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Fútbol sí, pero no a precio de oro
La subasta por los derechos no contará con la participación de Orange o de Vodafone.
La subasta por los derechos no contará con la participación de Orange o de Vodafone.
A poco más de un mes para conocer quién será el propietario de los derechos del fútbol de cara a la próxima temporada, los principales actores parecen haber entrado en una guerra de la que solo unos pocos podrán salir victoriosos. Porque el fútbol es, además del deporte rey y una de las actividades que más dinero mueven alrededor del mundo, el as en la manga con el que las televisiones intentan jugar sus mejores cartas, conocedoras de la elevada cuota de audiencia interesada en el seguimiento de su equipo favorito en cualquiera que sea el acontecimiento.
Tras darse a conocer la intención de la UEFA para incrementar hasta un 30 % los precios para su derecho de emisión, dos gigantes de las telecomunicaciones en España, Vodafone y Orange, han decidido tirar la toalla y descartan su participación en la puja. Las cuentas no les salen. Todos quieren ofrecer la Champions en su parrilla, pero si algo tienen claro es que no va a ser a cualquier precio.
Los dos operadores, que sin embargo sí participaron en la última subasta, se adjudicaron el lote de los bares. Ahora han dejado clara su posición pese a que no descartan ofrecer los contenidos del fútbol europeo a sus abonados pero, en esta ocasión negociando con aquel que logré adjudicarse los tan codiciados derechos televisivos.
La voz de alarma
Un cambio de tendencia que puede resultar muy significativo de cara a futuros concursos, porque si los tres principales operadores –Orange, Vodafone y Telefónica– decidieran no acudir a la puja , los precios caerían en picado. Una situación alarmante por la inviabilidad del modelo tras el incremento excesivo e injustificado de la «burbuja futbolística» que obliga a las telecos a dar la espalda a un sector que tan buenos ingresos estaba sufragando para este deporte.
Esta decisión pone de manifiesto el malestar de las tres grandes operadoras a nivel nacional por la desmesurada tarifa del fútbol televisado, que en España se ha disparado exponencialmente en los últimos años. Tanto es así que para que salgan las cuentas, y mientras que los precios reales oscilan entre los 10 y los 20 euros, se calcula que los operadores deberían cobrar hasta 50 euros al mes para que la emisión en directo resultase fructífera, según fuentes citadas por El País.
Pese a que las televisiones están realmente atraídas por adquirir los derechos de emisión, la situación real es que les resulta dificil rentabilizarlos. Y si a los operadores «en abierto» ya no les salían los números, el problema reside ahora en que tampoco les salen las cuentas a los operadores de pago.
Y es que nos encontramos inmersos en una burbúja futbolísitca que parece ir en aumento subasta tras subasta. Mientras que la lucha por ofrecer el precio más competitivo era una de las mejores armas, la mayor preocupación ahora parece residir en un modelo que no funciona, con unos precios desorbitados que suponen la ruina para sus balances.
Unos derechos que se han convertido en un comercio en el que los beneficiarios iniciales de los mismos son la Liga de Fútbol Profesional y la UEFA, y en el que curisosamente, los operadores televisivos son los grandes perjudicados. Porque dentro de este ir y venir de ingresos la venta de los derechos audiovisuales donde la televisión es la principal protagonista, significa una gran fuente de ingresos para los equipos.
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