Agencia Espacial Europea

Viruela en la cara de la Luna

Viruela en la cara de la Luna
Viruela en la cara de la Lunalarazon

Busque la metáfora que quiera para esta imagen. O quédese con esta propuesta: viruela en la cara vista de la Luna. Es lo que sugiere esta fotografía captada por la Agencia Espacial Europea (ESA), en la que podemos ver una región plagada de cráteres en el sector noreste del satélite de la Tierra.

En ella destacan varias estructuras: el pequeño cráter Kéldysh se asoma tras el lateral izquierdo; un poco más abajo y a la derecha de Kéldysh se encuentra la pequeña depresión Hércules F, que a su vez está a la izquierda del cráter Atlas E, fuertemente erosionado y apenas perceptible. La estructura más grande, cerca de la esquina superior derecha, es el cráter Atlas.

Atlas tiene un par de kilómetros de profundidad, casi 90 km de diámetro, y su perímetro recuerda más a un polígono que a un círculo, según informa la ESA. Su interior está salpicado de pequeñas colinas, grietas y fracturas que rodean a una montaña central que proyecta una gran sombra, claramente visible. Se piensa que estas estructuras están relacionadas con la actividad volcánica, como es el caso de la red de fisuras y grietas que se extiende por todo el cráter, conocida como Rimae Atlas.

Fuera del encuadre de esta fotografía, por debajo de Atlas, se encuentra el cráter Hércules, el ‘padre’ deHércules F. Este último es lo que se conoce como un cráter satélite, categoría que engloba a la mayor parte de los cráteres de la Luna.

Los cráteres más destacados reciben un nombre propio, y los cráteres menores que los rodean se bautizan con ese mismo nombre seguido por una letra mayúscula, como es el caso de los ya citados Atlas y Atlas E. El cráter Kéldysh se conocía como Hércules A hasta principios de los años ochenta, cuando fue rebautizado por la Unión Astronómica Internacional.

La ciencia que estudia la superficie y las características físicas de la Luna, y que les pone nombre, se conoce como selenografía. Los accidentes geográficos de nuestro satélite suelen recibir nombres mitológicos, como es el caso de Atlas o de Hércules, o en reconocimiento de grandes científicos o exploradores, como el cráter Kéldysh, bautizado así en honor al matemático soviético Mstislav Vsévolodovich Kéldysh (1911-1978), una de las figuras clave del programa espacial soviético.