Día Mundial contra la Hepatitis

El camino de la eliminación del VHC en España; la historia de un éxito como país

Jefe del Servicio Digestivo del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (Santander)

El proyecto FaCilita, puesto en marcha por la AEEH, proporciona tests de detección de la enfermedad a las poblaciones de difícil acceso al sistema sanitario
Test para hepatitis CDREAMSTIMEDREAMSTIME

Hoy, 28 de julio, es el día mundial contra la hepatitis, una fecha que debe servir para

concienciarnos sobre las hepatitis víricas, unas enfermedades que producen inflamación

del hígado y son capaces de causar hepatitis crónica, cirrosis hepática y cáncer de hígado.

Cada año se producen más de 1,5 millones de nuevas infecciones en todo el mundo,

según las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Y entre estas

hepatitis, España ha hecho un enorme esfuerzo en la eliminación de la hepatitis C. La

infección por el VHC sigue siendo una importante amenaza para la salud en todo el

mundo, afectando a más de 50 millones de personas en todo el mundo, y continúa

siendo una de las principales causas de cirrosis hepática, cáncer de hígado y trasplante

hepático en algunos países. Pero, afortunadamente, hace una década, se produjo una

auténtica revolución terapéutica con el descubrimiento de los agentes antivirales

directos, unos medicamentos que tienen la capacidad de inhibir la replicación del virus

y lograr tasas de curación superiores al 95% en la mayoría de los casos. Estos

tratamientos, de breve duración, administrados por vía oral y con mínimos efectos

secundarios, han revolucionado el abordaje de una enfermedad crónica que hasta hace

poco tiempo se consideraba incurable; y han logrado una disminución significativa en el

número de casos de cirrosis hepática, así como en la necesidad de hospitalización,

trasplantes y mortalidad asociada a esta enfermedad.

España ha logrado convertirse en el país líder a nivel mundial en la eliminación de la

hepatitis C, un hito que alcanza más relieve cuando comprobamos que la mayoría de los

países no están en camino de cumplir los objetivos de eliminación del VHC para 2030

establecidos por el Organización Mundial de la Salud. Y este éxito como país se ha

basado en un enfoque holístico, centrado en las personas, sin exclusiones y con máxima

equidad y colaboración de todo el sistema de salud. Un éxito que se debe a la

colaboración de todas las instituciones y personas que trabajan en el entorno de estos

pacientes: atención hospitalaria, atención primaria, asociaciones científicas y civiles,

investigadores clínicos y básicos, la industria farmacéutica y los gobiernos locales,

autonómicos y nacional.

Las razones que explican esta situación son múltiples. En primer, lugar, el fuerte apoyo

político, reconociendo los desafíos planteados por el VHC e implementando el Plan

Estratégico para el Abordaje de la Hepatitis C en el Sistema Nacional de Salud en 2015,

ha sido clave. Este plan ha garantizado el acceso universal y gratuito al tratamiento,

independientemente de su situación económica o social e incluyendo una priorización

para los grupos más vulnerables. Desde su implementación, este plan ha permitido la

curación, solo en España, de más de 160.000 personas afectadas por la hepatitis C. En

segundo lugar, los investigadores clínicos y las asociaciones científicas hemos sido

capaces de emitir documentos, recomendaciones y cambios asistenciales basados en

prácticas clínicas de excelencia, que resaltan la importancia de identificar y tratar la

enfermedad de manera oportuna. Se ha simplificado y descentralizado el diagnóstico, se

ha generalizado el uso de alertas y de registros médicos electrónicos e, incluso en

algunos entornos, la telemedicina, nos ha ayudado en el manejo de los pacientes. Se ha

hecho un esfuerzo en la revinculación de las personas diagnosticadas con hepatitis C que

habían perdido el seguimiento. En tercer lugar, se ha dedicado un esfuerzo muy intenso

para diagnosticar y tratar a todos los colectivos en los que está infección era muy

frecuente, una práctica que conocemos como micro-eliminación. Se ha conseguido la

práctica eliminación del VHC en las internos de centros penitenciarios, en personas que

viven con el VIH y se han hecho avances muy importantes para el diagnóstico,

tratamiento y prevención de esta infección en personas que consumen drogas. Además,

se ha prestado especial atención a la detección del VHC en poblaciones específicas, como

los hombres que tienen sexo con hombres, donde se ha observado una asociación entre

el VHC recién adquirido y otras infecciones de transmisión sexual, lo que sugiere la

importancia de mejorar la detección de la hepatitis C y el VIH en esta población. Es

importante destacar que estos programas se han llevado a cabo con un enfoque de

equidad y se han aplicado a la población migrante en España. Y, sin duda, este hito que

no hubiera sido posible sin los pacientes y sus asociaciones. Su participación y su voz han

sido esenciales para lograr un abordaje integral y centrado en el paciente en la lucha

contra esta enfermedad. Defienden sin descanso los derechos de los pacientes,

participan en la concienciación sobre la hepatitis C, proporcionan apoyo emocional y

social a las personas afectadas por la hepatitis C, participan en la toma de decisiones

asegurando que las necesidades y perspectivas de los pacientes sean consideradas en el

diseño y la implementación de políticas y estrategias de eliminación y, como no,

colaboran en la investigación clínica y la innovación asistencial, tan necesarias en esta

patología. Sin ellos, los investigadores básicos y clínicos, los médicos encargados de su

tratamiento y todos los profesionales que participamos en la eliminación del VHC,

estaríamos huérfanos.

Hemos logrado avances espectaculares en el tratamiento y control de la hepatitis C, pero

no podemos bajar la guardia. Nuestra meta es eliminar por completo esta enfermedad

y, ahora, nuestros esfuerzos deben enfocarse ahora en aquellas personas que aún

desconocen que están infectadas. Necesitamos intensificar los programas de diagnóstico

de la hepatitis C y mantener los programas de eliminación en las poblaciones de mayor

riesgo. Seguimos necesitando el compromiso político que apoye la eliminación del VHC

y, por supuesto, necesitamos la ayuda de toda la sociedad civil, de cada individuo. Tu

ayuda es fundamental y muy sencilla: hazte una prueba de hepatitis C al menos una vez

en tu vida. Mediante un simple análisis de sangre, podremos diagnosticar a todas

aquellas personas infectadas por este virus. Acto seguido, podremos iniciar un

tratamiento sencillo que curará la enfermedad en prácticamente todos los casos.

Estamos en el camino correcto y continuaremos trabajando arduamente hasta alcanzar

este ambicioso objetivo, pero solo a través de un esfuerzo colectivo y sostenido

lograremos eliminar esta enfermedad.