
Hogar
Cuidado con los mirones: si cierras así las persianas, seguirán viéndote desde fuera
Ciertos tipos de estores pueden dar lugar a una falta de intimidad si no se utilizan correctamente

Como siempre ha expresado el conocimiento popular, el hogar es un refugio, aunque debe cumplir con una serie se condiciones para que esto se cumpla. Para muchos, la casa es el lugar donde encontrar descanso y aislamiento, un oasis en medio del caos al que estamos sometidos en el mundo moderno y su constante traqueteo. Una morada es el espacio sagrado e imperturbable al que retirarse y vivir la intimidad.
Este ambiente íntimo debería ser imperturbable, pero se puede ver alterado por distintos agentes externos, lo que no es de agrado para cualquier persona. Tener cuatro paredes y un techo en los que dormir y hacer vida cotidiana es fundamental: saberse observado por terceros y desconocidos genera una enorme vergüenza. Curiosamente, a diferencia de muchos de nuestros vecinos del 'Viejo Continente', España es uno de los pocos países europeos donde tenemos persianas.

Uno de los mayores inconvenientes que los inquilinos que viven en un bajo suelen compartir es que sienten una pequeña invasión de la privacidad, ya que notar la presencia de gente pasando por delante de sus hogares durante el día puede incomodarles. Sin embargo, no todas las personas saben que hay formas de cerrar las persianas que pueden hacer que perdamos la intimidad.
Cuidado con los mirones: si cierras así las persianas, seguirán viéndote desde fuera
Existen muchas clases de persianas distintas, pero las conocidas como de tipo 'veneciano' son las que generan más riesgo de romper la intimidad del hogar si no se cierran correctamente, ya sea por desconocimiento o por despiste. Estas son las que están formadas por láminas horizontales que pueden inclinarse para controlar la entrada de luz. Se accionan mediante una varilla o un cordón que permite ajustar su inclinación o subirlas completamente.
Estas persianas venecianas son una opción popular para oficinas y hogares porque ofrecen versatilidad, fácil mantenimiento y un diseño moderno. Se pueden inclinar para dejar pasar más o menos luz sin necesidad de subir toda la cortina. Sin embargo, también tienden a acumular polvo y requieren limpieza frecuente, una tarea que, si bien es sencilla, requiere tiempo porque cada lámina debe lavarse individualmente.
Pero esta no es su mayor desventaja ya que, especialmente para quienes viven en la planta baja, semi sótano o incluso al propio pie de calle, pueden dar lugar a una gran invasión de la intimidad si no se cierran con cuidado correctamente. Muchas personas no lo saben, pero como explicaba hace poco el divulgador Miguel ASSAL (@MiguelASSAL), es fácil que, sin darnos cuenta, se queden las láminas en una posición incorrecta, permitiendo la visibilidad desde el exterior.
Para evitar cualquier clase de experiencia desagradable, siempre debe comprobarse que las persianas queden cerradas hacia arriba si se vive en un piso bajo. En un piso alto, sin embargo, se recomienda que las láminas queden hacia abajo, para que ningún transeúnte pueda espiarnos desde la calle. Aunque la mayoría de la gente no camine fijándose en las ventanas ajenas, es importante tener esto en cuenta para evitar altercados o episodios incómodos.
Además, cuando se dejan las láminas inclinadas hacia abajo, generan una mejor protección contra el calor en verano, porque reflejan la luz hacia afuera en lugar de dejar que entre. Cerrarlas hacia arriba puede ser útil en invierno, ya que contribuyen a un mejor aislamiento térmico en invierno, porque evitan que el calor de la calefacción escape hacia la ventana y se pierda eficiencia energética.
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