Televisión
Cuando el hombre corriente es la estrella
Las cadenas cuentan con nuevos ídolos como Jeremy Wade, la cara visible de «Monstruos de río»
Les ha venido la televisión a ver. Eran hombres y mujeres anónimos, que han convertido sus profesiones en un espectáculo mediático gracias al género de los «factual» (un género de entretenimiento basado en hechos reales), que cuenta cada vez con más espectadores que no se conforman con los formatos tradicionales. Empresarios, jefes de casas de empeño, exploradores... Es lo que le ha ocurrido a Jeremy Wade, un británico que creció en las riberas del Suffolk Stour, río que le abrió las puertas del mundo y que le ha convertido en una estrella televisiva, junto a los peces que atrapa con su caña, por «Monstruos de río», uno de los espacios más vistos de Discovery Max, hasta el punto de convertirse en una de sus señas de identidad. «Pescar siempre fue mi pasión y llegó un día, a los 25 años, en que Inglaterra se me quedó pequeña. Leí un artículo sobre un pez extrañísimo que habitaba en un río de la India y allá que me fui», dice Wade.
Ese primer viaje fue toda una experiencia. Se marchó con unas pocas libras y poco conocimiento del país y volvió flaquísimo después de padecer varias enfermedades tropicales y con un artículo en la mente que rápidamente compró una revista. «Para mi sorpresa había gente tan loca como yo, a la que le gustaban los peces de río, cuanto más raros, mejor». Tras esa primera publicación, vinieron las ofertas de «The Times», «The Sunday Telegraph», «The Guardian»... hasta que llegó la televisión y el fenómeno se magnificó.
Secuestros y amenazas
También se engrandece su leyenda, ya que ha sobrevivido a una malaria que todavía le da algún que otro disgusto, fue detenido como sospechoso de espionaje, ha sido amenazado a punta de pistola y sobrevivió a un accidente aéreo. Con todo, su peor experiencia fue en el Congo, donde viajó para mirarla los ojos de tú a tú al peligroso pez tigre, «una especie de piraña gigante que tiene aterrorizada a la población». En cambio, lo que más le asustó a él fue el país: «Viví en unas condiciones extremas, pasaba semanas enteras en camiones o barcos y casi no había nada que comer, ni siquiera pescado».
Le sorprende que «Monstruos de río» lleve ya siete temporadas en antena porque su rodaje técnicamente tiene más dificultades de la cuenta. «El mar normalmente es transparente y se puede rodar bien con una cámara acuática, pero un río... Como esté sucio no se ve prácticamente nada, puedes encontrar el pez más singular o bonito del mundo y si el agua está revuelta no se lo puedes mostrar al espectador», comenta.
Con el catálogo de especies que ha tenido entre sus manos –cuando la mayoría de los mortales no les soportaría ni la mirada–, es de suponer que pescar una trucha o un salmón resulta tan emocionante para él como para un urbanita viajar en metro. Pues no, le siguen gustando, aunque admite que no tienen cabida en su programa porque son «vulgares». «Lo que más me sorprende es que el programa sea seguido por los niños. Se supone que no tendrían que estar frente a la pequeña pantalla, pero, disfrutan mucho y cuánto más feos sean los peces, mejor. Nunca se sabe cuándo acertar con los espectadores».
Otros anónimos con éxito
Rick Harrison, (arriba, a la izda.) ha conquistado al
público con «El precio de la historia» –uno de los programas más vistos del Canal Historia–, en el que recibe en su casa de empeños a personas que venden documentos, armaduras y demás memorabilia histórica. Colin McAllister (arriba, a la decha.) se ha hecho famoso junto a su compañero Justin por «Los asaltacasas».
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