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Polémica

Aviso diplomático por el plantón de Sánchez: «Los gestos cuentan»

En España, la no asistencia del presidente del Gobierno al funeral del Papa se ha querido ver como «una de esas cosas suyas». Diplomáticamente no lo pasan por alto

Doña Letizia saluda al papa Francisco, en presencia de Felipe VI, durante la audiencia privada celebrada este mediodía en el Vaticano, en la primera visita oficial de los reyes de España al extranjero. Sergio Barrenechea EFE

Los gestos cuentan, quizás más que nunca. Y en diplomacia siempre han sido tan importantes o más que las palabras. La decisión del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de no asistir al funeral del Papa no tiene fuera de España el mismo valor que el que se le otorga en los análisis domésticos.

El mutismo de Moncloa sobre las verdaderas razones de este plantón inesperado ha dado lugar a todo tipo de especulaciones en la medida en que no hay un problema conocido de agenda. Que si es por la mala relación de Moncloa con Zarzuela, que si es por las tensiones internas que vive con su esposa Begoña Gómez, que si es por llamar la atención y hacer que se hable de este asunto en vez de otras cuestiones mucho más incómodas para el presidente del Gobierno. Sin embargo, como ha podido contrastar LA RAZÓN, en medios diplomáticos no son tan generosos a la hora de quitar relevancia a una decisión que aquí hay quienes han reducido a un pequeño problema de protocolo.

«Esto es una declaración implícita del lugar que ocupa o ha dejado de ocupar la tradición católica en el relato oficial de España». Una interpretación que sí choca con el hecho de que la delegación española la encabezan Sus Majestades los Reyes, junto con otros ministros y el jefe de la oposición.

"No pasará por alto"

Según las mismas fuentes consultadas, esta ausencia también es vista en otras delegaciones internacionales como un gesto de indiferencia del presidente del Gobierno hacia el papel histórico y cultural de la Iglesia Católica. En la comitiva española viajan dos ministros que presumen, y compiten, por su buena relación con el Santo Padre: el ministro para la Presidencia y de Justicia, Félix Bolaños, y la vicepresidencia y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que incluso ha presumido de haber tomado decisiones personales en su vida muy influenciada por lo que había hablado con el Pontífice.

No obstante, en el marco diplomático, donde todo está medido al máximo, la ausencia en Roma del presidente del Gobierno español «no pasará en absoluto por alto». Hay quienes dicen que ha generado un notable vacío simbólico en la escena internacional, que no cubren Sus Majestades los Reyes porque son cuestiones distintas, a pesar, como inciden las fuentes consultadas, de que puede incluso buscarse la «absurda» explicación de que es debido a que España es un Estado laico.

Nuestro país ha mantenido desde la Transición una relación diplomática muy estable con la Santa Sede, que ha sobrevivido a las etapas de los Gobiernos socialistas y también a los amagos, por parte de estos, de cambiar el Concordato. Este sábado, en el funeral se reunirán líderes de todo el orden mundial. «Cuando un presidente del Gobierno de un país como España decide no acudir al funeral del Papa, una figura de Estado y líder espiritual de más de dos mil millones de personas, está enviando un mensaje de prioridades. Incluso puede leerse como una renuncia a estar en primera fila del escenario internacional en momentos históricos», explica un diplomático con residencia en Bruselas.

Sobre si la decisión está meditada o respondió a un error de cálculo estratégico, se pueden tener distintas impresiones, pero en lo que hay bastante coincidencia es en que se proyecta la imagen de una España menos comprometida con sus vínculos históricos, culturales y diplomáticos. «En la política internacional, los silencios también pesan».

¿Qué piensan en Roma? ¿Y en América Latina, donde España proyecta influencia cultural y religiosa? La voz del presidente del Gobierno no se escuchará mañana, pero sí la de la vicepresidenta Yolanda Díaz, que desde un primer momento entendió el papel simbólico del Papa. En Sumar ven este viaje a Roma como una oportunidad para proyectarse como una líder con visión internacional y sensibilidad institucional, consciente de la importancia de los símbolos.

Yolanda Díaz hizo numerosos guiños al Papa en el pasado. Y su presencia puede reforzar su perfil ante los votantes más moderados, aunque tampoco está claro que este sea el camino que más le interesa electoralmente en un momento en el que los grandes golpes los está recibiendo del flanco de Podemos y de Izquierda Unida.

De hecho, desde esa izquierda a la izquierda del Partido Socialista ha habido alguna voz que ha criticado su decisión de acudir al Vaticano para participar en el funeral del Papa Francisco.