Ciencia y Tecnología
Cómo diseñar algo que resuelva un problema
El concurso de diseño internacional James Dyson Award 2016 reta a los estudiantes de ingeniería a dar solución a cuestiones cotidianas.
El concurso de diseño internacional James Dyson Award 2016 reta a los estudiantes de ingeniería a dar solución a cuestiones cotidianas.
Incubadoras inflables, etiquetas de gelatina para los alimentos, impresoras para placas de circuito interno... Desde 2004, el ingeniero británico James Dyson reta a los jóvenes estudiantes de ingeniería y diseño industrial y de producto a «diseñar algo que resuelva un problema».
Así nació el concurso James Dyson Award, que premia la creatividad y el ingenio de sus participantes. Sobre todo se valoran los proyectos más sostenibles que consiguen hacer más con menos y que tienen en mente el entorno y el medio ambiente. Además, se valora que los proyectos tengan un propósito práctico y que sean comercialmente viables.
El concurso se desarrolla en 22 países. Este año ha ampliado sus fronteras incluyendo entre los países participantes a Corea del Sur y China.
«Los jóvenes tienen el poder de cambiar el mundo a través de la ingeniería. Cada año el James Dyson Award recibe brillantes soluciones a los problemas de la vida cotidiana. Ninguno es demasiado grande y, muchas veces, las soluciones más sencillas son las mejores», dice el propio James Dyson, fundador de la compañía Dyson y promotor del James Dyson Award y de la Fundación que lleva su nombre.
El premio está dotado con 40.000 euros para el ganador internacional (+ 7.000 euros para su universidad) y pretende ser una plataforma para abrir las puertas a los jóvenes con grandes ideas. Así, los participantes podrán lograr grandes cosas: desde conseguir un millón de dólares en fondos de inversores de alta tecnología (Revolights – JDA 2013), a la creación de su propia empresa (Automist – JDA 2009), pasando por el hecho de ser proclamado el empresario joven más prometedor de Gran Bretaña en el sector tecnológico (MOM – JDA 2015).
La convocatoria está abierta a cualquier estudiante de nivel universitario (o licenciados hace no más de cuatro años) de diseño o ingeniería industrial o de producto que estudie o haya estudiado en alguno de estos países: Australia, Austria, Bélgica, Canadá, China, Corea del Sur, Francia, Alemania, Italia, Irlanda, Japón, Malasia, Países Bajos, Nueva Zelanda, Rusia, Singapur, España, Suiza, Reino Unido, Hong Kong, Taiwán y Estados Unidos. Las candidaturas se pueden presentar por separado o en grupos de no más de cuatro personas.
Los estudiantes pueden publicar sus proyectos (imágenes 3D, vídeos, dibujos, etcétera) a través de la página web del concurso www.jamesdysonaward.org junto con una explicación detallada del funcionamiento del proyecto, su inspiración y el proceso de diseño llevado a cabo.
El concurso que organiza la Fundación James Dyson, una organización sin ánimo de lucro que el ingeniero británico James Dyson fundó en 2002, tiene carácter anual.
Voltera V-One: Rápida impresora de placas de circuito interno
Voltera V-One es el proyecto que obtuvo el premio internacional de la pasada edición del concurso James Dyson Award del 2015. Se trata de una impresora de PBC (Placas de Circuito Interno) que tiene el tamaño de un portátil e imprime las placas en cuestión de minutos. Es decir, un rápido sistema de fabricación de placas de circuito interno, las cuales se utilizan para todo tipo de dispositivos (móviles, ordenadores, etc.).
Este ingenio fue llevado a cabo por un grupo de cuatro estudiantes de la Universidad de Waterloo (Canadá) y permitirá a una audiencia mucho más amplia desarrollar aparatos electrónicos, ya que anteriormente realizar prototipos con este tipo de placas podía ser un proceso increíblemente largo y costoso. «El premio de 30.000 libras (34.500 euros) que recibimos gracias a haber ganado James Dyson Award nos ha ayudado a llevarlo a cabo, por no hablar del reconocimiento que hemos tenido a raíz de ello», afirma el co-fundador de Voltera V-One. Antes de recibir el premio se encontraban en un punto crítico, ya que tenían la tecnología pero no los fondos suficientes para poner en marcha el proceso de fabricación.
El equipo ya comenzó a enviar remesas de estas impresoras a finales del 2015.
Sistema Suri: Control costero tan preciso como un suricato
Un conjunto formado por una cámara con tracking de movimientos conectada a una table o iPad y unas gafas con pantalla incluida, fue SURI, el proyecto español que obtuvo el premio nacional de la pasada edición del concurso. Estos tres utensilios forman un sistema de vigilancia que permite a los socorristas o guardacostas vigilar a o todas las personas de la playa de una forma muy precisa. Es así que su funcionamiento permite localizar a los bañistas que estén realizando movimientos irregulares o que lleven un tiempo excesivo debajo del agua. Además, las gafas con pantalla contienen una cámara fija en su interior que permite que la persona en peligro de ahogamiento esté localizada en todo momento, incluso durante el rescate.
Iván Romero, Jorge Daniel Santafé, Alejandro Calderón y Jesús Sirera, son los cuatro jóvenes galardonados por el diseño de este proyecto. «Poniendo nuestra mirada en la naturaleza e inspirándonos en cómo la manada de suricatos controla grandes extensiones de terrero cuando sale a alimentarse, decidimos aplicar estos principios biónicos y de control del suricato, y así creamos un sistema de tres componentes para mejorar la visión conjunta del socorrista», señalaron los jóvenes.
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