Agencia Espacial Europea
Hay más estrellas masivas de lo que se creía
El hallazgo obligará a revisar antiguas teorías de la evolución de las galaxias y del cosmos
Un equipo internacional de científicos ha descubierto que la cantidad de estrellas masivas en el universo podría ser mucho mayor de lo que se pensaba, un hallazgo que obligará a revisar antiguas teorías de la evolución de las galaxias y del cosmos.
El descubrimiento, publicado en Science, cuenta con la participación de varios científicos españoles del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), del centro europeo de astronomía (ESAC) y del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (CSIC-INTA).
El estudio se centró en las estrellas masivas (las que tienen entre 15 y 200 veces la masa de nuestro Sol) de la región de formación estelar de 30 Dorado, en la Gran Nube de Magallanes (una galaxia vecina de la Vía Láctea).
Desde hace tiempo se sabe que la cantidad de estrellas de alta masa que se forma en el Universo es mucho menor en comparación con la gran cantidad de estrellas de menor masa que nacen durante el proceso de formación estelar.
«Determinar de manera precisa la proporción de estrellas de distinta masa (la propiedad fundamental que determina como vivirá y morirá) es de gran importancia para entender la evolución de las galaxias y el Universo a través del espacio y el tiempo», explica en declaraciones a Efe Sergio Simón-Díaz, investigador del IAC y coautor del trabajo.
Pero medir la proporción de estrellas masivas es extremadamente difícil -principalmente debido a su escasez- y existen pocos lugares en el Universo local donde puedan estudiarse; uno de ellos es la nebulosa de Tarántula, también denominada 30 Dorado.
El equipo de científicos, formado por medio centenar de investigadores de Europa y Estados Unidos con experiencia de distintos campos de la astrofísica, decidió hacer un censo completo de la población estelar masiva en Tarántula.
«Aunque hay otras regiones con intensa formación estelar en el disco de nuestra galaxia, su estudio se hace complicado debido a la gran cantidad de polvo interestelar que existe entre estas regiones y nosotros. Pese a estar más lejos, la nebulosa de la Tarántula es una región más fácil de estudiar debido a que no está afectada por esa extinción debida al polvo galáctico», asegura Simón-Díaz.
El estudio, liderado por el investigador de la Universidad de Oxford Fabian Schneider, utilizó el telescopio Very Large Telescope de ESO (Chile) para observar casi un millar de estrellas masivas de Tarántula.
El equipo analizó el detalle de unas 250 estrellas con masas entre 15 y 200 veces la masa de nuestro Sol para determinar la distribución de las estrellas masivas nacidas en este vivero estelar.
Estudios anteriores sostenían que menos del 1 % de todas las estrellas nacen con masas que exceden diez veces la del Sol, pero la investigación ha desvelado que este porcentaje es algo mayor en el caso de las estrellas formadas en la región 30 Dorado.
«Aunque las estrellas masivas son pocas, saber que hay más de lo que pensábamos es un hallazgo muy importante ya que estos ‘monstruos’ son motores cósmicos que afectan de manera decisiva la evolución química y dinámica de las galaxias a través de sus fuertes vientos estelares, que depositan material y energía mecánica en el medio interestelar, y al morir como espectaculares explosiones de supernova», puntualiza el astrofísico español.
«Además, la radiación ionizante de estas estrellas fue crucial para que el Universo se hiciese de nuevo transparente a la radiación después de la llamada Edad Oscura», añade.
«Nuestros resultados tienen consecuencias de gran alcance para la comprensión de nuestro cosmos: podría haber un 70 % más de supernovas, el triple de los rendimientos químicos y hacia cuatro veces la radiación ionizante de las poblaciones masivas de estrellas», advierte Schneider.
Del mismo modo, «la tasa de formación de agujeros negros podría incrementarse un 180 %, lo que se traduciría directamente en un aumento correspondiente de las fusiones de agujeros negros binarios que se han detectado recientemente a través de sus señales de onda gravitacional», concluye. EFE
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