Hallan el planeta habitable más cercano a nuestro Sistema Solar

Este descubrimiento nos sitúa más cerca de encontrar vida fuera de la Tierra por su proximidad

La posibilidad de encontrar un planeta habitable fuera del Sistema Solar está cada vez más cerca. Un grupo internacional de astrónomos, entre los que participa el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA), ha encontrado el planeta más parecido a la Tierra, denominado Próxima B, que gira en torno a la estrella más cercana al Sol, una estrella enana roja, Próxima Centauri, que se encuentra a sólo cuatro años luz de la Tierra y en la que podía existir agua líquida. «El hallazgo permite estudiar la posibilidad de que albergue vida», explica a LA RAZÓN Pedro J. Amado, investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía. Ahora bien, hasta poder decir algo definitivo sobre su habitabilidad, sobre la posibilidad de que pueda convertirse en nuestro «hogar» más próximo, «primero tenemos que estudiar si tiene atmósfera, qué tipo, si posee agua líquida en su superficie, sí tiene campo magnético, aunque por ser el más cercano, es el ideal para hacer este tipo de estudios».

Y es que, de momento, «aunque «es emocionante saber que hay un planeta parecido a la Tierra en torno a la estrella más cercana a nosotros», según Guilem Anglada, investigador de la Universidad de Queen Mary (Londres), que encabeza el trabajo, lo cierto es que, hasta ahora, lo único que se sabe es que la masa del astro descubierto es algo mayor que la de nuestro planeta –1,3 veces la terrestre–. «Se aproxima y se aleja de nosotros a una velocidad de 5 km/h, similar a la velocidad a la que caminamos, con un patrón regular cada 11,2 días y a una distancia de unos siete millones de kilómetros. Esta distancia supone tan sólo un 5% de la existente entre la Tierra y el Sol, pero Próxima b es mucho más fría que el Sol y, por ello, la zona de habitabilidad se halla mucho más cercana que en el caso de nuestra estrella», añade Amado. El descubrimiento, que es la portada de la revista «Nature», es importante en la medida en la que su proximidad a nuestro Sistema Solar «nos permitirá estudiar mucho más profundamente otros exoplanetas similares pero mucho más lejanos, ya que es el único al que podríamos mandar una sonda que nos permitiera, por primera vez, ver imágenes del primer exoplaneta». Para pensar en la posibilidad de vida, «hace falta el agua líquida como disolvente universal, lo que implica unas condiciones determinadas poara la estructura composición y evolución del planeta que ahora desconocemos», añade.

El hallazgo de Próxima b ha sido posible gracias al uso combinado de telescopios de cuatro observatorios, entre los que ha resultado fundamental el instrumento HARPS del telescopio de 3,6 metros del Observatorio Europeo Austral (ESO), así como los datos del instrumento UVES recogidos a lo largo de diecisiete años.

Próxima b es el candidato idóneo para estudiar las características de los planetas en torno a las enanas rojas. La posibilidad de que exista vida en su entorno es objeto de debate entre la comunidad científica. Próxima b es el único planeta que se podría visitar en el plazo de una generación.