Obesidad
¿Causan cáncer los palitos de pescado?
Los productos ultraprocesados aumentan el riesgo un 10%. Un estudio en el que participaron 105.000 personas indica que su consumo excesivo está relacionado con tumor de mama.
Los productos ultraprocesados aumentan el riesgo un 10%. Un estudio en el que participaron 105.000 personas indica que su consumo excesivo está relacionado con tumor de mama.
Agentes infecciosos, tabaco y alcohol forman parte de ese Grupo 1 de factores de riesgo de cáncer que creó la Organización Mundial de la Salud (OMS) hace varias décadas, pero a estas clasificaciones se han ido sumando diferentes elementos. La última incorporación fue en 2015 cuando se le hizo la cruz a la carne roja. Ahora hay otro grupo de alimentos que tiene visos de poder incluirse. Son los llamados ultraprocesados.
Un conjunto de productos que, por el ritmo de vida actual, se han hecho un hueco importante en nuestras neveras. Sólo abra el congelador y mire a ver si tiene alguna pizza, palitos de pescado o albóndigas precocinadas. Y si se le ocurre asomarse a la despensa, seguramente encuentre snacks dulces o salados envasados e, incluso, pan de molde industrial. No debe extrañarle, ya que, según un estudio europeo reciente, el 20 por ciento de la comida que se toma en España pertenece a este grupo de los ultraprocesados, alimentos que por su proceso industrial de elaboración llevan numerosas sustancias que aumentan el riesgo de cáncer. O así lo refleja un estudio que se acaba de publicar en la prestigiosa revista «British Medical Journal» (BMJ). A través de un estudio epidemiológico de casi 105.000 personas (21,7% hombres y 78,3% mujeres, con una media de edad de 43 años) han demostrado que un incremento de un 10 por ciento en la cantidad de alimentos ultraprocesados ingeridos está relacionado con un 12 por ciento más de cánceres de varios tipos. El más detectado sería el de mama y los menos significativos, el colorrectal y el de próstata. «Estos tres tipos de tumores son los más relacionados con el tipo de dieta que llevamos», explica Miguel Ángel Seguí, portavoz de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). «Suele coincidir que el grupo de personas que consume esta dieta también toma productos faltos de fibra y tiene problemas de obesidad», añade. Y es que, «está documentado que cáncer de hígado, páncreas, estómago, colon y mama, entre otros, pueden estar relacionados con tomar una dieta excesiva en calorías o con un mayor consumo de algunos alimentos o bebidas (carnes rojas, alcohol) o menor de otros (alimentos con fibra)», aseveran desde la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) . Todo ello se convierte en la tormenta perfecta.
El estudio que ha realizado un equipo de epidemiólogos y nutricionistas franceses hizo un seguimiento pormenorizado de los voluntarios durante cinco años. Iban apuntando cuántos de estos productos iban consumiendo y determinaron que, a mayor ingesta, más riesgos hay de sufrir cáncer. Además, también tuvieron en cuenta factores de riesgo como la edad, el género o si eran fumadores y había antecedentes familiares de cáncer, agrega el BMJ. Si bien se halló una asociación entre la comida ultaprocesada con el cáncer, no hubo un vínculo significativo en el caso de alimentos menos procesados, como verduras enlatadas, quesos o pan fresco, tampoco con los alimentos frescos y mínimamente procesados, como verduras, frutas, arroz, pasta o carne fresca, según los expertos. «Por lo que sabemos, este estudio es el primero que investiga y resalta el incremento del riesgo general de cáncer –específicamente de mama– asociado con el consumo de comida ultraprocesada», sugieren los autores. En este punto, Seguí hace hincapié en que «los embutidos conservados en sal no se deberían incluir dentro de este grupo, sino que hace más referencia a las pizzas congeladas o a las sopas de sobre. Todo aquel alimento que haya pasado por un proceso industrial muy importante».
¿Cuáles son las principales características de estos productos? Suelen contener altos niveles de grasa saturada, azúcar, sal y más aditivos. Son estos últimos los que pueden ser más perjudiciales para la salud. Además, los procesos de fabricación por los que pasan todos estos productos también son clave en el incremento de este riesgo de padecer un tumor maligno. La hidrogenación, por ejemplo, es la técnica que se utiliza para transformar aceites en grasas sólidas, añadiendo hidrógeno a altas temperaturas o también se pueden dar toxicidades al freir alimentos preprocesados como podrían ser las barritas de pescado.
Como explica Francisco Botella, miembro del área de Nutrición de la SEEN, «lo que tenemos que tener en cuenta es que el mundo está loco con el tema de la alimentación. Todos son menos sanos que los naturales, pero con la vorágine actual nos ofrece una alternativa de alimentación para muchas personas». Sólo con ver la cesta de la compra de los españoles se aprecia que cada vez ocupan un lugar más importante. «Son los grupos más vulnerables, con menos formación, los que más compran los prefabricados», añade Botella.
Como explica Antonio Villarino, catedrático de Bioquímica de la Facultad de Enfermería de la Universidad Complutense de Madrid, «estos alimentos emanan productos tóxicos al ser procesados. No debemos olvidar que al cocinarlos en una barbacoa familiar también somos capaces de crear estos agentes». El bioquímico insiste en que la industria alimentaria actual «juega con la gran palatabilidad (apetitoso) y poder adictivo de muchos de estos productos que, a la larga, pueden ser tóxicos». E insiste en que «cada vez tomamos alimentos menos correctos desde el punto de vista nutricional. Más que comer mucha cantidad de estos productos ultraprocesados, lo malo es tomarlos muy a menudo».
Ante todas estas nuevas evidencias, Botella insiste en no crear alarma: «Algo que se asocia más con cáncer, no significa que lo produzca, sino que aumenta ligeramente el riesgo. Si, sin tener en cuenta estos productos, cada año fallecen por tumores 50.000 personas, con su consumo generalizado la cifra puede llegar a los 55.000 casos». Este nutricionista tampoco ve con buenos ojos que la OMS haya colocado en el mismo grupo de riesgo a la carne roja y al tabaco. «Un millón de personas se muere cada año por fumar, mientras que serían unos 30.000 los fallecimientos relacionados con comer mal».
El estudio galo es una primera aproximación de la que tienen que surgir nuevos estudios. Es más, los investigadores puntualizan que no hay conclusiones definitivas sobre el vínculo entre estas comidas y el cáncer. Así, mientras se confirma este vinculo, desde la SEEN insisten en que una buena dieta no debe «aportar más calorías de las que gastamos con nuestro metabolismo, más la actividad física que realizamos». A ello se suma que «debe ser variada, ya que cada grupo de alimentos nos proporciona un tipo de vitaminas y minerales concretos». Y, por último, «los alimentos clave son las frutas, verduras y hortalizas. Nos aportan sustancias que ayudan a regular el metabolismo y algunas tiene efecto antioxidante».
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