Málaga

Ashya King termina su tratamiento y regresa a España

Ashya King, de 5 años y aquejado de un meduloblastoma, pasa las noches junto a su madre en el Hospital Universitario de Motol (Praga)
Ashya King, de 5 años y aquejado de un meduloblastoma, pasa las noches junto a su madre en el Hospital Universitario de Motol (Praga)larazon

El pequeño ha terminado el tratamiento en Praga y el tumor ho ha aumentado. Ahora, viajará a España, donde seguirá una terapia más leve.

El pasado 10 de septiembre el pequeño Ashya King emprendió un nuevo viaje, el segundo tras aquella huida desesperada de sus padres que les llevó el pasado agosto del Hospital de Southampton al Hospital Materno Infantil de Málaga. Desde entonces, el pequeño, aquejado de un meduloblastoma severo y acompañado de sus padres Brett y Naghemeh, permanece ingresado en el Centro de Protonterapia de Praga –PTC, en sus siglas en inglés–. Pese a la falta de unanimidad sobre la efectividad de este tratamiento –consistente en aplicar haces de protones sobre las células cancerosas–, los padres se aferran a la protonterapia como la única salida para salvar la vida de su hijo. Ahora, como afirma a LA RAZÓN Iva Tat’ounová, director de Estrategia del centro de Praga, hoy han terminado las 30 sesiones que estaban planeadas, divididas en dos tandas que comenzaron el pasado 15 de septiembre y que se han desarrollado sin interrupción todos los días laborables. En una primera etapa, los médicos han procurado que el tumor no se expandiera a través del líquido cefalorraquídeo. Este líquido baña el encéfalo y la médula espinal y, efectivamente, puede verse afectado por una enfermedad como la que sufre Ashya.

Ahora emprenderá el viaje de regreso a España, donde podrá reencontrarse con sus hermanos y continuará con un tratamiento de quimioterapia más leve. Ashya seguirá bajo el control del doctor argentino Hernán Cortés-Funes, jefe del servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid, y también de la Unidad de Oncología del Hospital Internacional HC Marbella. Cortés-Funes, que visitó Praga esta semana, ha sugerido una droga de baja toxicidad como es la "lomustina"(CCNU), "pero no es algo definitivo", afirmó King sobre el futuro tratamiento, que se podría prolongar durante cinco meses. En ese tiempo estarán listos los análisis de la biopsia de Ashya que se realizan en Inglaterra, donde el National Health Service (NHS) se ha hecho cargo del elevado coste de este tratamiento en Praga.

Tras treinta sesiones de radiación con protones, que han exigido anestesia, el niño sólo ha perdido algo de pelo, tiene algunas marcas en la piel, le falta motricidad y no habla aún, pero mantiene el apetito y distingue los sabores. "Tras las resonancias magnéticas, no hay constancia de que tenga tumor", dijo hoy Brett King, el padre de Ashya, a los medios de comunicación en el Proton Therapy Centre (PTC) de la capital checa.

Ashya, según su padre, "ha tenido una mejoría desde que llegó aquí. Antes estaba en la cama y ahora trata de andar, se sienta. Hemos empezado a comunicarnos con él, aunque no habla, pero asiente con la cabeza. Ya bebe. Si le damos 700 u 800 mililitros de líquido al día, ya no necesitará el tubo". La familia ha decidido volver a España, donde tienen una propiedad en Casares (Málaga) y donde los dos hermanos mayores de Ashya están escolarizados. La idea es retornar a "la vida normal", afirma King.

"No nos sentimos totalmente seguros para volver a Inglaterra. Algo dentro nos dice que podría ocurrir algo. Queremos volver a España, relajarnos, comenzar el tratamiento de Ashya y después de que hayan hecho la investigación en Inglaterra, entonces podremos volver", añadió. King reconoció que "estamos muy felices que consiguió el tratamiento, y mereció la pena afrontar todas esas penalidades. Nuestras amarguras no son importantes. Pasamos tiempo en prisión, pero mantener a Ashya con nosotros es nuestro principal objetivo". Eso sí, dejó claro que lo que les pasó "no debería volver a ocurrir".

El pequeño, anestesiado

En el centro aclaran que el tratamiento de protones con un niño no es igual que con un adulto. El pequeño se somete a la terapia dormido. «Ashya pasa varias horas al día en el PTC mientras se somete a la terapia con anestesia. El motivo es que necesitamos asegurarnos de que no se le aplica ninguna dosis fuera de las áreas designadas, debido a posibles movimientos. Es algo muy habitual en el caso de niños de unos 6 años».

Es pronto para hacer diagnósticos, teniendo en cuenta que las sesiones todavía no han finalizado. Sin embargo, los médicos han percibido señales que invitan al optimismo. «El tratamiento se está llevando a cabo sin obstáculos. Ashya sonríe más y ha incrementado su movilidad», asegura Tat’ounová. De hecho, «su capacidad motriz está mejorando gracias a la rehabilitación y a la terapia ocupacional», es decir, los juegos y actividades que el pequeño tiene a su disposición en el centro checo.

Los padres no se separan de él. Sobre todo su madre, Naghemeh. Y es que Ashya no pasa las noches en el Centro de Protonterapia –no dispone de camas–. Duerme acompañado de ella en el Hospital Universitario de Motol, también en Praga, y que colabora estrechamente con el centro. Lo mejor es que los resultados positivos parecen haber llenado de esperanza a los progenitores. «La familia le acompaña todos los días. Se puede decir que los padres sienten un gran alivio», dice Tat’ounová.

Y es que la familia King no podía permitirse un tratamiento de este calibre, que asciende a unos 80.000 euros. Después de que sacaran de Southampton a su hijo sin permiso por discrepancias médicas y de que fueran reclamados por las autoridades británicas, el eco mediático de su caso desencadenó una ola de solidaridad a través de la comunidad online Kids ‘n’ Cancer, que recaudó el dinero necesario. Incluso un donante anónimo se ofreció a costear gran parte de la terapia. Los padres tenían claro que su destino tenía que ser Praga, porque en EE UU, otro de los países que apuestan por esta técnica, las sesiones de protonterapia pueden costar el doble.

Con la seguridad de que finalmente podrían afrontarlo, partieron el pasado 9 de septiembre desde Málaga en un avión medicalizado –perteneciente al PTC– con destino a la capital checa. «Gracias a España e Inglaterra por ayudar», afirmó Brett King poco antes de partir.