Ley del menor
¿Cuándo podemos empezar a dejar solo a un niño en casa? Esto es lo que dice la Ley
La legislación española no contempla ningún límite de edad en concreto, pero sí explica cuándo empieza a ser delito
Uno de los consejos más repetidos por padres y madres veteranos es: “no hagas por tu hijo lo que pueda hacer por él mismo”. Esta norma no es otra cosa que una llamada al desarrollo de la autonomía del niño. Cuando le “ayudamos” a servirse la bebida en el vaso, a atarse los cordones, a ducharse o a vestirse por sí mismo... a pesar de que es perfectamente capaz de hacerlo por sí mismo, lo que estamos haciendo –en realidad- es atacar a su confianza y fomentar su dependencia hacia nosotros. Es decir, lo contrario de lo que cualquier buen padre o buena madre quiere para sus hijos. Además, es fantástico ver la cara de felicidad de un niño cuando consigue atarse los cordones él solo.
Cuando tratamos de educar a nuestros hijos para que se conviertan en personas competentes, responsables y –en resumen- preparadas para la vida, debemos encontrar el equilibrio entre ayudarles cuando lo necesitan… y exponerles de forma gradual a las dificultades, para que puedan superarlas por sí mismos y conquistar así su propia autonomía.
Uno de los momentos clave en el desarrollo del niño será cuando se quede solo en casa por primera vez. Es un hito tremendamente importante a los ojos del niño, pero también lo es a los ojos de sus padres. Significa que tenemos la confianza en que es capaz de cuidarse solo y sin la supervisión de un adulto responsable. Ahora bien, antes de dar este paso en la educación de nuestro hijo, deberíamos ser conscientes de qué es lo que dice la legislación española al respecto:
¿Cuándo es legal dejar a un niño solo en casa?
En rigor, la legislación española no contempla ningún límite de edad a partir del cual nuestros hijos puedan quedarse solos en casa. Sin embargo, el artículo 172 del Código Civil español expone que “la Entidad Pública a la que, en el respectivo territorio, esté encomendada la protección de los menores constate que un menor se encuentra en situación de desamparo, tiene por ministerio de la ley la tutela del mismo y deberá adoptar las medidas de protección necesarias para su guarda, poniéndolo en conocimiento del Ministerio Fiscal”.
En el mismo artículo se explica que existe desamparo cuando “se produce a de hecho o a causa del incumplimiento, o del imposible o inadecuado ejercicio de los deberes de protección establecidos por las leyes para la guarda de menores, cuando estos queden privados de la necesaria asistencia moral o material”.
O, dicho de otra forma, si la Justicia determina que existe una situación de desamparo, en la que un menor que no es lo suficientemente responsable no está bajo la supervisión de un adulto responsable, se podría iniciar un proceso legal que derivase en la pérdida de la patria potestad o a la remoción de la tutela ordinaria.Y cuando esa situación de desamparo no responde a un momento puntual o pasajero, sino que la misma se mantiene en un tiempo más o menos prudencial (normalmente se estima que unos 30 días), entonces ese hecho es merecedor de ser objeto de la correspondiente denuncia por abandono de hogar.
Y de acuerdo con el artículo 229 del Código Penal, “el abandono de un menor de edad por parte de la persona encargada de su guarda, será castigado con la pena de prisión de uno a dos años” (...) Y “si el abandono fuere realizado por los padres, tutores o guardadores legales, se impondrá la pena de prisión de dieciocho meses a tres años”.
Estas situaciones pueden sonar extremas y muy poco comunes. Pero -tristemente- no lo son tanto. De acuerdo a los datos recogidos por el informe “Accidentes de la población infantil española”, realizado por la Fundación Maphre y la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria, el 5% de los menores de 12 años que se quedan solos en casa... tiene menos de cuatro años. Y es evidente que esa no es edad suficiente.
Una vez que ha quedado claro que esta es una situación absolutamente inadmisible (moral y legalmente) y que la Justicia tiene las herramientas necesarias para castigar este tipo de irresponsabilidades; ya podemos centrarnos en la pregunta lógica, que es ¿Cuándo debemos dejar solos a nuestros hijos? La mayoría de los expertos creen que es una decisión que debe tomarse, en general, entre los 9 y los 12 años. Pero al final del día, son los padres los responsables de valorar -según la madurez y responsabilidad de sus hijos- cuando es el momento idóneo para dejarlos solos en casa.
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