Violencia de género

Cuatro mujeres y una niña mueren asesinadas en sólo 48 horas

Vecino de la víctima de Torremolinos atiende a los medios de comunicación
Vecino de la víctima de Torremolinos atiende a los medios de comunicaciónlarazon

Dos mujeres murieron a manos de sus parejas en Torremolinos y Chiclana y una tercera fue degollada por su hijo en Aldaia. Estas tres se unen a la mujer y su hija asesinadas el miércoles en Sotogrande.

La violencia machista se ha cobrado la vida de cuatro mujeres y de una niña en las últimas 48 horas, en tres trágicos episodios.

Al doble crimen de una mujer de origen belga y su hija, halladas el miércoles muertas en Sotogrande (Cádiz), se sumaron ayer otros dos casos en Torremolinos (Málaga) y en Chiclana (Cádiz) y uno más en Aldaia (Valencia) donde una mujer fue asesinada por su hijo

El primer caso de violencia machista registrado ayer supuso la muerte de una mujer de 47 años, cuyo cadáver fue encontrado en Torremolinos (Málaga) tras ser agredida presuntamente por su expareja sentimental, un hombre de 46 años que ya ha sido arrestado.

El padre de la mujer, Antonio González, ha asegurado ante la prensa que la expareja de su hija acudió a su domicilio a recoger unos papeles y entonces la mató.

González ha manifestado que hace casi un año que el hombre y ella no estaban juntos, pero que tenían una buena relación.

Ha añadido que se ensañó con ella, que le cortó la yugular y que, según le ha contado la Policía, el agresor se tomó unas pastillas y fue al hospital diciendo que se había intentado suicidar.

La segunda muerte del día se produjo en Chiclana de la Frontera (Cádiz), donde por la tarde un anciano de 79 años mató supuestamente a su pareja y después se suicidó.

Al parecer, el hombre disparó en la cabeza a su mujer, de 76 años, en el domicilio de ambos, ubicado en la Cañada de Los Barrancos, según fuentes próximas al caso.

Tras el suceso, el hombre se marchó a una finca de la familia en las afueras de la localidad y se suicidó con otro disparo.

Estos dos casos se suman al del dramático asesinato registrado el miércoles de una mujer de 51 años de origen belga a manos de su pareja en Sotogrande (Cádiz), que fue encontrada muerta junto a su hija de 9 años en un chalé familiar.

El presunto autor de este doble crimen ha sido detenido y continúa en dependencias de la Comandancia de la Guardia Civil de Algeciras, cuyos agentes tratan de comprobar la verosimilitud de su versión: que su pareja y él planearon quitarse la vida por problemas económicos.

El hombre, su actual pareja y la hija de ésta, todos ellos de nacionalidad belga, llevaban diez meses residiendo en Sotogrande, una lujosa urbanización considerada como uno de los rincones más exclusivos de la costa europea y ubicada en el término municipal de San Roque.

Según fuentes cercanas al caso, el detenido, de 53 años, sigue acusado, por el momento, de dos delitos de asesinato en el marco de la violencia machista.

El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad cifró en 12 el número de víctimas mortales por violencia de género en lo que va de año, a la espera de que culminen las investigaciones de los últimos casos ocurridos en el día de hoy.

Con motivo del Día Internacional de las Mujeres, el departamento que dirige Ana Mato celebró ayer un acto institucional en el que se han condenado estos últimos asesinatos.

Parricidio en Valencia

La mujer asesinada supuestamente por su hijo en la localidad de Aldaia (Valencia) trabajaba como empleada del hogar en el piso donde sucedieron los hechos, según han coincidido en relatar varios vecinos.

El suceso ocurrió ayer a mediodía en una vivienda del número 7 de la avenida de Les Corts Valencianes, cuando una mujer de 66 años apareció muerta por arma blanca y su hijo, de 40, fue detenido por el Cuerpo Nacional de Policía como sospechoso del crimen.

La víctima trabajaba con limpiadora desde hace varios años en la vivienda donde fue hallada muerta y a la que, al parecer, su hijo habría acudido con la intención de robar, según han declarado a EFE vecinos del edificio donde han ocurrido los hechos.

El camarero de una heladería próxima telefoneó a la Policía tras sospechar de un joven que salía del edificio con gorro de lana, pasamontañas y guantes, y decidió ir tras él.

"Iba detrás de él e iba a reducirlo, pero mi hijo me ha parado. Lo he seguido hasta que se ha metido en un callejón con matorrales y me ha dado miedo", explicó Enrique Ballester, para añadir que ya le vio el día anterior en esta zona y le pareció "sospechoso".

Una vecina del edificio, Gema Vicent, señaló que varios testigos escucharon "discusiones"antes de que se desencadenaran los hechos, mientras otras vecinas apuntan a que el ahora detenido iba con idea de robar en el piso donde trabajaba su madre.