todas las abejas que tenía en mi pequeño apiario de Mijas”, afirma la apicultora en su petición publicada en línea, donde denuncia que la vespa orientalis, detectada por primera vez en Cádiz en 2016, no ha sido aún clasificada como especie invasora pese a su expansión por Andalucía, Almería, Alicante y Valencia. La situación, asegura, afecta también a otros profesionales del sector y a los polinizadores silvestres, esenciales para la biodiversidad.
El problema no se limita al sur del país. En el norte, la vespa velutina originaria de Asia lleva más de una década asentada y su avance se extiende ya por toda la península. Según datos de la Xunta de Galicia, su número creció un 56 % en 2023 respecto al año anterior. Además del daño ecológico y económico, estas avispas han causado una decena de muertes en España en los últimos cinco años, debido a la peligrosidad de sus picaduras.
Organizaciones ecologistas y expertos recuerdan que las abejas y los polinizadores son esenciales para el equilibrio ambiental y la producción de alimentos. Según Greenpeace, las abejas intervienen en la polinización del 70 % de los cultivos destinados al consumo humano. La disminución de sus poblaciones, agravada por las especies invasoras, supone una amenaza directa para la biodiversidad y la agricultura.
A esta situación se suma el avance de la varroa destructor, un ácaro parasitario detectado en España desde 1985. Este parásito debilita a las abejas adultas y afecta al desarrollo de las crías, además de transmitir virus que comprometen la supervivencia de las colonias. Los apicultores señalan que los métodos habituales de control resultan insuficientes o generan resistencias en el parásito, lo que complica aún más su erradicación.
Reclaman medidas contra la expansión de las avispas invasoras
Los apicultores piden que las autoridades intensifiquen las acciones de control y prevención frente a estas especies exóticas. En algunos municipios, explican, los bomberos y servicios locales solo retiran nidos cuando se localizan en zonas urbanas, mientras que muchos de ellos se encuentran bajo tierra o en áreas agrícolas difíciles de detectar.
La expansión de estas especies está afectando también a los campos de cultivo, ya que las avispas se alimentan de frutas y depredan insectos locales. Los profesionales del sector alertan de un posible deterioro de la actividad agrícola y apícola si no se implementan políticas efectivas de seguimiento y erradicación.
Diversas asociaciones del sector insisten en la necesidad de establecer programas coordinados a escala nacional para frenar su avance y proteger a las poblaciones de abejas melíferas. Su desaparición, advierten, tendría un impacto directo en la producción agrícola y en la estabilidad de los ecosistemas de la península ibérica.