Bilbao
Leandro Pérez: «Todos filtramos y somos topos»
Debuta en la literatura con una novela «negra y merengue» en la que no faltan el derbi, la corrupción ni las filtraciones.
Estuvo durante siete años al otro lado de la grabadora, sometiendo a escritores a sus preguntas y rodeado de libros e historias. Hoy la situación ha dado la vuelta. Las preguntas son para él y la grabadora no es suya, pero el libro sí. Leandro Pérez es periodista, madridista y ahora escritor. En su novela debut, «Las cuatro torres» (Planeta) hay de todo lo que compone a este burgalés: trama de novela negra, de las que le gusta leer, fútbol merengue, como fiel madridista, negocios y noticias, de las que contó en sus años de redacción, secretos y también un topo.
-Una novela negra de un equipo blanco, ¿así es su libro?
-Yo la defino como novela negra y merengue. El juego entre el negro y el blanco me gusta, porque en medio hay muchos tonos y justo mi texto es grisáceo, una mezcla.
-¿Por qué novelar sobre despachos y banquillos de fútbol?
-Un día, llegando a Madrid desde la autovía del norte, viendo las cuatro torres, pensé que podría ser el escenario de una novela. También se me ocurrió que en el Real Madrid estaban pasando cosas que podrían darme una buena historia.
-Deja bien claro que el fútbol se juega tanto en el césped como en los palcos...
-Creo que se juega en varios planos. Por un lado, está el deporte que practican los chavales que sueñan ser como las estrellas Ronaldo y Messi, por ejemplo. También es un espectáculo global que entusiasma a millones de personas en todo el mundo. Y en otro plano, está el negocio que hay detrás.
-¿Donde hay negocio hay corrupción?
-A menudo, sí y lo vemos todos los días en los periódicos. En cualquier lugar, en el palco VIP del Bernaéu o en el Nou Camp, o donde se reúna la gente con dinero e influencia, a menudo, no siempre, hay corrupción.
-¿Le gustaría que la directiva y los jugadores del Real Madrid leyeran su novela?
-Me gustaría que Florentino Pérez, Iker Casillas o Cristiano Ronaldo leyeran mi libro como lo que es, una novela. No es una historia contra el Real Madrid, ni contra Casillas ni contra Florentino, sino ambientada en el Real Madrid de hoy, que tiene gran protagonismo.
-Mourinho no sale muy bien parado...
-Es que yo soy de esos aficionados a los que Mourinho llamó «pseudomadridistas», de esos a los que no les gustaban algunos de sus comportamientos, como cuando metió el dedo en el ojo a Tito Vilanova. Estoy más con el club que lleva por gala el señorío, que no sólo quiere ganar, sino que quiere jugar bien.
-En cambio, no oculta su admiración por los «7» del Madrid.
-El siete es un número muy especial para mí y me gusta mucho. Soy mucho de Juanito y de Butragueño. Soy muy «raulista» y hoy admiro mucho a Cristiano Ronaldo, pero sobre todo soy «casillista», ahora que hay tanta controversia con él precisamente.
-¿La caza del topo nunca termina?
-Porque todos filtramos, somos filtradores o estamos infiltrados. Dice un personaje de la novela que es difícil encontrar a alguien que no cuente lo que a otro no le gustaría que se contara. En definitiva, todos somos topos.
-¿Cuánto se ha inventado de esta historia?
-Mi novela parte de la realidad. Todos los partidos, goles y las referencias a la prensa que aparecen han ocurrido durante el otoño de 2011. Luego hay otra parte más fabulada en la que los personajes se mueven en ese equipo que cualquiera puede conocer.
-No es casualidad que el protagonista sea un burgalés, como usted...
-Quería que el personaje principal de mi novela tuviera raíces y la similitud de su vida hacía más fácil la construcción de su pasado. A Juan Torca le gusta correr, la serie «Los Soprano», ha estado en Bilbao y llega a Madrid como una especie de naúfrago. Todas las referencias a la actualidad le hacen ser de carne y hueso.
-Juan es uno de los «compadres», ¿cómo es ese grupo de incondicionales?
-Los compadres son unos amigos para siempre unidos por motivos profesionales. Tienen lazos muy estrechos que se juramentan para apoyarse mutuamente en un contexto de guerras sucias y mucha violencia. Hay un círculo muy fuerte entre ellos. Una unión casi de parentesco.
-Una amistad salpicada por la traición...
-Sí, así ocurre en la vida real. Del amor al odio hay un paso.
-Citando su libro: «Pocos rasgos dicen más del carácter de un periodista que su manera de entrar en la redacción». ¿Cómo era su entrada en el periódico?
-Yo siempre he entrado con ganas, porque me gustaba mucho la profesión. Estaba mu y ligado al mundo del libro y los escritores, y me encantaba.
-¿Cómo se siente en el papel de escritor primerizo?
-Me encuentro cómodo porque me toca defender un libro con el que estoy muy satisfecho. Ahora me toca a mí soltar el rollo sobre este hijo mío que me gusta mucho. Es inevitable que me sienta debutante. Todo cambia. Ahora entiendo los problemas que tenían los entrevistados ante el entrevistador (ríe).
-¿Cuántas historias se han quedado por el camino hasta que ha encontrado la suya?
-Tengo varios primeros capítulos escritos y alguna novela que se ha quedado en un cajón. Ahora pienso que menos mal que no se publicó porque estaba muy verde todavía. Incluso hay cosas que prefiero no releer.
-¿Qué es lo que más le ha costado de esta primera novela?
-Lo más complicado fue parir el primer capítulo. He disfrutado escribiéndola porque una novela es un cajón de sastre que te da oportunidad de contrar otras muchas cosas. Creo que en el texto se nota que no he sudado delante del teclado.
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